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El oscuro Bottas y el luminoso Checo Pérez

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análisis

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Han pasado 12 horas, más de 12 horas, y aún redoblan como tambores los corazones de los aficionados, de los amantes de la Fórmula 1.

El Gran Premio de Francia 2021 ha sido inolvidable y pasará a los anales de la historia.

Red Bull ha lanzado un  gancho al mentón impresionante, y un derechazo al hígado no menos brutal, a Mercedes. Los durante siete últimos años reyes del mambo absolutos de la categoría reina se han quedado noqueados. Por pilotos y por estrategia.

Max Verstappen ha conducido como el diablo. Conseguido lo imposible.

¿Quién no pensaba que era una locura meter a Max a cambiar ruedas cuando iba líder de la prueba?

Pero la estrategia ha funcionado. Y ha funcionado gracias al oscuro propósito de Valtteri Bottas, que ya no puede más, no aguanta ser el segundo, el escudero, el bastón.

Bottas podría haber contenido a Verstappen en su espectacular remontada al menos durante dos o tres vueltas, y entonces habría sucedido qué Hamilton habría ganado la carrera. Pero no ha querido hacerlo. Bottas prefiere a Max Verstappen como campeón del mundo que a su compañero de

equipo: el hombre de todos los récords, Lewis Hamilton. Se ha despachado a gusto con su equipo, Bottas, porque no le han hecho caso, porque no la han escuchado cuando decía que la estrategia mejor era a dos paradas.

Pero en cualquier caso él siempre habría preferido la victoria de Max Verstappen.  Debe estar de enhorabuena el piloto finlandés en su túnel mental de oscuridad.

En el otro extremo, el segundo árbitro de la carrera, el gran Sergio Pérez, Checo Pérez.

Red Bull podría haber mantenido en pista a Checo Pérez sin cambiar neumáticos hasta que Hamilton le alcanzase, y así ralentizarlo y poner las cosas más  faciles a Max. Pero Red Bull no le ha obligado a hacerlo.

Red Bull tiene más respeto por Pérez que Mercedes por Bottas. Ha creído en él y que sería capaz de quedar tercero y arañarle aún más puntos a la Mercedes. Red Bull ha permitido a Sergio Pérez brillar, mostrar toda su luz como el gran piloto que es.

Ha ganado el espectáculo y ha ganado la afición. A Sergio Pérez le veremos brillar muchas veces más, y a Bottas le veremos perderse más y más en su creciente oscuridad.

Nadie puede esconder su alma, escribía Melville en su Moby Dick.

El alma de Checo Pérez es todo luz, la de Bottas todo sufrimiento y oscuridad.

En el Red Bull Ring dentro de una semana la batalla entre Mercedes y Red Bull continuará. Y Max Verstappen y Sergio Pérez, estamos seguros, volverán a brillar.

37 puntos le saca Red Bull a Mercedes ya.

Tigre Tigre.

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