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Martínez Almeida abandona los barrios y los vecinos se autoconvocan para garantizar la limpieza del Ensanche de Vallecas

Maximiliano Fernández Ibarguren
Maximiliano Fernández Ibarguren
Licenciado en Periodismo Licenciado en Ciencias del Trabajo
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análisis

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Botellas, latas, cartones, restos de mobiliario y, más recientemente mascarillas desde hace tiempo forman parte del paisaje urbano del barrio más nuevo de Madrid. Con un incremento poblacional incesante y acelerado, impulsado por la proliferación de Viviendas de alquiler y de venta (Protección de Precio Limitado, de mercado libre y de Protección Oficial), el ayuntamiento no ha dotado de más recursos para garantizar la limpieza de sus calles. Frente al abandono, los vecinos se auto convocan por redes sociales.

El Ayuntamiento de Madrid deja en manos de sus vecinos la limpieza de sus calles y aceras

Una tarde de primavera, Lourdes sale a pasear entre las moles de hormigón, herencias del boom inmobiliario de los 2000 y reactivadas en los últimos 4 años tras la crisis. Observa que en sus aceras y calles, la basura, los restos y los desperdicios son un elemento más del mobiliario urbano y decide ponerse manos a la obra: Por Facebook convoca a los vecinos a quedar para limpiar las calles bajo el lema #Juntospornuestrobarrio. Tras un primer encuentro, Lourdes, Inmaculada y Elena comparten en un video el resultado de una tarde de trabajo juntas: unas cuantas bolsas de basura recogida en un par de horas son suficientes para que el video se viralice entre los vecinos del barrio y los apoyos a la iniciativa aumenten rápidamente.

Una semana más tarde, una segunda convocatoria congrega a más vecinos y a familias enteras con hijos. Con el objetivo de concienciar sobre la importancia de vivir en un entorno saludable, la autoconvocatoria comienza a ser un éxito al mismo tiempo que las bolsas de basura recogida en el barrio ya se cuentan por decenas.

Asociación Vecinal Pau Vallecas

De la  iniciativa se hace eco la Asociación Vecinal Pau de Vallecas, la cual en junio convoca  a una Asamblea Virtual  “Por una PAU más verde y limpio “ y los hashtags #Nosomosbarrenderos #juntospornuestrobarrio con el fin de trasladar a la Junta Municipal de Distrito, las quejas sobre el estado de suciedad y de abandono del Ensanche de Vallecas . Desde el Ayuntamiento de Madrid, hasta el momento no ha habido respuestas.

Con un barrio de más de 58.000 habitantes y una media de 400-500 euros en concepto de IBI por cada vivienda, el Ayuntamiento de Madrid deja en manos de sus vecinos la limpieza de sus calles y aceras.   

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1 COMENTARIO

  1. Que mal suena Vallecas por ahí, en los mundos de dios, pero que mal. Estuve dos largas temporadas en Madrid, en una me hospedaba con mi abuela en la calle viuda de pontejos, creo recordar, muy cerca de sol, pero hace casi 40 años y me había escapado de casa. En la otra estaba por motivos de trabajo y me hospedaba en el camino viejo de Hortaleza, cerca de obra de la T4, donde soldaba a diario. Para un gallego como yo esa Madrid es lo más deprimente que hay; sin costa, sin gente sana y cordial, abierta al diálogo porque sí, o sin posibilidad de espacios tranquilos para los momentos en los que hay que pensar. No dejo de reconocer que existe la buena gente y lo sabes cuando eres de fuera y no te tratan como tal. En una ocasión me regalaron dos entradas para palco del Bernabeu, era en el debut de Ronaldo y que ganaba por cuatro a uno. Fui sólo porque nadie quiso venir ni siendo gratis y no lo entendía hasta que llevaba allí una hora. Otra vez un ruso que no se puede decir que trabajase conmigo porque no hacía nada y era él quien pagaba por regularizar su estancia en España, los fines de semana estaba en una de las puertas del Calderón y nos colaba a mí y a un uruguayo colega para ver un encuentro ante el Betis, y allí no nos restaba otra que defendernos de una agresión, aún torcendo por el atleti. Tuvimos que marchar a la media hora de partido para salvar él pellejo sin saber bien que carallo pasó y ese lunes se lo comentaba al pañolero; un chaval rosado de amplia sonrisa y buen «chocolate», que nos indicaba que sin pasión por equipos o resultados, lo mejor era ir al campo de Vallecas. Y fuimos tres pagando, hicimos tantas amistades que volvimos cada quince días a ver jugar al rayo en segunda y cada día al barrio. Ellos y ellas son gente cojonuda, entiendo que no le gusten a Almeida.

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