El PP dice que la amnistía corregirá en el Estado, el rey, los jueces del Tribunal Supremo. No. Si corrige alguien es el PP, que externalizó a la justicia y a las alcantarillas del Estado un conflicto político. Por eso los molesta tanto la amnistía, porque es una enmienda a la totalidad. A su ¡A por ellos!
En Madrid dicen que Puigdemont ha aceptado que se tramite la amnistía después de la investidura, pero el de Juntos dice que esto es mentira. Dicen que lo han convencido argumentando que no se puede correr por no perder seguridad jurídica y después nos encontráramos que el TC declarara la ley inconstitucional. Pero el en torno al presidente lo niega. De hecho, cada vez más, sentiremos más rumores sobre la posición de Juntos porque, como que no explican nada a nadie, las especulaciones se disparan.
En el silencio de Junts hay responsabilidad, hay plena conciencia del que puede haber en juego, también por la vuelta a Cataluña del presidente al exilio; por lo tanto, también hay cálculo y conveniencia, que, al fin y al cabo, es lo que mueve la política. Mientras tanto, se han reunido Sánchez y Rufián (que insiste en el traspaso de Cercanías). También se reunieron Sánchez con Aitor Esteban del PNB, que está por un acuerdo que dé más sentido a investirlo primero y a aprobar los Presupuestos después.
Todo lo que llega de los posibles socios del PSOE, y del PSOE mismo, es que están decididos a llegar a un acuerdo, lo cual descoloca al PP que continúa allá, arrinconado con la única compañía de Vox. Sánchez puede ser investido, no habiendo ganado las elecciones, con un acuerdo con los periféricos, el PP tendrá que repensar a fondo su estrategia. Por eso llamamiento tanto contra Sánchez con la amnistía, a ver si con dosis de patriotismo consigue que sus votantes vean el PP como el refugio de aquello que Feijóo denominó «los españoles de bien«
Se ha presentado la propuesta de amnistía de Sumar que han preparado varios catedráticos. La propuesta dice que el conflicto político con Cataluña resultó agraviado por una represión penal contundente y la falta de proporcionalidad con que se adoptaron decisiones judiciales y que «hay que dejar atrás la política criminal punitiva». Y aquí es donde los favorables a la amnistía tendrían que responder los argumentos del PP y Vox. La amnistía no plantea ningún problema de ensamblaje en la Constitución. Que no se hable no es ningún problema. Tampoco se habla de matrimonio homosexual o de eutanasia, y son constitucionales. O las que ha habido, incluidas las fiscales, ¿no han salido adelante?
Dice el PP que una amnistía para el Proceso rompería el principio de igualdad. ¿De quién? Más bien, durante el Proceso ha habido una desigualdad judicial que tiene que ser reparada porque, como han demostrado las resoluciones de las justicias belga, alemana, escocesa, italiana o suiza, aquello no fue ni rebelión ni sedición. Tampoco rompe la separación de poderes. Cualquier estudiante de primero de derecho lo sabe: la ley la hace el Parlamento y los jueces la tienen que aplicar. Y la amnistía es una ley que aprueban las Cortes, no como los indultos, que los aprueba el gobierno.
La amnistía podría salvar a España de una condena segura y muy contundente en Estrasburgo.
Hace pocos días, el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos decidió de tramitar las demandas de los nueve ex-prisioneros políticos catalanes contra la sentencia del Tribunal Supremo español que los condenaba a sedición y malversación por el Primero de Octubre. Cuando va tomando más fuerza la posibilidad que se acuerde una ley de amnistía en relación con el proceso de independencia, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha decidido que juzgará al Reino de España por la posible vulneración de derechos fundamentales a los nueve ex- políticos condenados por la sentencia del proceso.
Es la causa principal que hay a la justicia europea para mirar de invalidar y desautorizar la respuesta represiva del estado español. Y la admisión a trámite de las nueve demandas va acompañada de unas preguntas a la parte española que indican que el tribunal ha entendido la gravedad del caso. El juicio contra el Primero de Octubre y la sentencia fueron tan manifiestamente contrarios a derecho, según tantos juristas; las condenas recientes del Comité de Derechos Humanos de la ONU son tan contundentes; y las negativas a la extradición de los exiliados, tan rotundas, que se hace difícil de pensar que no haya una condena a España en Estrasburgo.
Pero la aplicación de una ley de amnistía puede salvar Manuel Marchena y los magistrados del Supremo; puede dejar España sin la reprobación formal de los tribunales internacionales por aquel juicio. La amnistía dejaría sin responsabilidad penal los represaliados del proceso, los ex-presos incluidos: no únicamente por las condenas de prisión, ya eliminadas con indultos, sino porque dejaría sin efecto las inhabilitaciones pendientes, los condenados quedarían sin antecedentes y –si la ley es hecha como es debido– impediría que pudieran volver a ser procesados por los mismos hechos.
Cómo era de esperar PP, Vox, la derecha y sus medios afines no han considerado esta opción y no piensan en el posible descrédito de la justicia española ante Europa. Para ellos lo que importa es que Pedro Sánchez no pueda formar gobierno, esperar que unas nuevas elecciones les den otra oportunidad y, sobre todo, que puedan condenar y encarcelara a Puigdemont, tal como expresaron en las manifestaciones de Madrid y Barcelona.
El prestigio de España les importa muy poco, lo único que les interesa es recuperar el poder sea como fuere. Están convencidos de ser los verdaderos patriotas que el país necesita con urgencia.
