Celta-Real Madrid, el reflejo del sistema que gobierna en España

Este no es un artículo de fútbol aunque se hable de fútbol. Lo ocurrido ayer en el estadio de Balaídos en Vigo fue el reflejo perfecto de cómo el sistema controla el destino de los pueblos y se encarga de, a través del manejo subterráneo de intereses y de corrupción, imponerse de la forma que sea y del modo que haga falta.

Ayer se enfrentaban el Celta de Vigo y el Real Madrid. La designación arbitral ya fue sospechosa, no en vano este mismo colegiado ya machacó al equipo vigués hace poco en Getafe. A la altura de temporada en la que estamos, que para pitar un partido de uno de los candidatos al título se le encomiende a uno de los «trencillas» de más bajo nivel ya es, cuanto menos, sospechoso, sobre todo si, además, ya tiene antecedentes. ¿Por qué no pitó este partido un árbitro internacional? ¿Qué hacía Mateu Lahoz arbitrando un Getafe-Mallorca?

Cuando pita un árbitro mediocre, su actuación suele ser generar polémica, sobre todo después de pitar tres penaltis muy dudosos o que, a mi entender, no lo fueron. 

¿Hay interés en que el Real Madrid gane la liga por decreto? Ya la tiene ganada por la enorme distancia que le separa de sus perseguidores. Entonces, ¿por qué? La respuesta, en general, señala cómo algunos representantes utilizan los clubes deportivos como elementos para manejar y potenciar sus propios intereses. En particular, no es un secreto lo que supone el palco del estadio Bernabéu como centro de negocios.

Lo ocurrido en Balaídos es la muestra de cómo la Federación Española de Fútbol sigue repartiendo prebendas en base a los intereses de su presidente. El Real Madrid es el equipo al que más penaltis han pitado a favor. El Fútbol Club Barcelona es el club a quien todavía no se le ha castigado con ninguna pena máxima en contra desde que comenzó la competición liguera. Casualmente, los dos grandes están enfrentados con la Liga de Fútbol Profesional por el dinero del fondo de inversión CVC.

Nada diferencia la gestión de Rubiales con la de Ángel María Villar. Sigue utilizando los arbitrajes para adulterar la competición en base a sus intereses. ¿Por qué no se permite que el VAR sea utilizado por expertos independientes? Porque de esta forma se controla la competición y, en la actualidad, los clubes dependen mucho de los ingresos generados en base a su puesto en la competición. Si alguien se opone a la Federación, será castigado, o si se pone a favor del presidente, se le favorece.

Por esta razón siempre se elige para dirigir el Comité Nacional de Árbitros a excolegiados que saben cómo designar al colegiado adecuado para cada partido.

Esto que ocurre en el fútbol, este sistema corrupto, no es más que el reflejo de la España de Pedro Sánchez, un país donde se premia a los poderosos mientras el pueblo pasa calamidades. Mucho maquillaje, mucho marketing, pero siempre ganan los de siempre.

El sistema está diseñado como una dictadura silenciosa en la que se permite a presidentes de equipos de fútbol utilizar el buen nombre, el prestigio y la pasión de sus aficionados para manejar sus intereses personales o empresariales.

En los palcos de los clubes, famoso es el del Bernabéu con Florentino Pérez como anfitrión, se invita a personas que ni siquiera ven los partidos porque están negociando Dios sabe qué. Al palco del Bernabéu se invita a jueces y fiscales que comparten espacio con los representantes empresariales o de la política a los que se está juzgando o investigando por presuntas estafas, casos de corrupción o, y esto es peor, para canalizar la estrategia procesal para favorecer a unos en contra de otros o, incluso, para beneficiar los intereses del propio presidente del club. ¿Eso es gratuito? Evidentemente, no.

Sin embargo, aunque reprochable, el sistema lo permite y no se duda en, incluso, hacer una valoración muy positiva de lo que ocurre en las entrañas de los estadios de fútbol. ¿Para qué han invertido miles de millones de euros los jeques árabes o los oligarcas rusos en comprar clubes internacionales? ¿Qué interés puede haber en hacerse con equipos de escasa historia (PSG, Chelsea, Manchester City o Newcastle United)? Es sencillo: los intereses económicos y de Estado de esos dueños.