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Feijóo se desvincula del pacto de Castilla y León con Vox

Manel Mas
Manel Mas
Estudié contabilidad y economía, fui perito y profesor mercantil, ejercí de profesor en Alesco (Altos Estudios Comerciales) en Barcelona dando clases de contabilidad, cálculo y derecho mercantil.
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análisis

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Mañueco se sorprende por el rechazo de Tusk (el presidente del PP a Europa) por su alianza con Vox

Feijóo cara visible del nuevo PP desde hace ya casi dos semanas, cuando los barones forzaron la salida de Pablo Casado, quiero suponer que es consciente que tendrá que lidiar con este pacto como si lo hubiera firmado él. El acuerdo de Castilla y León ya no se puede revertir y lo que hace ahora Feijóo es demostrar que a pesar de que la extrema derecha tenga por primera vez una silla en un ejecutivo y, por lo tanto, pueda decidir las políticas públicas de una autonomía, este hecho no condicionará los principios del PP.

Que Alfonso Fernández Mañueco haya permitido que Vox entre al primer gobierno autonómico del Estado va camino de convertirse en una losa para el mandato, todavía no oficial, de Alberto Núñez Feijóo, todavía hoy presidente de la Xunta, y aspirante a presidir el PP a partir de abril, intenta, ahora desatarse de este pacto y culpa al PSOE de no abstenerse para evitar que la extrema derecha entrara al ejecutivo de Castilla y León, la realidad es tozuda. Muy mal inicio a mi modo de ver.

Feijóo ha defendido la España de las autonomías, la Constitución y el europeísmo para desmarcarse de Vox. Nunca seremos un partido populista, ha afirmado en su primer discurso oficial como candidato, donde ha evitado calificar a Vox de extrema derecha. A veces es mejor perder un gobierno que ganarlo desde el populismo, ha añadido para defender que ellos no asumirán las políticas de Vox.

Para evitar que él se tenga que encontrar con esta disyuntiva al inicio de la carrera hacia la Moncloa, reivindica el camino de las mayorías absolutas. Es decir, mirar de trasladar las que ha obtenido en Galicia, al  Estado. Para mirar de conseguirlo quiere recuperar los votantes que se pasaron a Vox o Ciudadanos, como también los socialistas desencantados puedan votar el PP en las próximas elecciones. Dice que no cree en los gobiernos que se pactan en los despachos, ha insistido Feijóo, cargando contra la izquierda y les ha reprochado que quieran dar lecciones de pactos.

Fernández Mañueco pasará a la historia por haber sido el primer presidente autonómico a abrir las puertas del gobierno a la extrema derecha de Vox. Con todo, Mañueco ha intentado restar trascendencia al pacto. El acuerdo escrito PP-Vox hablaba de crear una ley contra la violencia intrafamiliar, negando así, la violencia de género tal como hace Vox, pero, según ha dicho, esta normativa no eliminará la ley de violencia de género que ya existe en Castilla y León, sino que será complementaria y se dirigirá a combatir la violencia contra menores y personas mayores, a pesar de que en su programa hacía referencia a las mujeres.

Lo que sí que ha hecho Mañueco ha sido responder al presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk, y al también todavía presidente del PP Pablo Casado, que este jueves rechazaron el pacto con Vox y mostrando su sorpresa al recordar que el mismo Casado le había dado libertad para negociar el gobierno. Vox, en cambio, está muy exultante con el pacto. La portavoz del grupo a la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, ha calificado de pataleta la oposición de Casado y Tusk, diciendo que hacen el ridículo.

Un mal inicio para el todavía candidato a liderar el PP. Afirmar que no asumirá las políticas de Vox lo tendrá que demostrar cuando requiera de sus votos para aprobar leyes y, muy especialmente, para aprobar los presupuestos. Ya de entrada, se ha hecho la víctima culpando el PSOE de no abstenerse y provocar el pacto con Vox.

¿Qué piensan ustedes, queridos lectores? Madrid no es Santiago, ni España es Galicia. Las mayorías que obtuvo en su tierra será muy difícil obtenerlas para llegar a la Moncloa. Por mal que lidere el PP, seguro que, poco o mucho, mejorará su imagen si actúa democráticamente, borra la corrupción existente en el seno del partido y colabora para que, finalmente, se pueda renovar el Consejo General del Poder Judicial. Por lo demás todo es una incógnita. ¿No lo creen ustedes así?

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