El coordinador general y número tres del Partido Popular, Elías Bendodo, viene diseñando desde el cuartel general del partido en Génova 13 la hoja de ruta que las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 28M han puesto sobre la mesa de operaciones para su formación. Los pactos o acuerdos de investidura o de gobierno con la extrema derecha han sido la única opción barajada por los populares desde un primer momento, pese a las sucesivas puestas en escena del equipo de Alberto Núñez Feijóo sobre un centrismo que nunca ha llegado tras sus reiterados anuncios desde que hace poco más de un año descabezó a Pablo Casado de la dirección del partido.
Bendodo llegó a Madrid desde Sevilla fichado por Feijóo después de haber sido el primero en torear las exigencias de la extrema derecha en Andalucía, que rápidamente sacó un acuerdo con el PP de Juan Manuel Moreno Bonilla, donde no faltaron algunas de sus ya habituales exigencias, como por ejemplo el apoyo de la Semana Santa, la cinegética y la tauromaquia, la creación de una Consejería de Familia, la sustitución de la ley de memoria democrática por otra denominada de “Concordia”, la lucha contra el “efecto llamada” de la inmigración o la creación de “un sistema de atención a mujeres con embarazos no deseados que les proporcione información, asistencia y alternativas socioeconómicas”.
Moreno Bonilla ya firmó con Vox en 2019 la derogación de la ley de memoria democrática o un sistema de “atención” a embarazadas para evitar que abortaran
Los 37 puntos del acuerdo PP-Vox en Andalucía fueron firmados personalmente el 9 de enero de 2019 por Moreno Bonilla con el entonces líder andaluz de Vox, Francisco Serrano, actualmente imputado por un caso de fraude en ayudas públicas por el que la Fiscalía le solicita ocho años de prisión. Los cuatro primeros años de legislatura del bipartito PP-Ciudadanos de Moreno Bonilla al frente del ejecutivo andaluz fueron un constante toma y daca entre el PP y las exigencias que desde fuera hacía la formación de ultraderecha, una presión que finalmente fue la excusa aportada por el presidente andaluz para adelantar los comicios al 19 de junio de hace un año aprovechando el supuesto efecto Feijóo, que acababa de tomar el mando del partido en Madrid.
La jugada le salió redonda al líder del PP andaluz, ya que apenas tuvo que apelar de soslayo al voto útil para recibir sufragios prestados a su izquierda y derecha, además de embolsarse prácticamente todos los que cuatro años antes habían ido a parar a Ciudadanos, que pasó de 21 diputados a no tener ninguno actualmente.
PP de doble enganche
Las diferentes estrategias de negociación con Vox por parte de la dirección nacional del PP a nivel autonómico y municipal tras la cita del 28M van encaminadas a concienciar a su electorado potencial de que el único voto útil es cuando se agrupa en torno a las siglas del PP para no tener que hipotecar derechos ya asumidos en teoría por el ideario popular como la lucha contra la violencia de género o el derecho al aborto, entre otros. De ahí que haya en teoría un mundo entre el pacto de gobierno rubricado en la Comunidad Valenciana y la ruptura total en Extremadura o el principio de acuerdo en Baleares dando la Presidencia de la cámara autonómica a un dirigente de Vox que ha vertido reiteradamente comentarios homófobos, machistas y xenófobos a través de las redes sociales.
Este PP de doble enganche que lo mismo da que da lo mismo es el que, con tiralíneas, viene dibujando desde la sede nacional del PP el que fuera mano derecha del presidente andaluz, verdadero gurú que lo aupó a una histórica mayoría absoluta de los populares en el que hasta ahora venía siendo el granero del PSOE por excelencia.
[…] Fuente de la información […]