La creación de empleo es uno de los mayores problemas que tiene España. Sin embargo, no todo vale para aumentar el número de puestos de trabajo creados. Ese es el chantaje constante con la que las grandes corporaciones y la clase empresarial someten a los gobiernos españoles.
Si no se les dan ayudas públicas, se les rebajan al mínimo los impuestos a pagar o se les permite saltarse las leyes laborales, estas grandes multinacionales hacen las maletas y se van. El último gran ejemplo de ello se encuentra en el caso de Alcoa, donde España generaba beneficios en sus plantas de producción, pero el ansia por aumentar la rentabilidad ha llevado a cerrar las fábricas dejando a miles de personas en el paro.
La bajada de pantalones de Rajoy
Con Mariano Rajoy se vivió la mayor bajada de pantalones de un país ante las reclamaciones del sector empresarial. La Reforma Laboral de 2012, redactada en base a las reivindicaciones de la patronal, supuso el mayor golpe a los derechos de la clase trabajadora desde la Revolución Industrial.
¿Qué dio a cambio esa clase empresarial? Nada. Más despidos colectivos, explotación a través de millones de horas extra sin remunerar, incremento de la precariedad laboral y una rebaja salarial más propia de un país del tercer mundo que de la cuarta economía de la Eurozona.
Con el cambio de Gobierno se están acometiendo medidas para paliar el asalto absoluto de las clases dominantes al estado del bienestar. Una de las más importantes fue la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), una medida orientada a dignificar los sueldos de la clase trabajadora.
Sin embargo, en las élites esto no ha sentado bien y tienen aliados en la propia Administración del Estado para intentar frenar cualquier decisión que se adopte para que la clase trabajadora no pierda derechos.
Banco de España: el paladín de los abusos salariales
El Banco de España ha vuelto a utilizar el chantaje de la creación de empleo para cargar contra la subida del SMI. El supervisor ha estimado estima que el incremento a 950 euros mensuales, un 22%, en 2019 ocasionó una pérdida de empleo neta de entre 6 y 11 puntos porcentuales.
Según un análisis del Banco de España, la cifra de las relaciones laborales retribuidas por debajo de los 1.250 euros mensuales experimentó, tras la subida del SMI, una moderación inmediata en el diferencial entre su tasa de crecimiento y la de un colectivo que percibía una remuneración algo mayor con anterioridad a esa fecha.
Así, según el supervisor, por cada punto de subida del SMI, se produciría un menor crecimiento del empleo de los trabajadores directamente afectados de entre 0,3 y 0,5 puntos porcentuales. Es decir, que lo que plantea es que es mejor mantener a una clase trabajadora con salarios miserables antes que perder porcentaje de creación de empleo precario, indigno y basado en la explotación más absoluta.
Para el Banco de España, su tesis se podría reflejar en dos canales diferentes. En primer lugar, que los trabajadores con menor salario perdieran el trabajo con mayor probabilidad a lo habitual tras la subida del SMI. En segundo término, aunque no haya cambios en los despidos, el supervisor cree que la creación de empleo a esos niveles salariales se podría haber visto reducida sin haber sido compensada con nuevos puestos de trabajo a salarios algo superiores.
De mal nacidos los hay, claro como a ellos no les afecta porque son funcionarios y cobran y tienen el puesto de trabajo garantizado, pues eso hacer estudios y siempre tirando para los de siempre (eh como Escriba ) dicen eso de la cabrá siempre tira monte, que se dediqué controlar a los que tienen que controlar para que no le roben a las personas que tenían sus ahorros en el Popular, desfalco en salida en bolsa caso del que decía que avía que vigilar la corrupción y tocaba la campana y ahora en la cárcel y pendiente de nuevos juicios, en fin no tienen vergüenza y nunca la han conocido