Banco Popular: «Sería conveniente la opinión de Uría cuando haya varias alternativas aceptables para los auditores»

Diario16 ha tenido acceso a una serie de correos internos cruzados el entre el 24 y el 27 de marzo de 2017 entre varios directivos del Popular y Uría y Menéndez, el despacho de cabecera del Santander, que había sido contratado por Emilio Saracho en febrero, cuando aún no disponía de poderes para hacerlo.

En dichos correos electrónicos, el entonces secretario general del Consejo de Administración del banco, haciendo la función que le correspondía, sugirió a, entre otros, Francisco San Miguel Barbón, socio de Uría y Menéndez especializado en M&A (fusiones y adquisiciones), mercado de capitales y derecho financiero y bancario, que «sería bueno incorporar a vuestra revisión la información económico-financiera que pudiera ser relevante por impactos contables o en el capital; así como las previsiones presupuestarias y los análisis del balance que puedan dar lugar a información que deba ser comunicada a los mercados, en hechos relevantes, así como los estados financieros intermedios. Interesa especialmente el grado de seguridad y la distinción entre hipótesis, estimación y registro contable, cuando pueda ser controvertida».

No fue un ofrecimiento de un nuevo respaldo asesor, dado que, a continuación, el secretario del Consejo del Popular señala claramente que «si pensáis [en referencia a Uría] que es mejor que este tipo de revisión lo haga otra firma, no dejéis de decirnos. El interlocutor en principio para estas materias sería Miguel Escrig».

Este correo fue respondido por San Miguel Barbón en los siguientes términos: «Creemos que las cosas que mencionas que, si te entendemos bien, tienen un carácter más financiero o contable, excederían de nuestro ámbito de competencia. Por supuesto, estaremos encantados de ayudaros en cuestiones concretas del efecto de una determinada cuestión financiera o contable en un contrato, su comunicación como hecho relevante u otras. Pero temas como la distinción entre hipótesis, estimación y registro contable, por mencionar la última de las cuestiones que indicas, quedan fuera de nuestro ámbito de asesoramiento».

Sin embargo, a pesar de que en Uría y Menéndez fueron tan claros a la hora de rehusar a la sugerencia del secretario del Consejo, Miguel Escrig, el director general financiero del Popular fichado por Emilio Saracho, respondió poniendo en copia al propio presidente del banco:

«Entiendo que Uría no pueda constituirse en árbitro de registros contables, pero sería conveniente su opinión cuando haya varias alternativas aceptables para los auditores. En cualquier caso, la petición no se refiere a los aspectos contables, sino a las obligaciones de comunicación en función de la información que vayamos teniendo, y a los procesos que vayamos poniendo en marcha para ir averiguándola (en el marco del proyecto de Evaluación del Banco que estoy acometiendo con los equipos multidisciplinares). De hecho, la reunión que tuvimos el viernes con Uría la veo encuadrada en este marco, por lo que creo que basta definir con claridad el enfoque y alcance del trabajo. Llamo a Paco San Miguel para comentarlo».

Todo este movimiento se produjo en los días previos a que el Popular publicara el hecho relevante de la reexpresión de las cuentas de 2016, un proceso que, según se ha señalado en la Audiencia Nacional, sí fue, en algunos aspectos, supervisado por el despacho de cabecera del Santander. Esto se hizo con tanto secretismo que las reuniones se realizaban en las oficinas de Uría en vez de en la sede del Popular o que todas las comunicaciones externas al respecto debían ser supervisadas por los abogados de este bufete.

Por esta razón, estos correos resultan claves para entender el trabajo que se estaba realizando, las constantes reuniones y el papel clave que se le estaba ya dando al despacho de cabecera del Santander en toda la operación diabólica que terminó con la venta por un euro al banco cántabro de una entidad solvente y viable y con la ruina de más de 1,2 millones de personas.