Antes, al consultar en un diccionario la palabra «Política», te encontrabas definiciones como esta: Se trata de un conjunto de teorías sobre el gobierno de las sociedades y de actividades prácticas relacionadas con la gestión de los asuntos públicos. De entrada, quedaba claro que serían necesarias personas que se dedicaran a hacerlo y que disfrutarían de la confianza del resto, puesto que tendrían que administrar los bienes que pertenecen a toda la sociedad.
Recuerdo a un antiguo profesor que, para hacerlo muy fácil, ponía el ejemplo más claro como es el de una comunidad de propietarios que, reunidos y puestos de acuerdo delegaban, en una o más personas, la responsabilidad de administrar los asuntos públicos de aquella colectividad. Una vez entendido por parte de todo el mundo, el hombre lo iba ampliando a clubes, asociaciones, ayuntamientos, diputaciones, hasta llegar a la administración de un estado/nación.
También explicaba que serían necesarias normas y leyes para regular toda esta complejidad, así como unos controles adecuados para que todo funcionara dentro de la legalidad. Recuerdo que fue la primera vez que oí hablar del Barón Pierre de Coubertin y la separación de poderes, a fin de evitar que el poder recayera en una sola persona -monarquía- o grupos como por ejemplo el ejercido o personas adineradas que podían influir en una mala praxis de la administración pública.
No he olvidado nunca aquel viejo profesor, insistía que, de la teoría a la práctica, había un recorrido que cada vez más se iba ampliando desgraciadamente. Hace unos días escribí un artículo con motivo de la muerte de Silvio Berlusconi y, me he lo ha hecho recordar nuevamente al ver cuál era el estilo del llamado Cavaliere, la forma de hacer política y la distancia existente entre la teoría y la realidad que él apuntaba.
Hoy en día la política es un juego de intereses y luchas por el poder, partidos, asociaciones, fondos de inversión y todo tipo de mercados financieros, quieren ser los que dominen y administren los asuntos y temas de los fondos y dinero público. Derechas e izquierdas prácticamente no se diferencian entre sí. La globalización por un lado y las materias primas por otro condicionan la clase política para actuar en beneficio de los poderosos y no en favor de la clase trabajadora que es la mayoría de la población.
Los medios de comunicación, en manos de quién ya sabemos, condicionan, manipulan, tergiversan, cuando no mienten directamente, condicionando el voto de la gente cuando es llamada a las unas y de esto se benefician los mismos partidos políticos, hace dos días publiqué lo que decía Núñez Feijóo, líder del PP, que decía que haría el imposible para no pactar con VOX. Y 48 horas después ha pactado y constituido gobierno en el País Valenciano con los ultraderechistas. Vean el siguiente video.
Ya tendremos ocasión de comentar los acuerdos a los cuales han llegado y, del que más presumen es la defensa del castellano y el ataque sistemático del valenciano que eliminarán de las escuelas así como algunas direcciones de la enseñanza y oficina de defensa de la lengua valenciana. Por cierto, no sabía que existiera ningún valenciano que ignorara el castellano, pero si lo dice Vox igual es cierto.
Leo a la prensa el siguiente: Miquel Strubell i Prats, asesor del gabinete de la consejería de Cultura de la Generalitat de Cataluña. Hay una parte de la Constitución española que dice que hay que respetar y proteger la pluralidad lingüística de España. Parece que PP y Vox no están de acuerdo y en el País Valenciano harán todos los posibles para suprimir nuestra lengua. Si el TC fuera normal, lo impediría. Pero no…
PP y Vox inician en València la ofensiva contra el catalán. Los dos partidos presentan hoy un acuerdo de gobierno de 50 puntos en que se prioriza la defensa del castellano. Feijóo (el que decía que haría los imposibles por no tener que hacer coalición con Vox) ha avalado el entendimiento con la extrema derecha en el País Valenciano y ha acusado al PSOE por no abstenerse en la votación.
Un torero de Vox, Vicente Barrera, amante de los toros, que exalta el franquismo, el anticatalanismo, el machismo y la xenofobia (que han sido claves del acuerdo entre PP y Vox). Será vicepresidente del gobierno valenciano. El pacto por la Generalitat Valenciana con el PP también le da la consejería de Cultura (?) al político ultra.
¿Qué piensan ustedes, queridos lectores? ¿No están desengañados todavía de la política? ¿No los queda ya claro que nadie actúa por ideología? Cómo decía Jacinto Benavente, todo el mundo se mueve por los intereses creados y en beneficio propio.
