El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Mascarillas (fundada en 2020), Tomás Martín, ha anunciado esta mañana en Radio Nacional de España que han solicitado una reunión con la ministra de Salud pública para abordar la situación de las empresas de su sector, que temen el cierre.
El pasado mes de julio, mediante un comunicado, ya advirtieron de que consideraban el fin de la obligatoriedad de las mascarillas como una decisión «tremendamente irresponsable e imprudente», explicando su absoluto rechazo a esta decisión mediante un escrito en el que señalaban la «desprotección de pacientes enfermos de riesgo, para los que las mascarillas han demostrado ser una valiosa herramienta para la prevención del contagio de enfermedades». Consideraron entonces desde esta asociación que la decisión de eliminar la obligatoriedad del uso de las mascarillas respondía a criterios «electoralistas» y que la población no lo había pedido.
Exigen al Gobierno el compromiso de compra del 20%
«Desde la semana pasada hemos notado a nivel nacional un incremento relativamente importante en nuestros pedidos, pero veníamos prácticamente de un cero (en ventas). Estamos aguantando el tipo todos los fabricantes, después de cerrar casi el 80% de las fábricas que se crearon post-pandemia. Realmente, para nosotros, exigimos que el Gobierno nos atienda: hemos pedido reunión con los ministros de Industria y de Sanidad. Porque, si esto sigue así, si solamente nos tienen en cuenta para los repuntes, y no nos protegen en esa ley 36/2015, acabaremos desapareciendo posiblemente todos este año.»
Martín ha explicado que, en pandemia, han salido más de cien proyectos en toda España. «Ahora quedamos unos diez, y fuera del proyecto otros diez que no quieren hacer más gastos. La situación real, por ejemplo del cierre de un proyecto en Castellón hace pocos meses, con una inversión de más de 200 millones de euros, y muchísimo empleo. Esas máquinas irán a la basura, a la chatarra, porque no hay nadie que las compre. Con lo cual, si nos damos cuenta, hemos hecho inversiones millonarias; en pandemia vendimos a toda Europa. Pero ahora todo esto va a la chatarra. Yo lo que le pido ahora a la Administración es que esa ley de 2015, que está ahora mismo en el Congreso, nos proteja. No pedimos mucho más. Que el 20% de la compra pública se haga en fabricantes nacionales y en cada región donde esté cada fábrica. Es una protección de la fábrica.»
«Con nuestros impuestos, que se nos compre a nosotros»
«Lo que no podemos hacer, con nuestros propios impuestos, es comprar a Asia, o fuera. No se entiende.» Así de claro y contundente se ha expresado el representante del sector de producción de mascarillas en España.
Martín ha criticado también que se esté «todo el día con el pin de los ODS, y que se haga todo lo contrario«. Se refiere a que se elija comprar este tipo de productos a empresas extranjeras, pasando por encima de los criterios de sostenibilidad, kilómetro cero, entre otros. «Han pasado años desde el fin de la pandemia, y exigimos al Gobierno que nos atienda, y atienda esta situación. No solamente a nuestro sector, sino a otros que son estratégicos y que solamente se miran cuando hay un problema o cuando tenemos un foco».
La mayoría de mascarillas vienen de China. Martín denuncia el dumping, que consiste en apoderarse del mercado, bajando el precio para destrozar la competencia. «El sistema chino hace que sean la principal industria mundial, y nosotros no podemos competir con eso.» «Cualquier persona puede entender que, si seguimos fomentando a China desde 1970, hemos perdido la industria europea, y la española mucho más». «Si en el caso de una pandemia salimos nosotros (entiendo que mucha gente piense que nos queremos enriquecer con cualquier proyecto, no fue el caso). Nos podíamos haber forrado sin montar una fábrica. Pero no es el caso. Creemos en Europa, en España y en la región donde vivimos, creamos empleo. Queremos que con nuestros impuestos se nos contrate a nosotros».
También ha señalado Martín que al anterior responsable del Gobierno en esta materia, Raúl Blanco, y del ministerio de Industria, se trasladó la importancia de tener reservas previstas. Se hizo un concurso público de la logística, de un producto «que no se ha comprado». «Lo que se hace en los Gobiernos» señala Martín «es de juzgado de guardia».
«Las mascarillas son la primera barrera física para evitar contagios. Sé que es incómodo, se hace puntualmente. Tenemos que evitar la pandemia». «Ocurrieron tantos casos, y se enriquecieron por «delitos» que están ahora mismo en los juzgados, que se nos mete a todos en el mismo saco». Martín subraya que se quiere seguir creando empleo, creando industria, y que aquellos que se enriquecieron de manera injusta, que sean juzgados.
«Necesaria la supervivencia por la seguridad nacional»
Precisamente, la semana pasada, cuando se anunciaba la medida obligatoria en centros sanitarios por parte del ministerio de Salud, incluso estando en contra varias comunidades autónomas, la Cadena Ser también publicaba una entrevista al representante de los productores de mascarillas. En ese momento se señaló la importancia de su trabajo para garantizar «la seguridad nacional».
Casi tres millones de mascarillas vendidas la semana pasada
El Confidencial, sin embargo, presentaba datos sorprendentes la semana pasada. Concretamente, la fábrica española Mascarillas Alcalá había vendido en tan sólo una semana, la primera de enero, cuando aún las mascarillas no eran obligatorias en hospitales ni centros sanitarios, más de 700.000 unidades, sumadas a los 2,8 millones de mascarillas quirúrgicas, lo que supone ya el 80% de ventas de todo el año 2023.
Así lo explicaba el director de la compañía citada, Osvaldo Sánchez, considerando que eran datos «increíbles».
Sin embargo, como señalaba Martín, la empresa de Castellón, Airnatech Aintiviral, cuya capacidad productiva en pandemia llegó a alcanzar los 30 millones de mascarillas al mes, tuvo que cerrar, a pesar de ser una de las mayores fábricas de mascarillas FFP2 en Europa. Echó el cierre hace dos meses ante la imposibilidad de hacer frente a sus pagos debido al desplome de la actividad.
Esta firma, en el año 2021, llegó a facturar 8,5 millones de euros, casi tres veces más que en el año de la pandemia. Ganó 1,2 millones de euros. Sin embargo, debido a la evolución de la pandemia, con la consecuente eliminación de la obligatoriedad del uso de mascarillas, la firma tuvo que buscar «otras vías de negocio», como publica Castellón Plaza. La compañía se lanzó a la producción de complementos vitamínicos, pero no fue suficiente.
Habría que preguntarse cuántos de estos empresarios estaban de acuerdo con la globalización, pues caldo queríais, pues 2 tazas.
Ahora se lamentan y llaman a la puerta del estado para que les mantenga los ingresos.