En las localidades del suroeste de Madrid, una movilización ciudadana sin precedentes ha tomado forma en respuesta a la propuesta de construcción de una planta de tratamiento de biorresiduos y producción de biogás por parte de la empresa Acciona en Cubas de la Sagra. Este proyecto, que se extiende hasta los municipios cercanos de Torrejón de la Calzada y Casarrubuelos, ha desencadenado una serie de manifestaciones pacíficas, denuncias sobre la gestión de comunicación en redes sociales y demandas específicas hacia las autoridades locales.
No a la planta de biogás en Cubas de la Sagra
La inquietud de la comunidad no radica en la oposición a la innovación tecnológica o al desarrollo sostenible. Al contrario, el núcleo del conflicto se sitúa en el temor razonable hacia las potenciales repercusiones ambientales y de salud que este tipo de instalaciones puede acarrear, especialmente cuando se planifican en proximidad a zonas residenciales, educativas y de cuidado a mayores. Las voces de los residentes, amplificadas por el eco de sus vecinos en localidades adyacentes, resuenan en un clamor por transparencia, diálogo y reubicación del proyecto.
La primera manifestación, celebrada ante el Ayuntamiento de Cubas de la Sagra, congregó a cientos de personas, reflejando una unidad comunitaria que trasciende las fronteras municipales. La ausencia de representantes del gobierno local en el evento no hizo más que profundizar el sentir de abandono y falta de interlocución efectiva entre la ciudadanía y sus gobernantes. No obstante, la presencia y el apoyo del alcalde de Torrejón de la Calzada, junto con otros concejales, subrayó un frente común en la batalla contra la ubicación de la planta.
Impacto en la calidad del aire
Los argumentos de los opositores al proyecto son sólidos y van más allá del simple rechazo. Se fundamentan en preocupaciones legítimas sobre el impacto en la calidad del aire, el aumento del tráfico de vehículos pesados, la proximidad alarmante a instituciones educativas y residencias de mayores, y el posible deterioro de la calidad de vida en estas comunidades. Estas inquietudes se ven exacerbadas por la percepción de un proceso de toma de decisiones opaco, donde la falta de consenso y la aparente premura por avanzar en la implantación del proyecto sin un diálogo abierto y constructivo, siembran dudas y desconfianza.
La movilización no solo ha unido a los municipios del suroeste madrileño sino que también ha contado con el apoyo explícito de importantes actores sindicales como CCOO y UGT de Madrid, los cuales han expresado su rechazo al proyecto dada su proximidad a viviendas, centros educativos y residencias de personas mayores, demandando una gestión de residuos más distribuida y socialmente responsable que no ponga en riesgo la salud y el medio ambiente.
Próxima parada: la Asamblea de Madrid
Este caso no solo pone de relieve las tensiones entre el desarrollo industrial y la protección ambiental y social, sino que también resalta la capacidad de movilización y acción colectiva de las comunidades cuando sienten que su entorno y calidad de vida están en juego. La próxima concentración, prevista en Puente de Vallecas ante la Asamblea de Madrid, promete llevar estas voces a un escenario más amplio, buscando influir en las decisiones políticas y regulatorias que determinarán el futuro del proyecto.
Respuesta del Gobierno de Ayuso
La directora general de Transición Energética y Economía Circular de la consejería, Cristina Aparicio, recordó que la planta de Acciona se encuentra todavía pendiente del Procedimiento Simplificado de Evaluación de Impacto Medioambiental (para lo cual se ha solicitado a Acciona más información sobre equipos, residuos y emisiones) y de la Autorización Ambiental Integrada cuyo período de alegaciones sigue abierto hasta el 7 de mayo.
Los vecinos y vecinas no van a parar
El movimiento en Cubas de la Sagra es un recordatorio de que, en la era de la transición energética, la búsqueda de soluciones sostenibles debe ir de la mano con el respeto por la comunidad, la salud pública y el medio ambiente. La lucha de estos municipios no es un caso aislado, sino un espejo de las preocupaciones globales sobre cómo equilibrar el progreso tecnológico con la justicia social y ambiental. Los próximos pasos de las autoridades, tanto a nivel local como regional, serán cruciales para determinar si este conflicto se resolverá de manera que beneficie tanto al desarrollo sostenible como a las comunidades afectadas.
No a la instalación de la planta Bio 2 Methane cerca de núcleos urbanos al Sur de Madrid
Han creado una petición en Change.org para recoger firmas contra el proyecto de la planta de Biogás en ambos municipios.
