domingo, 28abril, 2024
17.7 C
Seville

Maniobras orquestales en la oscuridad

Silvano Baztán Guindo
Silvano Baztán Guindohttp://silvanobaztan.com
Además de estar licenciado y doctorado en Medicina, tras diversas formaciones que me dieron una visión multidisciplinar del ser humano, actualmente dedico mi atención a lo que llamo (de forma resumida) Medicina Psicosomática.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Poco a poco, parece que la historieta covid se está desmontando. Desde altas instancias supranacionales, se aventura para este año 2023 el final de la pandemia covid. Así lo ha afirmado el mismísimo director general de la OMS.

Es bien sabido que esta gente tiene el poder de adivinación de lo que va a ocurrir. Bien se vio tras los ejercicios de simulación de pandemia del «Evento 201» en octubre de 2019 en el que se recoció lo que luego iba a ocurrir, frase a frase, palabra por palabra.

En Israel se ha fechado para el 31 de enero de 2023, casi pasado mañana, el cambio de actitud frente a los casos covid. A partir de esa fecha, se considerarán como cualquier afectación vírica semejante a la gripe, por lo que no se obligará a aislamientos y demás medidas impuestas hasta ahora a la población.

Pero los «humanitos de a pie» parece que no podemos estar tranquilos puesto que los «grandes expertos de cabecera» de la cosa, de la mano de los falsos filántropos mundiales, no cejan en la promoción de ejercicios de simulación en los que la humanidad se ve envuelta en otras situaciones pandémicas.

Primero fue la inverosímil viruela del mono, luego el «contagio catastrófico» (23 octubre 2022) por el que un enterovirus brasileño con «mala baba» se iba a cargar sobre todo a niños y jóvenes… Es que no paran.

Y, claro, los «correveidiles» de cada lugar, vestidos con sus sacrosantas vestimentas de «expertos» en la materia, ya están intentando generar más miedo en la población, tocada, escaldada diría yo, tras estos tres últimos años de desastre pandémico a la carta.

¿Cuál es su mensaje? Ni más ni menos que hay que seguir protegiéndose… puesto que van a venir más pandemias. Como les gusta afirmar, «la duda no está en si van a suceder… sino en cuándo lo van a hacer».

¡¡Sinvergüenzas!!

Parece que en la mayoría de epidemiólogos, virólogos, especialistas en medicina preventiva, existe en sus cerebros una base de datos en la que los gérmenes (virus, bacterias…) son nuestros enemigos, y la conclusión de que no podemos bajar la guardia ante la ocurrencia de que a alguna de sus estirpes le dé por atacarnos.

En fin. El mundo parece estar ampliamente dominado por la tendencia darwiniana de que la trama de la película que estamos interpretando en esta vida trata de «luchar para vencer». Craso error, amigos. La naturaleza, en todo su poderío, para quien quiera verlo, nos da continuamente otro mensaje: lo adecuado del equilibrio entre las especies en la construcción de ecosistemas en los que todo funciona correctamente.

No hay más que mirar a lo que sucede en un cuerpo vivo. En la facultad de Medicina se me enseñó eso de la homeostasis, el mantenimiento de un equilibrio en el funcionamiento interno de nuestros cuerpos. Un equilibrio que se produce de forma automática, y cuyo autor y protagonista único es nuestro inconsciente (casualmente, es a lo que me dedico profesionalmente: ayudar a liberar las cargas o tensiones del inconsciente de las personas).

¿Se han olvidado estos darwinianos de que en nuestros organismos hay diez veces más material genético «extraño» (virus, bacterias y demás bichos) que de células humanas? ¿Se han olvidado o no quieren recordar que una parte sustancial de nuestro genoma es vírico?, ¿que los grandes avances evolutivos en funciones corporales superiores se han producido precisamente por estos virus al ser incluidos en nuestros genomas?

¿A qué se debe esta miopía generalizada, cargada de astigmatismo, distorsionadora de la realidad que nos rodea y de la que estamos hechos?

No hay que olvidar que esa teoría evolutiva que Darwin fomentó tiene una correlación, paso a paso, desde el principio, con la visión eugenésica de la humanidad. ¿En qué consiste? Pues en que sólo unos pocos, los realmente importantes e imprescindibles según ellos, la clase gobernante, la élite…, sólo ellos tienen derecho a ser humanos.

Los demás, los considerados «comedores o estómagos inútiles», que así llaman a la mayoría de personas que «no aportan nada», sobran. De ahí que esas élites autoelegidas como la cúspide del escalafón de la humanidad se empeñen en meter en un puño al resto de habitantes de la tierra.

  • ¿La    finalidad    de    este    planteamiento         malthusiano? Disminuir la población mundial.
  • ¿Cómo se puede llevar a cabo? De dos formas directas: matando a la población y evitando su reproducción.

Y esto es lo que está sucediendo. Tal cual. Acordaos del mensaje de aquellos pedruscos de Georgia (EEUU): la humanidad con 500 millones de personas.

Todo esto lo uno con el mensaje de las grandes pandemias que están por llegar, según las bocas de esta gentuza. Como si la naturaleza se empeñara en atacarnos porque sí. ¿No será que como en el triste caso de la pandemia covid-19, siempre hay manos humanas organizando o provocando la fiesta?

