Decía Rubalcaba que este país entierra muy bien. El propio ex secretario general del PSOE fue un claro ejemplo de ello. Ahora, aunque sigue vivita y coleando, Europa y Alemania despiden a Angela Merkel como una heroína y una gran líder europea. Sin duda, lo ha sido. Pero quizá sería bueno recordar cómo machacó a los países mediterráneos, como Grecia y España cuando la gran crisis del 2008.
No hubo compasión de Merkel para los países del sur, mientras sus habitantes sufrían una crisis para la que, a diferencia de la actual de la pandemia, no hubo ayudas ni piedad.
El final de la era Merkel, que se mira con expectación en Europa, con sus luces y sus sombras, no debiera quedar en el olvido para una España con la que no tuvo compasión.
La historia política de Merkel
Angela Merkel, doctora en química cuántica formada en física, llegó a la presidencia de Alemania con 51 años. Representaba como nadie para su país, Europa y el mundo, el ejemplo de que lo ocurre en los países comunistas. Ya que la todavía canciller creció bajo el régimen comunista en Alemania oriental.
Así, en 16 años de gobierno, que ha sabido pactar para gobiernos de coalición cuando sus votos no eran suficientes para liderar el país, ha hecho frente a las crisis económica del 2008, que llevó con mano de hierro para desgracia de países como España, pero mucho peor aún para Grecia, a las amenazas de disolución de la Unión Europea, la gran ola migratoria hacia Europa en 2015 y la actual pandemia del covid-19.
Con España
La canciller alemana no dudó en lanzar duras críticas al pasado español de culto al ladrillo, una situación que provocaron los diferentes gobiernos de González y Aznar, aunque en aquellos momentos hasta el PSOE caía en el error de culpar de todo a Zapatero.
Pero Merkel, cuando Rajoy llegó al poder en España, no dudó en azuzar a nuestros país con el castigo con que están infligiendo los mercados al a deuda española. Angela Merkel llegó a asegura en Europa en un discurso pronunciado ante el Bundestag en Berlín en 2012 que la situación que vivía la economía española es consecuencia de una «década irresponsable».
Así, se mostraba con mano de hierro para no evitar una crisis sin precedentes en la Democracia española. De hecho, en 2011, la dirigente alemana exigía a nuestro país mayores esfuerzos y nuevas reformas para reducir la deuda.
«España ha hecho mucho, pero tendrá que hacer probablemente más«, repetía sin compasión.
Días después, Angela Merkel volvía a defender, ante el Bundestag, las reformas españolas, hasta el punto de ponerlas como ejemplo de la disciplina fiscal que a su juicio debe imperar a partir de ahora en la UE para prevenir nuevas crisis de deuda.
España también despedirá a Merkel con honores, como el resto de la UE. Pero conviene recordar el pasado para tratar de no repetirlo.
adios tanta paz lleves como descanso dejas hija de
Ángela Merkel…
Tengo hablado tan mal de esta mujer que es sencillo darme cuenta que me pasaba tres pueblos. Porque nunca ha sido una persona brillante, ni de gran corazón. Era justa; tanto en sus políticas o sentencias como en su desarrollo intelectual, o, si gustan, tambien integral. Los jugadores de tute dirían que iba por el libro y eran de manual sus argumentos, que perjudicados tanto no fuimos a tenor de lo visto. Pasaba que defendía sus intereses por encima de los españoles y una parte(mínima) de los germanos, y que es justo admitir que no es lo que hacen precisamente Almunia o ese facha de Borrell, que son europeístas por encima de los intereses de España y siempre y cuando sus acciones rindan culto a sus personas. Más bien personajes que interpretan. España cede a la unión los derechos y la capacidad de decisión que niega a sus propias regiones a riesgo de la confrontación interna y salir perdiendo en las negociaciones.
Ángela Merkel era europeísta pero como aquí decimos: «o porco polo que vale», y vale ya de tanta alabanza y crítica. Se ha ido a su nido y volado libre de culpa, pero con el cerebro de una babosa se lleva tambien su alimento. Así que Ángela; te perdono cuando te vas. Dale a tus alitas y Auf wiedersehen, tía.
El gran problema de que una mujer llegue a un alto puesto directivo (de empresa o político) es que lo primero que cree que debe de hacer es demostrar que es tan h. de p. como cualquiera de los hombres que ha ocupado ese puesto anteriormente.
Y así salen las cosas.
Y tenemos bastantes ejemplos: Indira Gandhi, Golda Meir, Margaret Thatcher, Angela Merkel……
La única que parece irse librando del calificativo, de momento, es la noruega Erna Solberg. Aunque habría que preguntar a los noruegos.