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El peligro de la oruga procesionaria para tu salud y, especialmente, para la de tu mascota

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análisis

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A medida que la temperatura aumenta, que la primavera causa su «revolución», es importante tener en cuenta algunos peligros sobre los que, normalmente, no estamos suficientemente informados. Hasta que nos toca de cerca.

La bajada de la oruga procesionaria lleva semanas produciéndose. Se trata del descenso desde los nidos que hacen en los pinos hasta llegar al suelo. El contacto con ellas causa daños en nuestra salud y en la de nuestras mascotas, y pueden llegar a ser muy graves.

Las larvas de la oruga procesionaria se van acumulando durante el invierno en las copas de los árboles, creando una especie de bolsa blanca. Cuando llega el mes de febrero, aproximadamente, podemos ver las copas de los pinos llenas de esas bolsas blancas, que son nidos de orugas. Es fundamental tener mucha precaución, especialmente si tenemos perros y niños a nuestro cuidado.

Nido de oruga procesionaria

Habitualmente abril y mayo eran los momentos para tener en cuenta la aparición de las orugas. Sin embargo, debido a los cambios bruscos de las temperaturas, en esta ocasión han aparecido antes. El año pasado, la Guardia Civil avisaba en redes sociales, el 14 de marzo, de la parición de la procesionaria del pino, y explicaba que «en los humanos puede provocar irritación en oídos, nariz, garganta. Si es tu perro el que lame una oruga o sufre una picadura, puede tener graves heridas, incluso puede llegar a morir».

En años anteriores se dio la alerta por «gran plaga» en la Sierra de Baza, en Granda. Se determinó un grado cinco de infestación, donde la zona de Charches era la más afectada.

Estas orugas suelen estar siempre en zonas de pinares, aunque no suele afectar a los mismos pinares cada año. Los árboles que se ven fuertemente afectados por ellas suelen secarse y morir. En España se considera que la procesionaria es un insecto «defoliador» porque provoca la caída artificial de las hojas de los árboles.

Las larvas están cubiertas por pelos urticantes, que se desprenden y flotan en el aire, por lo que nos pueden afectar al entrar en contacto con ellas sin darnos cuenta. Se debe a la toxina termolábil, Thaumatopina.

Riesgo para niños y animales

Se trata de un problema, no solamente para los bosques, si no de salud pública, puesto que supone un peligro real para niños y animales.

En caso de estar en contacto con una larva, se puede sufrir urticaria, sensación de intenso picor y quemazón junto a un sarpullido. Es recomendable la visita inmediata al centro de salud para aplicar, en caso de ser necesario, la medicación correspondiente. Puede causar cuadros de fiebre y malestar intenso general.

Cuando se trata de animales, especialmente perros, la situación se puede complicar mucho, ya que el contacto de órganos como la lengua del animal con la oruga, puede causar la necrosis de la zona. Generalmente, la lengua del animal se verá dañada, y la gravedad dependerá de la zona que haya estado en contacto. Puede llegar a ser mortal, debido a la inflamación que se produce de las vías respiratorias. En caso de ingesta, el cuadro suele ser muy complicado.

Fuente: https://www.doctorpino.es/procesionaria-del-pino-un-gran-peligro-para-las-mascotas-en-mallorca/

Basta con que tu mascota olfatee, roce una oruga para que inmediatamente observes en él dificultad para respirar, babas con espuma hinchazón del hocico.

Se recomienda hacer un lavado inmediato con agua fría, y si se dispone de bicarbonato, preparar el lavado con la dilución. Agua abundante y jabón en el pelaje, para tratar de eliminar posibles restos, y acudir inmediatamente a un veterinario.

Allí aplicarán la medicación pertinente, siendo posible que, en caso de haber estado en contacto con la lengua del animal, deba someterse a tratamiento de antibiótico, y presentar partes necrosadas que se perderán durante los próximos días al episodio del contacto.

Cuando vayas a ayudar a tu mascota, recuerda proteger tu piel, tus ojos y no exponerte a los pelos que puedan quedar de la oruga, pues también te podrán afectar.

Evita los paseos por pinares con los más pequeños y con tu mascota. Y vigila con atención, porque a veces, las rachas de viento hacen que aparezcan en zonas que no necesariamente tienen un pino inmediato.

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