Todo lo que ocurrió en la pandemia, se ha olvidado. Nuestros aplausos fueron buenas intenciones que se llevó el viento. Hoy más que nunca, ante el acecho de una nueva mutación del virus del COVID, los médicos están en huelga en casi todas las comunidades autónomas, y se sienten solos.
El 40% de los médicos españoles, están en situación de riesgo porque incumpliendo la normativa europea reiteradamente, no son plantilla fija de los hospitales públicos. Hay insuficientes médicos para atender adecuadamente a los pacientes, que cada día somos más debido a que tenemos una sociedad muy envejecida, con lo que esto conlleva de aumento en las necesidades sanitarias.
Los centros de salud de atención primaria, no pueden atender a todos los demandantes, lo que hace que la gente acuda masivamente a las urgencias, que están totalmente desbordadas, atendiendo a pacientes que no necesitan de esa urgencia.
Desde los sindicatos sanitarios, dicen que no solamente se necesitan más recursos, y más personal, si no estudios rigurosos, con un implemento de psicólogos y de fisioterapeutas por cada centro de salud. Haciendo que los pacientes sean correctamente atendidos en la sanidad primaria, desahogando las urgencias médicas. Los médicos de urgencias llevan manifestándose en prácticamente todas las comunidades autónomas varios meses. En Castilla y León, no pueden con la avalancha de pacientes que acuden diariamente a urgencias. Los atienden lo mejor que pueden, en unas condiciones que rayan la explotación, un sólo día de descanso a la semana y después de haber estado de guardia. Algo que no ocurre en el resto de trabajos, que son mucho menos estresantes. En los que se descansa como mínimo día y medio, a esto debemos sumar que sus sueldos están entre los más bajos de Europa.
No luchan solamente por sus derechos laborales, sino por todos nosotros, que no recibimos la atención que necesitamos, cierran cada día más centros de salud, las listas de espera aumentan en casi todas las ciudades para cualquier visita a los especialistas, por no hablar de las operaciones que en muchos de los casos, reciben el aviso cuando ya han fallecido.
No podemos permitir que nuestro país, pase de tener la mejor sanidad mundial, a tener una sanidad deficiente, por culpa de nuestros políticos autonómicos, más preocupados en luchas internas que en dar servicio a los ciudadanos. Apoyemos a los sindicatos sanitarios en sus demandas, que también son las nuestras.
