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Las redes sociales dejan a los adolescentes en manos de los agresores

El pasado fin de semana la policía detuvo a un joven de 21 años acusado de agredir sexualmente a una chica de 14 años que conoció a través de Instagram

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análisis

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Las maneras de relacionarse entre las personas, sobre todo entre los más jóvenes, están cambiando debido a la irrupción de las redes sociales. Y con ello, se abre una puerta para los agresores, que se aprovechan de las facilidades que les brinda un canal y una forma de socializar tan rápida, engañosa y superficial. Un ejemplo de ello sucedió el pasado fin de semana cuando la policía detuvo a un joven de 21 años acusado de agredir sexualmente a una chica de 14 años que conoció a través de Instagram.

Falsas identidades

“Instagram puede favorecer la comisión de delitos como el acoso, la extorsión, el ciberbullying, la intimidación y el maltrato psicológico”, explica a Diario16 la psicóloga experta en adicciones comportamentales y directora del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones No Tóxicas, Consuelo Tomás. Que lleva años tratando a jóvenes con problemas de adicción a los videojuegos y a la redes sociales. Otro caso relacionado con el mundo virtual salió a la luz hace unos meses cuando la Policía Nacional detuvo a dos hombres de 27 y 30 años por acosar a decenas de menores en las redes sociales. Los detenidos se hacían pasar por chicas de edad similar a la de las víctimas. Mediante la utilización de decenas de perfiles falsos en las principales plataformas y redes sociales se ganaban la confianza de las adolescentes y después las extorsionaban para obtener material pornográfico. “El riesgo está ahí, hay personas adultas que falsean su identidad haciéndose pasar por adolescentes con la idea de obtener contenido sexual o tener encuentros sexuales con menores”, continúa la Psicóloga. Queda claro que internet se ha convertido en el canal ideal para comenzar relaciones íntimas: “Instagram se convierte en un vehículo para reafirmar la sexualidad y el propio cuerpo y en algunos casos se utiliza para ligar”, señala Tomás.

Educar a los menores

Las redes sociales como Instagram se convierten en un reflejo de la realidad, pero un reflejo que puede distorsionarse por antojo. “No todo lo que aparece en Instagram es verdad, se generan personalidades virtuales y es un lugar propicio para difundir contenido falso”, matiza Consuelo Tomás y alerta de los peligros que puede acarrear dejar que los adolescentes caminen completamente solos por el mundo virtual: “Hay que explicarles muy bien el impacto que pueden tener determinados contenidos, comentarios y fotos que pueden ser comprometidas, ya que les pueden afectar tanto en el momento de publicarlas como en el futuro”. El momento más delicado es aquel en que los adolescentes trasladan las relaciones online al mundo real. “Sobre todo hay que tener en cuenta que si van a quedar con alguien que han conocido de manera virtual siempre tienen que ir acompañados de un adulto”, alerta la psicóloga.

Proteger la privacidad

La comunicación familiar se convierte en una herramienta clave a la hora de proteger a los menores de cualquier tipo de abuso o agresión:“Es muy importante que haya una comunicación muy fluida a nivel intrafamiliar, para que si los adolescentes ven algo raro en instagram lo comenten inmediatamente”, explica la experta, que recuerda que redes sociales como Instagram poseen mecanismos de protección: “Los padres tienen que enseñar a sus hijos a configurar la privacidad de modo que no todo el mundo pueda acceder a sus cuentas y ver su contenido”.

Sentirse independiente

Pero uno de los factores que convierte en peligrosas las redes sociales es la etapa en la que viven muchos de sus usuarios: la adolescencia. “En la adolescencia se da una transformación física y emocional muy importante. Es un periodo de la vida que se caracteriza por una necesidad de privacidad, una reafirmación de ideas, una necesidad de aprobación del grupo de iguales y una obsesión por el aspecto físico”, todo ello, según explica la psicóloga, hace que el mundo de instagram atrape con facilidad a los más jóvenes: “Redes como Instagram favorecen el sentimiento de pertenencia al grupo, ya que las adolescentes se sienten integradas compartiendo sus gustos y sus aficiones. Hasta el punto de convertirse en un referente muy importante, por encima de la familia o de la escuela”. Las adolescentes encuentran una espacio sin límites para ampliar su intimidad: “En Instagram las adolescentes buscan fórmulas alternativas independientes de la familia y se convierte en el medio a través del cual pretenden conseguir una mayor autonomía”, sentencia la profesional de la salud mental.

El poder de la imagen

El poder de la imagen idealizada ejerce una atracción en los jóvenes casi diabólica. “Que el contenido sea muy visual es muy estimulante y genera mucha fascinación entre las jóvenes”, señala Consuelo Tomás, que también indica cómo las curiosidades más propias de la adolescencia encuentran una fuente inagotable en Instagram: “En la adolescencia hay un interés por el sexo y la relaciones románticas muy fuerte. En Instagram ellas encuentran un espacio donde pueden manifestar su curiosidad y compartir sus inquietudes o turbaciones”. Pero en ese circo visual algunas jóvenes acaban dejándose arrastrar por la sensación de poder que genera gustarle a los demás, como indica la psicóloga: “Instagram puede favorecer personalidades exhibicionistas, histriónicas y narcisistas, ya que las adolescentes, buscando esa aprobación de los demás, están continuamente exponiéndose y sintiéndose orgullosas al tener muchos seguidores”.

Adicción al mundo virtual

Y en este mundo idealizado, la profundidad y el mundo interior parecen pasar más desapercibidos: “Se limita y se empobrece la comunicación en el mundo real, es frecuente que el pensamiento creativo y reflexivo se vea afectado. Ya que la mayoría de contenidos que se ven en redes como Instagram no aportan demasiado”. Pero la superficialidad a veces es sinónimo de intensidad. Como demuestra el hecho de que Instagram se convierta en toda una obsesión. La adicción al mundo virtual aparece cada vez con mayor fuerza en los jóvenes y los profesionales alertan: “Esto hace que se pierdan cosas en el día a día, ya que le prestan más atención al mundo virtual que al real, y no pueden parar de estar conectados o de pensar en que estarán compartiendo los demás en redes”, llegados a este punto es conveniente pedir ayuda. “Es muy importante que los padres pidan ayuda a centros especializados para tratar esta adicción cuando se manifiesta”.

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