La asistencia notoria del presidente Luis Abinader a la III Cumbre UE-CELAC ha ratificado que el mandatario dominicano ha posicionado a la República Dominicana en la vanguardia del liderazgo mundial.
Declaraciones como las de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que no dudó en afirmar que «República Dominicana es el mayor socio comercial de la UE en el Caribe. Le aseguré a Luis Abinader nuestro apoyo a una transición verde que beneficie a todos. Global Gateway está listo para entregar inversiones para infraestructura vital» y la acción del presidente Frances, Emmanuel Macron, de dirigirse por iniciativa propia a conversar con Abinader son evidencias, entre otras cosas, de que el país caribeño ha pasado de ser únicamente un territorio ubicado en el Caribe a ser una nación de la que se habla a nivel global.
Partiendo de esta realidad, hay que aceptar que el Jefe de Estado dominicano, con un nuevo estilo de gobernar, le ha proporcionado al país quisqueyano el valor y el respeto que se merece y con él, a su pueblo. Su gestión, corta de tiempo, es larga en resultados positivos, como, por ejemplo, la acertada estrategia económica, en tiempo de crisis, ha catapultado a la República Dominicana a una altura que no pudo hacer el PLD (Leonel Fernández y Danilo Medina) durante dos décadas de gobiernos fallidos.
Es la primera vez que el primer mandatario dominicano asiste a una Cumbre UE-CELAC, mientras que el PLD tuvo la oportunidad de hacerlo cuando se celebró la primera en Chile y la segunda, igualmente solemnizada en Bruselas como esta última, pero en solo 3 días Abinader ha hecho lo que el PLD no pudo hacer en esas dos ocasiones, que fue ir con la satisfacción de una República Dominicana muy fortalecida, al punto de llegar a convertirse en un referente en Europa.
Por más que la oposición busque argumentos para vender una idea desproporcionadamente negativa de la actual gestión gubernamental en el país caribeño, los hechos le dificultan conseguir el objetivo. No le pueden llegar al presidente Luis Abinader porque cada medida, actuación, salida del presidente de la República Dominicana, destrozan cada contenido dañino y no quedan en más que palabras vacías lanzadas al aire que tienen como destino la nada.
El pueblo dominicano mantiene claro que a quien necesita es a Luis Abinader. Es evidente para los dominicanos y domicanas , incluida la Diáspora en general, que el Presidente Abinader tiene suficiente brillantez, conocimiento, amor por su país, las cualidades suficientes para seguir llevando al Estado dominicano a donde es necesario colocarlo, es decir, a la creación de una clase media, a la potencialización de las instituciones, en concreto, a todo lo que realmente hace que esta nación tenga una democracia real y no una dictadura democrática y autoritaria como demostró ser la del presidente Leonel Fernández durante los años de su mandato.
La nación dominicana puede dormir tranquila teniendo a Abinader en el Palacio, cualquier otra alternativa en este momento, por no existir, no hay ni siquiera porque pensar en ella es una quimera demagógica . Una vez más la República Dominicana estuvo dignamente representada a nivel internacional con la figura de un presidente que no ha hecho nada más que mantener una imagen positiva de su país no solo en el ámbito local, sino a nivel global. Un presidente que, a diferencia de otros, se ha caracterizado por trabajar priorizando los intereses del pueblo y no a conveniencia propia y de los suyos.
Para cada dominicano que reside en el exterior Abinader significa esperanza, por la calidad de persona y presidente que es, ya que no hay cosa que llene más de orgullo al que por cualquier razón tuvo que salir de su tierra, que lo simbolicen los buenos valores y el desarrollo de la nación desde la ética y la dignidad. Pero también ver que su país se está convirtiendo en uno de más oportunidades para ellos y para los propios.
