Para David y Sara
Él es un piloto de carreras retirado antes de tiempo. Ella fue demasiado pronto la reina de la belleza de su pequeño mundo. Si ambas cosas no hubieran sucedido: él no se hubiera retirado de los circuitos, ella no hubiese sido un hechizo para todos los hombres en cuanto alcanzó la pubertad, nunca se habrían llegado a encontrar. Y el Cuento no existiría.
Ellos son el Cuento. Cuando se juntan ellos son el Cuento. Pero sólo a una hora concreta y en un lugar exacto. Siempre la misma hora, siempre el mismo lugar.
Es de noche, las diez o más, y todos los tonos son fríos a su alrededor: los focos blancos y despiadados, el suelo gris acero, el falso azul del agua en movimiento. Están sentados en dos sillas blancas que miran al centro de la piscina. El ex piloto es el socorrista; ella acude todas las tardes a estudiar a la biblioteca y luego va a buscarlo, a sentarse con él. Al principio, los principios de los cuentos siempre tienen esa indefinición deliciosa, la hora variaba un poco y hasta había algún día que ella al salir de la biblioteca no iba a sentarse al lado de quien estaba destinado a convertirse en la otra mitad del cuento.
Hasta que algún día alguien, uno de los raros nadadores que esperaban al final del día para acudir a la piscina, se lo dijo y los sentenció:
Parecéis un cuento.
Parecían un cuento. La delicadeza con la que se trataban el uno al otro, el misterio pequeño pero incesante de cada palabra que intercambiaban y sobre todo sus miradas que cuando se cruzaban ya no podían ver nada más y el mundo a su alrededor quedaba borrado.
El Cuento es frágil: no podrá ser igual ni siquiera con los mismos personajes en cuanto se cambien la hora o el lugar. Y eso es lo más importante de El Cuento: que no permite al tiempo entrar en su interior, porque carece de principio, y carece de final.
(Javier Puebla es el primer escritor en la historia de la literatura en haber escrito un cuento al día durante un año: El Año del Cazador, una suerte de novela neurológica que sólo puede conseguirse completa y editada en papel solicitándosela directamente al autor a través de Twitter, Instagram o Facebook, o en el correo [email protected]
Esta Suite que se está publicando en Diario16 se prolongará al menos durante 33 días y está inspirada por el deseo de recuperar el espíritu y la forma de observar la vida con unos ojos distintos, ojos de Cazador de Cuentos, y es también un exponerse ante el mundo, un “aquí estoy, aún estoy aquí y tú puedes verlo y compartir conmigo este imprevisible juego”.) Día 19.
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(Mecanografía: LF)