El domingo 28 de noviembre se celebran elecciones generales en Honduras con todos los sondeos apuntando a una amplia victoria del partido «Libre». Tanto la candidata a la presidencia de la República, Xiomara Castro – esposa del ex presidente Mel Zelaya – como los principales candidatos a diputados, destacando en esta campaña electoral el exministro Rasel Tome, de «Libre» se encuentran muy aventajados en los sondeos sobre sus competidores del gobernante Partido Nacional.
La situación en Honduras es especialmente preocupante debido al fuerte incremento de la criminalidad organizada, el hermano del actual presidente Juan Orlando Hernandez, del derechista Partido Nacional, cumple cadena perpetua en EEUU por narcotráfico, unido a los estragos de la Covid19 y los efectos de los huracanes «Eta» e «Iota».
En un multitudinario acto de campaña electoral el exministro y candidato a diputado de «Libre», Rasel Tome, afirmaba «la dictadura va a caer» y anunciaba un retorno a las políticas de lucha contra la pobreza y la desigualdad para recuperar a Honduras.
El país centroamericano, desde el golpe de estado militar en 2009 contra el presidente Mel Zelaya, ha sido gobernado ininterrumpidamente por el conservador Partido Nacional entre la creciente preocupación internacional por las acusaciones en tribunales de EEUU de sus vínculos con los cárteles mexicanos.
La victoria de la candidata por el partido «Libre» a la presidencia, Xiomara Castro, se sumaría a ola de triunfos de la izquierda en América Latina en línea con los éxitos de «Perú Libre» del Presidente Castillo o, del MAS del Presidente Luis Arce en Bolivia.
Tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, donde el exministro y candidato a diputado Rasel Tome realizó una visita de trabajo el pasado marzo para informar de la grave situación económico-social en su país y pedir el envío de vacunas contra la Covid19, se sigue con atención el proceso electoral en Honduras.
Desde Washington y Bruselas se ha trasladado el mensaje al actual gobierno hondureño que no se permitirá repetir los sucesos de las cuestionadas elecciones de 2017 donde el Partido Nacional fue acusado de organizar un masivo fraude electoral y de reprimir las posteriores protestas que dejaron decenas de muertes
