En una advertencia sin precedentes, una vasta coalición de científicos de todo el mundo lanza una alarma urgente sobre el estado actual del clima y sus consecuencias. La crisis ya no está en el horizonte; está a la puerta de nuestra casa.
Emergencia climática actual
Este año, nuestra Madre Tierra ha soportado récords inéditos de olas de calor, inundaciones desastrosas, incendios forestales y fenómenos meteorológicos extremos que han arrebatado miles de vidas. No es un presagio de lo que podría venir, es la confirmación de lo que ya está aquí.
Signos vitales en declive
Más de 15.000 científicos, representantes de 163 naciones, han actualizado su informe sobre la emergencia climática, concluyendo de manera contundente que «la vida en el planeta Tierra está en peligro». Su preocupación se centra en la evolución de 35 indicadores o «signos vitales» del planeta.
Calor extremo y desplazamiento masivo
Si seguimos por este camino, se estima que la mitad de la población mundial eventualmente residirá en áreas no aptas para la vida humana, principalmente debido a un «calor extremo y mortal», y a la escasa disponibilidad de alimentos.
El costo humano del cambio climático
De continuar esta tendencia, hasta 6.000 millones de personas podrían encontrarse viviendo fuera de las regiones habitables de la Tierra al final del siglo XXI. Además, el hambre crónica, exacerbada por las sequías impulsadas por el cambio climático, ha afectado a más de 735 millones de personas en todo el mundo.
Economía y política del combustible fósil
Desafortunadamente, y en contraste con la urgente necesidad de acción, las ayudas públicas a los combustibles fósiles, responsables directos de la crisis climática, han aumentado en el último año, llegando al astronómico número de un billón de euros en 2021.
Soluciones a nuestro alcance
Los expertos recomiendan una transición económica que priorice las necesidades básicas de todos y no solo el consumo extremo de unos pocos. Enfatizan la importancia de fomentar la justicia de género, apoyar la educación y los derechos de las mujeres y las niñas, y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
Estos 15.000 científicos concluyen su advertencia con un llamado urgente: «Este es nuestro momento. Es el momento de marcar una diferencia real para toda la vida en la Tierra.» La elección es clara: o abrazamos este llamado con determinación y valentía, o enfrentamos consecuencias sin precedentes.
Un artículo lleno de tópicos climáticos, para tapar la ausencia de rigor.
Frente a esos científicos hay otros, igualmente fiables, que dicen que no, que no hay tal cambio.
¿A quiénes creemos, entonces?
¿Qué intereses económicos y políticos hay detrás de todo esto?
Tengo guardado un artículo desde 1981, un joven científico neerlandés cuyo nombre no recuerdo, eso que lo he buscado y hace no mucho lo encontré. Habla de subidas abrupta del nivel del mar en las pleamares, de catástrofes no tan notablemente sísmicas como geográficas, creciente actividad volcánica, de hambuna y movimentos migratorios por las consecuencias climáticas. De virus u organismos provenientes del deshielo… un alabar a dios. No sé cuanto habría de verdad, y por lo de ahora nada es mentira.
De todas formas no creo que sea para tanto, y a la vez que no soporto el nivel de apatía por exemplo en la sobre-explotación y la depredación del medio porque, sinceramente, no tendremos otro.
Tamén querería denunciar que estes días están aparecendo miles de peces mortos no areais das rías altas.
Seguro que hai unha explicación non satisface ninguén.