lunes, 29abril, 2024
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Vagar en la niebla

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análisis

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Oyendo decir la palabra libertad a los candidatos de la derecha y la ultraderecha a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid, y a los medios de comunicación que les apoyan, aunque la palabra que mejor les define sería la  de medios de propaganda, se me viene a la memoria la  famosa frase que pronunció Madame Roland cuando subía al patíbulo: “¡Oh, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”.

Uno ya no sabe por donde va el corte de mentiras, maldades, insultos y descalificaciones proferidos últimamente, y con su desfachatez habitual, por Isabel Díaz Ayuso. Es difícil estar al día de sus últimas calumnias dirigidas a la izquierda, según ella la culpable de todos los males pasados, presentes y futuros. La declaración que causó una gran indignación por su descarada falsedad, así como el perverso embuste que ha aireado a primera hora de la mañana, quedan relegados a un segundo término, porque a mediodía ha soltado otro infundio, otra calumnia de mayor calibre.  La última que le oí, y de eso ya hace unos días, fue llamar al PSOE “un refugio de golpistas y batasunos, de okupas y bolivarianos”, ¡al PSOE! que es un partido socialdemócrata, de centro total, manso cordero con el poder económico y celoso guardián de los intereses del Ibex 35, que ha mandado a la vicepresidenta Calviño hacer un férreo marcaje a la ministra Yolanda Díaz, esa ministra comunista que se ha atrevido a decir, hay que ver cómo son estos rojos, que en la misma medida que se protege a los empresarios, también hay que proteger a los trabajadores. Un PSOE que defiende a ultranza a la monarquía, negándose a que se investigue al emérito a pesar de sus clamorosos delitos, y que tienen al neoliberalismo aunque, eso sí, con algún barniz social, como un sistema democrático y de futuro.

Declarando “golpista, batasuno…”etc. al gobierno de Sánchez, entre otras “Ayusadas”, un término que empieza a prosperar,  todavía más delirantes, la Ayuso demuestra que en cuanto se acerca o le acercan un micrófono es capaz de soltar, siempre para hacer daño, para enlodar y denigrar,  ésa es su primera y única intención, lo primero que se le viene a la cabeza, todo ello sin pararse a pensar, ¿para qué?, si para ella todo vale con tal de calumniar, y no necesita  pasar nada por el filtro de la verdad, de la debida prudencia, de la cordura, en definitiva, de la inteligencia. No puede pasar nada por el filtro de la inteligencia porque no la tiene, si la tuviera no soltaría las barbaridades, los disparates y desvaríos que suelta como si fuera una ametralladora. A  medida que se acerca la fecha de las elecciones, la Ayuso y los suyos redoblan la intensidad del bombardeo mediático. Ya circulan muchos escritos en las redes sociales pidiendo desesperadamente el voto de la derecha. Dice Ignacio García de Vinuesa, dirigente desde hace muchos años del PP madrileño que, aunque ha dejado la política activa, no ha perdido su vocación de colaborar. También añade en su escrito distribuido por las redes sociales que “muchos pensábamos que España, por su pertenencia a Europa y nuestra histórica Transición, estaba blindada ante “gobiernos totalitarios filocomunistas” (las comillas son mías).  Y sigue diciendo que “los meses de gobierno de Sánchez han demostrado que no había razones para ser optimistas. El desánimo empezó a calar e incluso la resignación ante lo inevitable empezó a crecer como nunca se había sentido en cuarenta años”. “Entiendo que muchos españoles que durante años dieron su apoyo al PP se hayan alejado, y con motivos. Pero de nuevo aparece una oportunidad para que, no el PP, sino los millones de españoles que creen en una sociedad de valores, honradez, esfuerzo común, tomen el timón de nuestro destino… por nosotros, por España… viva España.. etc.”

Le faltó decir eso de “muy españoles y mucho españoles”, que diría Mariano Rajoy. No confundir, por favor, hay que decirlo siempre, a don Mariano Rajoy con ese M. Rajoy, que aparece en los papeles de Bárcenas y que los malvados rojos de siempre, tratan de vincular, de forma absolutamente caprichosa, irracional y extravagante con don Mariano Rajoy.