¿Ya nos hemos olvidado de las campañas de esterilización encubierta a través de campañas de vacunación en Kenia años atrás, organizadas aparentemente para conseguir un bien sanitario, que fueron promovidas por las organizaciones supranacionales que teóricamente velaban por la salud de la humanidad?

¿Qué pasa con el exceso de mortalidad tras la inoculación masiva de la falsa vacuna covid-19?

¿Qué pasa, también relacionado con la campaña de inoculaciones masivas covid, con la disminución de la fertilidad, tanto por vía masculina como por vía femenina, que ha dejado en las naciones más inoculadas una significativa caída de sus tasas de natalidad?

¿No se ve con claridad la jugada?

Están pasando inadvertidamente para la población las maniobras orquestales que se están produciendo en el mundo de cara a que la OMS asuma una serie de competencias que van a anular la soberanía de las naciones. Van cumpliendo las etapas de su agenda perversa, reunión tras reunión, mes a mes.

En estos momentos, están pendientes de articular un tratado pandémico redactado por la OMS en el que se dará a su director general, ése que ni tú ni yo hemos elegido, la capacidad de dictar estados de emergencia por pandemias o cuestiones similares. Tanto a nivel mundial, como regional o nacional.

Con arreglo a ese nuevo tratado pandémico, el Comité de Emergencias de la OMS podrá ser quien supervise y ordene todo lo que haya que hacer como respuesta a ese tipo de situación de aparente emergencia, sin que las propias naciones soberanas puedan evitarlo.

Y no sólo se está redactando ese nuevo tratado, sino que, de forma paralela, durante esta misma semana, se están estudiando una serie de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional. Entre ellas, la eliminación de la mención al «respeto a la dignidad, los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas».

Las propuestas van a «pisotear nuestros derechos y restringir nuestras libertades», incluido el derecho a la privacidad, a elegir o rechazar un tratamiento, a expresar las propias opiniones, a proteger a los hijos, a estar con familiares y amigos y a no ser discriminados, incluida la discriminación basada en el estado de vacunación.

Tienen la bandeja preparada para ejercer un control tanto de las personas como de la información. Las políticas respecto a la desinformación que hemos vivido y estamos viviendo durante estos tres años son sólo una prueba, un experimento de lo que quieren construir.

¿Y por qué se está llegando a esta situación tan irracional? Pues porque en una reunión ocurrida en julio de 2022 en Ginebra, el Órgano de Negociación Internacional (del que ni tú ni yo hemos tenido ninguna información sobre su existencia ni mucho menos sobre su composición), llegó a un «consenso», acordando que cualquier nueva «convención, acuerdo u otro instrumento internacional sobre prevención, preparación y respuesta ante una pandemia» fuera «jurídicamente vinculante» para los estados miembros.

O sea, que nuestros gobernantes (o sus representantes) decidieron, sin pedirnos nuestra opinión, que ya estaba bien de que la OMS sólo fuera una organización que emitiera consejos… sino que ya era hora de que sus ocurrencias fueran vinculantes como una norma internacional de obligado cumplimiento.

Y, si nada lo remedia, así lo van a hacer.

Estas maniobras en foros internacionales están siendo realizadas mientras en nuestro país, la Organización Médica Colegial acaba de modificar, según parece, el Código Deontológico de los médicos.

¿Algún médico de base, de esos de bata blanca, no los

«comegambas» de guante blanco, se ha enterado de esta serie de cambios en el marco deontológico médico, en el que nos vamos a mover los médicos a partir de ahora?

¿Alguien nos ha consultado sobre la conveniencia y objetivos de tales cambios? A mí por lo menos, nadie me ha dicho nada. No he leído ninguna comunicación de mi colegio de médicos en la que se me hiciera mención a ese cambio ni mucho menos a la posibilidad de interactuar, opinando sobre ello.

¿Hacia dónde nos están intentando llevar?

Con los cambios descritos, ni más ni menos, se quiere instaurar como norma lo que ya se ha visto en la situación pandémica: que el médico no pueda elegir su propia conducta en temas eminentemente profesionales con arreglo a su experiencia, y ser meras correas de transmisión de guías y protocolos caídos del cielo e instaurados como la praxis apropiada, la única correcta en cada caso, en cada enfermedad, en cada paciente.

Para terminar, voy a transcribir, por si algún colega médico ha llegado a leer hasta aquí, la opinión de Francis Boyle, JD, Ph.D., profesor de derecho internacional en la Universidad de Illinois. Este señor, autor de varios libros de texto de derecho internacional y experto en armas biológicas, no es un catedrático cualquiera. Fue quien redactó en EEUU la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de 1989.

¿Y qué dice este ilustre jurista en unas declaraciones realizadas en relación a las actuales maniobras de la OMS?:

«La OMS, que es una organización podrida, corrupta, criminal y despreciable, podrá emitir órdenes directas a su médico de atención primaria sobre cómo debe ser tratado en caso de que proclamen una pandemia».

Pues conmigo que no cuenten, amigos. Salud para ti y los tuyos.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

2 COMENTARIOS

  1. Llevan ya un tiempo intentando que los médicos pasen a ser una especie de técnicos sanitarios que se limiten a aplicar protocolos.
    Buen artículo, le deseo lo mejor.
    Gracias por estar en el bando de la ciencia y de la humanidad.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído