Los Papanatas Ilustrados

Los papanatas ilustrados, término que designa a una peculiar cohorte de políticos, líderes sociales y, en especial, periodistas, han logrado una gran notoriedad. Su característica principal es su particular relación con la Unión Europea (UE), de la que suelen tener un conocimiento precario, a la vez que la culpan de todos los males. Todos ellos apuestan por gobernar tras las próximas elecciones, pues como diría Indiana Jones Jr. “todos se han equivocado menos yo”.

Uno de sus rasgos distintivos es su capacidad para criticar a la UE sin tener la mínima idea de cómo funciona. Exhiben su ignorancia como una insignia de honor, desviando la mirada ante los billones de euros que la UE ha invertido en España en los últimos 36 años, y de los que ellos mismos se han beneficiado. El AVE y las carreteras y autovías son un buen ejemplo.

La figura del papanata ilustrado no sabe, quizás por falta de competencia lingüística o por pura terquedad, diferenciar entre «Europa» y la «Unión Europea». Además, es incapaz de sugerir a sus seguidores que busquen información de fuentes oficiales o corresponsales en Bruselas para verificar la veracidad de sus teorías.

Los «burócratas de Bruselas» son otra de sus obsesiones, aunque rara vez pueden especificar quiénes son. Confunden el Consejo, el Consejo Europeo y el Consejo de Europa, una confusión bastante embarazosa para quienes aspiran a informar o liderar.

Estos papanatas ilustrados son expertos en señalar cómo la UE «roba» la soberanía sin mencionar que los tratados, donde los países ceden voluntariamente esa soberanía, se firman con el objetivo de obtener todos ellos muchos beneficios.

Parecen creer, o al menos dan a entender, que la UE impone leyes sin tener en cuenta el papel crucial de los países en su creación. Además, perpetúan el mito de que lo que se vota en el Parlamento Europeo entra automáticamente en vigor, ignorando que el poder legislativo final reside en el Consejo, es decir -los estados- y la Comisión. Por supuesto, no saben que significa la palabra “trílogo”.

Suelen hablar de déficit democrático en la UE sin comprender el sistema de Spitzenkandidaten. Destacan posibles influencias externas, pero silencian asuntos como el Catargate, el Pegasusgate y el Marruecosgate, en los que se implican a actores de la política y administración españolas.

Alegan que los eurodiputados apenas trabajan, pero no podrían explicar las cuatro diferentes semanas de trabajo que tienen cada mes. Erróneamente, creen que los salarios de los funcionarios y eurodiputados no son datos públicos que vienen aprobando los estados y, en un último rasgo de desconocimiento, piensan que todos los empleados de las instituciones de la UE son políticos.

Los papanatas ilustrados, con su ignorancia enmascarada de soberbia, o su soberbia enmascarada de ignorancia, parecen vivir en un universo paralelo. Su insistencia en difundir desinformación sobre la UE es un tributo a su incapacidad para comprender la complejidad de la realidad social en la que vivimos.