Parece que para don Ignacio solo hay una parte de la sociedad, casualmente la que él dice representar, que cree en los valores, la honradez y el esfuerzo común. Por cierto que la honradez, como el movimiento, se demuestra andando y si tanto creía en la honradez de su partido, en aras de esa honradez debería haber denunciado hace mucho tiempo a toda la cúpula del PP,  ahora en los tribunales precisamente por su total y absoluta falta de honradez. Pero es casualmente ahora, al oír campanas electorales, cuando al sr. Vinuesa le entran las prisas de reivindicar esa sociedad de valores que tiene a la honradez como uno de sus valores principales. ¿No cree el sr. Vinuesa que esa llamada a la honradez llega un poco tarde y cogida por los pelos?.

Pero no tiene por qué preocuparse, porque los votantes de derechas se pondrán las anteojeras, uno de sus más esenciales complementos, los más pudientes las encargarán a las marcas Loewe o Prada, para no ver nada que nos les convenga ver, y votarán al PP en masa. No hace falta decir que volverán, como vuelven las golondrinas en primavera, esas monjas que siempre aparecen en los colegios electorales el día de la votación. Y meterán la papeleta en la correspondiente urna, y lo harían aunque pusieran la urna en la cumbre del Kilimanjaro. Por ese lado puede estar tranquilo el sr. Vinuesa. No así los dirigentes de izquierdas, cuyos potenciales votantes suelen aprovechar la jornada electoral para dar su ya tradicional desplante torero a quienes  defienden sus intereses.

La que no debe estar tranquila es la señora Ayuso. Los miles de muertos en las residencias de ancianos durante la pandemia, 20.000, según los cálculos más bajos en la primera ola, es algo que seguramente no la dejarán dormir. No se puede dormir después de alcanzar tal grado de bajeza. No se puede dormir, a no ser que se sea un sicópata, después de prohibir que los ancianos de las residencias fueran tratados en los hospitales, algo a lo evidentemente tenían derecho. No hace falta decir que la decisión de quién debe ingresar en una UVI corresponde a los médicos y solo a ellos. Y en ningún caso a un Consejero o a una Presidenta de Comunidad. 

Ayuso necesita ganar las elecciones, está obligada a ello, si es apeada del poder, caerá sobre ella todo el peso de la justicia por éste y otros delitos. Si para nuestra desgracia gana las elecciones, a la espesa niebla de la pandemia que no cesa, habrá que añadirse otra niebla, igual de maligna y pertinaz, la del Neoliberalismo triunfante, ya completamente desatado, haciendo de las suyas, sin leyes, normas y barreras que limiten su libertad para implantar un sistema donde solo importa el beneficio económico de unos pocos, los grandes negocios de la élite económica a costa del empobrecimiento del resto, la inmensa mayoría de la población. Dice el catedrático, poeta y actual director del Instituto Cervantes Luis García Montero, refiriéndose a esa élite económica: “ Y vuestra libertad se parece mucho a un genocidio, a una ley del más fuerte que no tiene escrúpulos al hacer negocio sobre la dignidad y la vida de las personas. Habrá que poner un poco de orden social, porque esta libertad es una tomadura sangrienta de pelo”. 

Hay mucha gente incauta que se deja llevar por el atractivo de la palabra “libertad”, sin caer en la cuenta que esa la libertad es solo para algunos, para los listos de siempre que están desde hace mucho en lo alto de la pirámide social y su única obsesión es dar patadas a las escaleras para que nadie suba a su piso superior y les cuestione y ponga fin a su forma ilícita e indecente de enriquecerse, especulando con los derechos constitucionales de los ciudadanos, como ocurre con la vivienda. 

Hay  un poema de Hemann Hesse titulado “En la niebla” que describe muy bien estos malos tiempos:  “¡Qué extraño es vagar en la niebla / En soledad piedras y sotos. / No ve el árbol los otros árboles. / Cada uno está solo. / Lleno estaba el mundo de amigos / cuando aún mi cielo era hermoso. / Al caer ahora la niebla / los ha borrado a todos. / ¡Qué extraño es vagar en la niebla! / Ningún hombre conoce al otro. / Vida y soledad se confunden. / Cada uno está solo.

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