En los pocos días de la guerra de Israel contra Palestina ya han fallecido más de 5.000 personas palestinas entre ellas más de 2.300 niños en Gaza, pues en un solo día han muerto 700 ciudadanos y niños palestinos.
Las Naciones Unidas están pidiendo constantemente que cesen los bombardeos sobre la Franja de Gaza y la respuesta es que cada día Netanyahu ordena seguir bombardeado con más intensidad no sólo Gaza sino también Cisjordania y la devastación y la muerte de personas es implacable e inhumano.
Israel apoyado por Estados Unidos, UE y políticos de ultraderecha de Europa y América del Sur le dan alas para seguir lanzando miles de misiles por tierra y bombas con aviones (bombas de fósforo blanco?) y por mar, destruyendo todo tipo de edificios con la excusa de atacar objetivos logísticos de Hamás y matando a inocentes niños, mujeres indefensas y ciudadanos civiles.
El resultado es un genocidio injustificable, que tiene que ser sancionado por ley; y sin embargo, no es justo que primeros ministros de Europa, bien en Israel, bien en organizaciones internacionales, se reúnan con Netanyahu.
Según El País, þ anuncio de la invasión terrestre anunciada por el ejército israelí para acabar con Hamás abrirá un escenario de guerra urbana que augura numerosas bajas en ambos bandos.
Los 2,3 millones de habitantes de la franja de Gaza siguen expectantes ante el inicio de una invasión terrestre anunciada por el ejército israelí y que se consideraba inminente después de que Israel ordenara a la población del norte del enclave palestino que se desplazara al sur. La ONU ha confirmado que al menos 600.000 palestinos, de una población de 1,1 millones de la región septentrional de Gaza, han abandonado ya sus hogares para buscar…
A la fecha de 20/10/23 la misma fuente señala, que «el portavoz de las Brigadas de Ezedin al Qasam (el brazo armado de Hamás), Abu Obeida, ha anunciado la liberación de dos rehenes estadounidenses por “razones humanitarias” tras la mediación de Qatar (Al igual que unos días después lo ha hecho con dos mujeres israelitas por razones humanitarias) lo ha comunicado en su cuenta de Telegram, donde ha indicado que las liberadas son madre e hija. Israel sigue bombardeando la Franja y lo hace “a un ritmo no visto en décadas”, según ha afirmado un portavoz del ejército, con el objetivo de “preparar el terreno” para la invasión terrestre y “conseguir información sobre los rehenes”. Al menos mas de 4.500 palestinos han muerto y más de 13.000 han resultado heridos por los bombardeos de Israel en la Franja, según Sanidad de Gaza. El paso de Rafah, en la frontera entre Gaza y Egipto, a la fecha señalada más arriba sigue cerrado mientras la ONU prevé que la entrada de un primer convoy de suministros se retrase ya que Egipto e Israel negocian la forma de inspeccionar los cargamentos. El secretario general de Naciones Unidas ha exigido la apertura inmediata del cruce para que los camiones con ayuda humanitaria “avancen urgentemente y lo antes posible” hacia el enclave palestino»
En este sentido la ayuda humanitaria ya ha entrado en la Franja de Gaza a razón de 100 diarios lo que es una vergüenza ya que miles de heridos y población civil necesitan la ayuda médica y alimentaria ya que están enfermando y muriendo por hambre y envenenados por beber agua contaminada. Es necesario que el paso por Egipto se abra totalmente y definitivamente ya, y que Qatar presione a Israel al igual que los organismos humanitarios internacionales.
Según las Naciones Unidas de 23 de octubre del corriente año reproducimos íntegro algunos planteamientos de la ONU:
«El conflicto palestino israelí hace estragos, amenaza con desbordar múltiples fronteras y el único organismo del mundo encargado de mantener la paz y la seguridad internacional no logra ponerse de acuerdo sobre una solución. ¿Y ahora qué?
El último recrudecimiento de la violencia entre Israel y Hamás, que comenzó el 7 de octubre, no tardó en llegar al radar del Consejo de Seguridad de la ONU, encargado por la Carta de las Naciones Unidas de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Pero, hasta la fecha, el órgano de 15 miembros ha rechazado dos proyectos de resolución de redacción similar dirigidos, entre otras cosas, a establecer un alto al fuego y un corredor humanitario para los palestinos asediados.
Y ¿entonces? ¿Qué ocurre? Esto es lo que hay que saber sobre lo que ocurrirá a continuación.
ONU WebTV Estados Unidos veta el proyecto de resolución liderado por Brasil, que pedía revocar la orden de evacuación en Gaza.
¿Qué es un veto, quién lo ejerce y por qué importa en tiempos de crisis? Durante la creación del Consejo, a la sombra de la Segunda Guerra Mundial, el poder de veto, aunque no se menciona explícitamente en la Carta, se concedió a sus cinco miembros permanentes (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) por su papel clave en la creación de la ONU.
A pesar de los esfuerzos realizados durante décadas para reformar el Consejo, el veto sigue estando en manos de los miembros permanentes del Consejo, conocidos coloquialmente como los «P5».
