Los registros del Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS) revelan cómo importantes políticos millonarios recortaron sus impuestos utilizando estrategias que no estaban disponibles para la mayoría de los ciudadanos.
Los datos muestran que, tanto los demócratas ricos como los republicanos, han reducido drásticamente el pago de sus impuestos utilizando estrategias que no están disponibles para la mayoría de sus electores. Entre ellos se encuentran gobernadores, miembros del Congreso y un secretario de gabinete.
El gobernador de Virginia Occidental, Jim Justice, por ejemplo, es un magnate republicano del carbón que figura en la lista de Forbes de los estadounidenses más ricos. Sin embargo, ha pagado muy poco o ningún impuesto federal sobre la renta durante casi todos los años desde 2000.
El congresista de California Darrell Issa, una de las personas más ricas del Congreso, fue uno de los pocos republicanos que rompió con su partido durante la reforma fiscal de 2017 para luchar por una deducción que, sin el conocimiento del pueblo, lo ayudó a evitar millones en impuestos.
Y los registros fiscales del senador republicano Rick Scott de Florida y la secretaria de educación de Trump, Betsy DeVos, mostraron que ambos emplearon una laguna, que fue creada accidentalmente por el Congreso, para escapar de los impuestos sobre sucesiones y donaciones.
Hay que decir que estas estrategias son completamente legales pero que no son utilizadas por todos los políticos ricos porque los datos del IRS muestran que muchos de ellos pagaron tasas impositivas relativamente altas mientras empleaban un uso más modesto de las deducciones utilizadas por los multimillonarios.
Sin embargo, quien se lleva la palma es el polifacético magnate de empresas puntocom y afamado inversionista Jared Polis quien, como miembro del Congreso de los Estados Unidos, fue uno de los demócratas más ruidosos que exigió que el presidente Donald Trump publicara sus declaraciones de impuestos.
Por ejemplo, en un mitin en Denver en 2017, advirtió a la multitud que Trump «podría tener algo que ocultar». Ese mismo año, en el Capitolio, presentó una resolución para obligar al presidente a divulgar los registros, calificándolos de «divulgación de referencia importante». No obstante, durante la exitosa carrera de Polis para gobernador de Colorado en 2018, sus llamamientos a la transparencia se desvanecieron porque se negó a revelar sus declaraciones de impuestos culpando a su oponente republicano que no estaba haciendo públicas las suyas.
A pesar de un patrimonio neto estimado en cientos de millones de dólares, Polis no pagó nada en impuestos federales sobre la renta en 2013, 2014 y 2015. De 2010 a 2018, su tasa impositiva general fue de solo 8.2%, menos de la mitad del 19% que de promedio pagaron los trabajadores que en 2018 ganaban 45.000 dólares anuales.
El gobernador de Colorado es uno de varios políticos ultrarricos que, según muestran los datos del IRS, han pagado pocos o ningún impuesto federal sobre la renta en varios años, aprovechándose de las lagunas para eludir los impuestos al patrimonio o han utilizado sus cargos públicos para luchar contra reformas que aumentarían sus facturas fiscales.
