Durante los actos del 12 de octubre, Pedro Sánchez confirmó que las negociaciones de Esquerra y Junts avanzan, pero con cierta complejidad. El presidente del Gobierno reconoció que esta negociación es “más compleja” que la pasada, e insistió en mantener la “discreción” hasta que haya un acuerdo cerrado. Sobre los encausados por el procés, añadió que se está estudiando la posibilidad de una amnistía a las personas vinculadas con aquellos días en los que se buscó la independencia unilateral de Cataluña porque “cinco grupos políticos piden medidas de gracia”. En las negociaciones, el PSOE señaló que no solo busca un acuerdo de investidura, sino uno de legislatura, algo que desde ERC, su portavoz en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, ya rechazó porque “quien crea que puede pactar con ERC una legislatura desconoce la forma de trabajar de ERC”, informa La Sexta.
El voto de Junts se decidirá en Cataluña pero también desde Bruselas. Carles Puigdemont tiene sus propias ataduras, que son las bases del Consell de la República catalana. Estas han forzado una votación para decidir si bloquean todo o no. Para complicarlo aún más, el expresident catalán ha declarado que el líder del PSC y negociador del PSOE, Salvador Illa, no es un interlocutor válido para generar confianza. Por contra, para Sánchez, Illa es un actor “muy importante” en estas negociaciones y quiere que asuma un rol fundamental en las conversaciones con Junts.
Este jueves, el presidente del Gobierno anunció que el PSOE ya tiene una propuesta de ley de amnistía, que explicará más adelante. Por tanto, el borrador está listo paras ser enviado a los diferentes grupos políticos. De momento, está escuchando las propuestas del resto de partidos. Tras los actos por el 12 de octubre, Sánchez afirmó que seguirá hablando con las demás fuerzas para su investidura. Además, el presidente del Gobierno en funciones dejó en el aire una hipotética llamada a Carles Puigdemont, limitándose a afirmar que solo hablará con los grupos parlamentarios, añaden la cadena de televisión privada La Sexta. ¿Podría haber un cara a cara entre Sánchez y el expresident de la Generalitat? A esta hora no se descarta, y esa charla podría ser el detonante para una nueva ofensiva de las derechas en la calle. Feijóo y Abascal están en la estrategia de la protesta callejera. Perdida cualquier opción de investidura, al líder del PP solo le queda calentar el ambiente política y provocar una repetición electoral.
Hasta ahora, lo habitual era que Sánchez delegara en sus portavoces parlamentarios las reuniones con las formaciones minoritarias, pero esta vez ha decidido asumirlas en persona, al menos en la primera toma de contacto, para luego dar paso a una comisión negociadora que irá concretando detalles a partir de la próxima semana. Por eso la última foto de investidura del PSOE con EH Bildu la protagonizó Adriana Lastra, entonces número dos del partido y portavoz socialista, a principios de 2020.
Será la primera vez que un presidente del Gobierno reciba a una delegación de Bildu, una coalición donde la fuerza mayoritaria es Sortu, el partido que tiene en su dirección al último jefe de ETA, David Pla. Aunque no hay ningún acuerdo sellado, el PSOE cuenta con los votos de los seis diputados de la coalición abertzale, ya que desde el principio sus portavoces han dejado claro que harán lo que sea para evitar una repetición electoral que pudiera dar el gobierno al PP y Vox. Más complicado parece el apoyo de los siete diputados de Junts, que exigen amnistía y autodeterminación como condiciones imprescindibles para un acuerdo de investidura.