Así, cuando cualquiera de los P5 vota «no» en el Consejo, se invoca este poder. Eso es lo que ocurrió el 18 de octubre, cuando Estados Unidos vetó una nueva propuesta brasileña.
De aquí en adelante, los miembros del Consejo pueden resolver sus diferencias y presentar un nuevo proyecto para someterlo a votación o recurrir a los 193 Estados miembros de la ONU que componen la Asamblea General.
A partir de ahí se abren dos mecanismos.
En el primero, los Estados miembros de la ONU pueden pedir al presidente de la Asamblea que se reúna con ellos para examinar el reciente veto del Consejo, como hizo a principios de septiembre.
Esto se debe a la adopción unánime por el organismo mundial de una resolución que decide responsabilizar a los cinco Estados permanentes por utilizar su poder de veto, una medida desencadenada por la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia a principios de 2022 y el posterior estancamiento del Consejo de Seguridad sobre esa situación.
A petición de los Estados miembros, el presidente de la Asamblea puede convocar una reunión formal en un plazo de 10 días laborables a partir de la emisión del veto por uno o más miembros permanentes del Consejo.
En el segundo, los Estados miembros también pueden solicitar al presidente de la Asamblea General que convoque un debate sobre la situación que motivó el veto, siempre y cuando el organismo mundial no se reúna en una Sesión especial de emergencia sobre el mismo asunto, rara vez convocada. En el caso del veto estadounidense que paralizó una resolución sobre el actual conflicto entre Israel y Palestina, este es el mecanismo por el que se ha optado y la Asamblea se reunirá el 26 de octubre.
El objetivo final sería que los Estados miembros de la ONU formularán recomendaciones, incluido el posible uso de la fuerza armada, para mantener o restablecer la paz y la seguridad sobre el terreno.
Todas las resoluciones de la Asamblea General tienen un gran peso moral y político debido a la universalidad de sus miembros, pero no son vinculantes y no tienen la fuerza del derecho internacional como algunas medidas acordadas en el Consejo de Seguridad.
A medida que se agrava la situación en Oriente Medio, no es fácil alcanzar un consenso mundial. Pero los debates mundiales urgentes pueden dar lugar a una acción colectiva. En el caso de conflicto en curso, dicha acción puede incluir ayudar a detener el derramamiento de sangre, establecer un alto el fuego y aliviar el sufrimiento de la población civil sobre el terreno.
Dado el aumento diario del número de víctimas mortales en medio del conflicto en curso, si el Consejo de Seguridad lo solicita con el voto de siete de cualquiera de sus miembros, o por una mayoría de todos los miembros de la ONU, el presidente de la Asamblea General debe convocar una sesión extraordinaria de emergencia dentro de 24 horas.
Una vez convocada, en virtud de una resolución histórica de 1950 conocida como «Unidos por la paz», todos los miembros de la ONU examinarían el asunto de inmediato con vistas a hacer las recomendaciones apropiadas para la adopción de medidas colectivas. En caso de un quebrantamiento de la paz o acto de agresión, esto incluye el uso de la fuerza armada, cuando sea necesario, para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales.
Esto podría significar un rápido cese de las hostilidades, el fin del asedio a Gaza y un paso hacia una paz duradera para israelíes y palestinos.
Sugerencia para añadir al pie de foto: que llevó a la Asamblea General a adoptar su histórica resolución «Unidos por la paz» ese mismo año.
© UNICEF/Eyad El Baba Familias huyen de su barrio destrozado, Tal al-Hawa, para buscar refugio en el sur de la Franja de Gaza».
Este fragmento de las Naciones Unidas es el quid de la cuestión del fin de la guerra y la solución pacífica del conflicto.
No obstante, según Público
Oriente Medio, está en el filo de la navaja con el despliegue militar de EEUU, China, Rusia, Irán y otros países por la guerra de Gaza. Pero no hay que olvidar que Israel tiene armas nucleares…
No quiero imaginarme la paralizante angustia, el terror que debe sufrir la población civil de Gaza. Sin posibilidades de escapar de ese «coto de caza de animales humanos”. El terrible trauma que debe suponer para unos peques convivir cotidianamente con esas espantosas explosiones, con la muerte, cuando apenas comienzan a vivir. Occidente está en manos de degenerados, de criminales. Su bancarrota moral es desoladora. Tenemos que parar esta matanza. Como sea. Echo en falta el activismo del mundo de la cultura – tan presto en otras causas – pero ahora con un silencio tan escandaloso. ¿Compartirán la opinión del exitoso gurú del altermundismo woke que decía que Trump era “el peor criminal de la Historia”? ¿Lo que hace Biden es más aceptable? ¿Habrán vendido su alma por temor a su cancelación cultural? Necesitamos mediante la inteligencia colectiva encontrar vías pacíficas de presión para parar este crimen contra la humanidad. Recibe un cordial saludo, José.
PD: La ONU siempre ha sido un teatrillo inoperante, al servicio de las grandes potencias con derecho a veto. Pensar lo contrario es autoengaño.