El Tribunal Supremo de la India ha dado a conocer su veredicto sobre la legalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Distintas personas homosexuales, organizaciones y activistas habían solicitado en distintas instancias judiciales que sus matrimonios fueran reconocidos, y algunas de ellas, acudieron al Tribunal Supremo, que consideró la necesidad de unir todas las causas y establecer un criterio de unificación de doctrina.
Su sentencia ha negado el reconocimiento legal de los matrimonios homosexuales, dejando ahora en manos del Parlamento la decisión de abordar la cuestión.
Ante las solicitudes presentadas por distintas personas que esperaban que el máximo Tribunal de la India respaldara sus contratos matrimoniales, el Supremo se ha pronunciado señalando: «El tribunal no puede dictar leyes, sólo interpretarlas y corresponde al Parlamento cambiar la Ley Especial de Matrimono», dijo el presidente del Tribunal, TY Chandrachud.
«El tribunal no puede anular ni leer palabras de la Ley Especial de Matrimonio para incluir a miembros del mismo sexo dentro del ámbito de la ley de 1954», ha señalado en su sentencia.
Ley de matrimonio de 1954
La ley especial sobre el matrimonio de la India data del año 1954 y en ella se regulan las uniones matrimoniales de personas que residen en la India y de sus nacionales en el extranjero. Quienes consideraban que esta ley respaldaba la legitimidad de los matrimonios homosexuales lo hacían interpretando la ley en el sentido de que una persona no puede ser discriminada por razón de género o por su orientación sexual.
En la sentencia también se señala que las parejas homosexuales no pueden acceder al derecho de adopción de menores.
El presidente del Tribunal Supremo ha solicitado al gobierno federal que establezca un comité específico para «decidir sobre los derechos y prerrogativas para las personas en uniones queer».
Despenalización de la homosexualidad
En la India, en 2018 se despenalizó la homosexualidad, y mediante sentencia del Supremo se decidió por unanimidad que no podía seguir considerándose un delito. «Las relaciones sexuales entre adultos homosexuales no constituyen una ofensa», señaló la sentencia histórica.
