El color del autoritarismo: Uniformes Policiales y Democracia

En la sociedad contemporánea, la apariencia de los uniformes policiales puede ser un indicador sutil pero revelador del estado de la democracia en un país. Un análisis más profundo de la relación entre el color del uniforme policial, su grado de militarización y la naturaleza de la sociedad a la que sirve, puede arrojar luz sobre la salud democrática de una nación.

Tomemos, por ejemplo, los uniformes oscuros y militarizados de la policía en países como Rusia y Corea del Norte. Estos uniformes, que se asemejan más a los de un ejército que a los de una fuerza policial civil, reflejan la naturaleza autoritaria de estos gobiernos. En contraste, en países con democracias más fuertes como Canadá y Noruega, los uniformes policiales tienden a ser de colores más claros y menos militarizados. Y la idea es clara, el policía se ha de distinguir de entre la multitud para que se sepa a quién se debe pedir ayuda; si el uniforme es para camuflarse, es una policía eminentemente represiva.

La tendencia hacia uniformes más oscuros y militarizados es un indicativo de una evidente mayor violencia policial. Los uniformes oscuros se escogen así por tener un efecto psicológico, tanto en los oficiales que los usan como en los ciudadanos que interactúan con ellos. La idea es fomentar una mentalidad de «nosotros no somos ellos, nosotros contra ellos», lo que provoca un aumento de la violencia y la agresión por parte de la policía.

Además, la militarización de los uniformes policiales es un reflejo de una sociedad menos democrática. Cuando la policía se asemeja más a una fuerza militar que a una entidad civil, indica un desequilibrio de poder que es contrario a los ideales democráticos de igualdad y justicia. Ya no es la idea de un ciudadano al servicio de toda la ciudadanía.

El color y el estilo de los uniformes policiales es un barómetro de la democracia y la violencia policial en una sociedad. Es esencial que las democracias mantengan una distinción clara entre las fuerzas militares y las policiales para preservar la confianza pública y la estabilidad social. Cuando hubo que lavar la cara y alejar la Policía Nacional de la imagen franquista y hacer que pareciera una policía democrática, se escogió el marrón y el blanco roto de colores básicos.

En China, la policía armada del pueblo, que es esencialmente una rama militar, se viste con uniformes verdes oscuros y militarizados. Esto refleja la naturaleza autoritaria del gobierno chino y su enfoque en el control y la estabilidad por encima de los derechos individuales. Y la casualidad hace el color sea prácticamente idéntico al de nuestra Guardia Civil, así como el entallaje; salvo el castizo tricornio.

En contraste, en países como Nueva Zelanda y Suecia, los uniformes de la policía son de colores más claros y menos intimidantes. Estos países son conocidos por su fuerte compromiso con los derechos humanos y la democracia, y sus fuerzas policiales están diseñadas para servir y proteger a la comunidad, en lugar de controlarla.

En los Estados Unidos, la tendencia hacia la militarización de la policía ha sido objeto de un intenso debate. En algunas ciudades, la policía ha adoptado uniformes y equipos que se asemejan a los de los militares, lo que ha llevado a preocupaciones sobre el aumento de la violencia policial y la efectiva erosión de los derechos civiles.

En Brasil, la Policía Militar es conocida por su uniforme oscuro y su actitud agresiva, lo que ha coincidido con altos niveles de violencia policial. Esto contrasta con la Policía Civil, que tiene un uniforme más claro y se centra más en las investigaciones criminales.

Y es que el color y el estilo de los uniformes policiales son un reflejo de la naturaleza de la sociedad a la que sirven. En las democracias fuertes, la policía está diseñada para servir a la comunidad, mientras que en las sociedades más autoritarias, la policía es utilizada como una herramienta de control y represión. Y eso que la pagan los ciudadanos con sus impuestos.

No hay ejemplo más claro que la experiencia del terror nazi, cuyos uniformes eran negros; color al que, justamente, está ya llegando nuestra Policía Nacional.

Comparemos finalmente dos uniformes: El de la policía de Nueva York, que como todas las otras grandes policía está en el punto de mira de sus excesos y el uniforme de la Policía Nacional de España:

Policía de Nueva York (NYPD):

• El uniforme de la NYPD es de color azul marino.
• Los oficiales llevan una placa de metal en el pecho con su número de identificación.
• Los oficiales también llevan una gorra de estilo militar con un escudo de la NYPD.
• Los oficiales de rango superior tienen galones en hombros y las mangas de sus uniformes para indicar su rango.
• Los oficiales de la NYPD también llevan un cinturón de servicio que contiene su arma de servicio, esposas, radio y otros equipos.

Policía Nacional de España:

• Los uniformes de la Policía Nacional de España son de color azul oscuro.
• Los oficiales llevan una placa de metal en el pecho con su número de identificación (salvo en el momento de las intervenciones antidisturbios, ya se imaginan por qué).
• Los oficiales también llevan una gorra de estilo militar con el escudo de la Policía Nacional.
• Los oficiales de rango superior tienen galones en hombros y en las mangas de sus uniformes para indicar su rango.
• Los oficiales de la Policía Nacional también llevan un cinturón de servicio que contiene su arma de servicio, esposas, radio y otros equipos.

Ambos uniformes son de color azul oscuro y los oficiales llevan placas de identificación, gorras de estilo militar y cinturones de servicio. Sin embargo, puede haber diferencias en los detalles específicos del uniforme, como los emblemas y los galones utilizados para indicar el rango. La pregunta que debemos hacernos es:

¿Son sociedades iguales? ¿Es la policía que necesitamos, y por la que pagamos entre todos?

Y lo peor de todo, es que nuestras policías locales y hasta los Mossos han ennegrecido sus uniformes y puesto gorras militares.