El pasado jueves, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) publicó su “Informe de altas remuneraciones” en el sector financiero. El documento muestra que durante 2021 en España hubo 221 directivos de banca que se repartieron salarios por valor de 500 millones de euros. Esto supone un promedio de 2,16 millones, lo que los convierte en los mejor pagados de Europa, sólo por detrás de Austria y Liechtenstein.
El número de directivos de banca en España que alcanzó un sueldo por encima del millón creció un 72,6% entre 2020 y 2021, pasando de 128 a 221. Esto lo convierte en el cuarto país europeo con más directivos en esta categoría.
Por otro lado, en las próximas semanas, las entidades van a presentar sus resultados anuales de 2022. Se prevé un incremento récord de los beneficios en el conjunto del sector, con cifras disparadas en algunas entidades, como se espera en el caso de Banco Santander.
Sin embargo, los salarios de los trabajadores del sector financiero no están teniendo el mismo comportamiento. Ya se conoce que el Índice de Precios al Consumo de 2022. Con la inflación disparada, estos resultados anuales récord y los salarios millonarios de los directivos, van a provocar la exigencia por parte de los sindicatos de medidas compensatorias de la inflación vinculadas con los resultados económicos de las empresas, que incidan de forma directa en el poder adquisitivo de las plantillas del sector financiero.
Estas medidas que, ante la evolución creciente del Euribor, pueden y deben incluir también negociaciones en materia de tipos de interés de préstamos a las plantillas puesto que las tasas de interés inciden directamente en su renta disponible.
Según el sindicato CCOO, «son las empleadas y empleados de las entidades financieras quienes hacen posible los beneficios récord, el incremento de dividendos y los aumentos de las remuneraciones de las cúpulas directivas y, por tanto, las entidades deben actuar con responsabilidad social y laboral para con sus plantillas».
Santander, el único que no paga la compensación de la inflación
En las presentaciones de resultados anuales se espera que los de Banco Santander puedan superar los 10.000 millones de euros de beneficios netos. Ya en el tercer trimestre, la entidad presidida por Ana Patricia Botín presentó un beneficio atribuido de 7.316 millones.
La plantilla, los hombres y mujeres que realmente hacen posible que se obtengan esas ganancias, viven en una especie de dictadura en la que se les exige todo pero no reciben ni una mísera porción del pastel que se reparten los grandes fondos y bancos de Wall Street.
Los resultados no son consecuencia del trabajo de Ana Patricia Botín que, como dijo Rodrigo Echenique en la Audiencia Nacional, «está a sus cosas de presidenta». Esos beneficios son la consecuencia del trabajo abnegado de los empleados que, por el contrario, se hallan con unas condiciones laborales que dan miedo y que no son las esperadas por una marca como «Banco Santander».
A finales de 2022 los trabajadores del Santander volvieron a llevarse otro golpe por parte de la dirección del banco: cerca de un 60% de la plantilla no tendrá subida salarial a diferencia de lo que sí han hecho el resto de grandes bancos.
La plantilla del banco presidido por Ana Patricia Botín vive, desde que se inició el siglo XXI, un verdadero calvario. Los sanguinarios y dolorosos expedientes de regulación de empleo, las fusiones de Banesto y Banco Popular, las crisis económicas, el cierre de oficinas, la pandemia de Covid-19 y las actuales consecuencias de la guerra de Ucrania. Todo ello ha hecho, según se indica en una carta que el sindicato UGT remitióa la dirección del banco, a la que Diario16 ha tenido acceso, «que la plantilla se encuentre totalmente presionada y desmotivada».
Con la inflación actual y la depauperación de los salarios los trabajadores del Santander esperaban un reconocimiento que debía llegar con una subida salarial. Ni llegó ni se espera que llegará.
Es la diferencia entre las elites directivas del liberalismos keynesiano y el neoliberalismo friedmaniano. Los primeros pusieron su conocimiento y saber al servicio del sistema al que pertenecen y los segundo al de los expropiadores del mismo que les pagan: el 1% de la población se hace con el 30% de la riqueza producida y el 19% que trabaja para el recibe el 50% siguiente; que nos lleva a que el 80% de la población mundial tenga que vivir con el 20% que queda.
Esta puesta en práctica del poder del capital que se reproduce en el del nuevo capital, es lo que llaman crear riqueza, el dinero trabajando en el lugar de su propietario a través motivados y con el objetivo del por el propio dinero, nos es vendido como creación, que se apropia del producto del trabajo y el esfuerzo, previamente organizado, para que quien lo hace cobre poco, rinda mucho, y pague los impuestos por los que se lo llevan (crudo) a paraísos fiscales.