Estaba cantando, en LAS ALMAS Y LA F1 ya lo habíamos anunciado, y en cuanto a Vettel… de momento se ha librado, pero… no sé yo.
Si Alonso hubiese ganado Indianápolis le llamarían; y si Alonso gana Indianápolis y Vettel vuelve a perder y la joven promesa Leclerq, Charles Leclerq tampoco gana el mundial… entonces el mercado se pondría muy nervioso y quizá se cumpliría la profecía, o más exactamente predicción, de Domenicalli:
Parece que nada se mueve en estos días, estos dos meses, en los que no hay carreras en el gran mágico y genial Circo de la F1, pero entre bambalinas hay más adelantamientos, sanciones, cobras y conejos, de los que jamás pueden verse en ningún gran premio.
A mí Arrivabene no me caía mal, ni tampoco bien… que le corten los mauricios me da bastante igual. Pero imagino que Vettel no lo ve como yo. E imagino -lo mío, sobre todo cuando bebo, es imaginar- que muchos tifosi estarán contentos con la noticia.
-No nos dan agua para beber, no nos dan en Ferrari un campeonato mundial, pero al menos: ¡un poco de sangre para atravesar el desierto! COMO A LAS MULAS DE ORZOWEI.
Otro burbon, por favor (sin sangre, gracias).
Tigre tigre.