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Martín-Santos, línea divisoria de la literatura española del siglo XX

El centenario del nacimiento del autor de Tiempo de silencio se conmemora con una nueva edición prologada por Vila-Matas y la publicación del primer volumen de sus Obras completas, dedicado a la Narrativa breve

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análisis

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Piedra angular de la literatura española del pasado siglo, Tiempo de silencio es, junto con El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio y La colmena de Camilo José Cela, la novela que trazó una gruesa línea divisoria entre un antes y un después en el devenir de las letras en español hasta hoy, novelas todas ellas de posguerra que marcaron el rumbo de una nueva forma de contar historias y de escribir literatura con mayúsculas. Ser tan categórico no es excepción pues existe práctica unanimidad sobre lo que supuso la publicación de esta novela excepcional por Seix Barral en 1961, apenas tres años antes de que su autor falleciera prematuramente a los 39 años en una accidente de coche, que a su vez había perdido a su esposa, de 33 años, sólo meses antes debido a un accidente doméstico por un escape de gas.

Aún resuena en el recuerdo de los lectores de Tiempo de silencio el descenso a los infiernos de Pedro, el joven científico protagonista, que deambula en 1949 por las chabolas del extrarradio de un Madrid herido de muerte tras el inmenso dolor no cicatrizado dejado por la guerra. La combinación de tres personas narrativas supuso una verdadera revolución en la novela realista que se venía publicando en España hasta entonces. El monólogo interior, la segunda persona y el estilo indirecto libre hacen de su combinación un artefacto literario que rompió los moldes donde se venía asentando la novela.

El impacto de esta novela gigantesca fue tal que hasta cogió por sorpresa al casposo régimen franquista, que pese a todo censuró una veintena de páginas de la edición primigenia. De hecho, la edición definitiva no vio la luz hasta llegada la Transición democrática, cuando el libro ya había tenido una quincena de ediciones exitosas.

El impacto de esta novela gigantesca fue tal que hasta cogió por sorpresa al casposo régimen franquista, que pese a todo censuró una veintena de páginas de la edición primigenia

El centenario del nacimiento del brillante estudiante de Medicina especializado en psiquiatría se conmemora este 2024 a nivel editorial por todo lo alto. Seix Barral, la editorial que lanzó aquella mítica obra que rompió los esquemas narrativos de la época, saca una edición conmemorativa con un exquisito prólogo a cargo de Enrique Vila-Matas, que a su manera singular deja constancia de la huella hasta del protagonista de Tiempo de silencio. “A Pedro, un hombre sin pasado (como los personajes de Kafka), le seguimos en sus “aventuras” por la ciudad. Son historias urbanas que podrían subtitularse así: “Por la libertad, Sancho, así como por la honra, se debe aventurar la vida”. Y continúa aseverando: “Novelar es aventurarse. La novela contemporánea, apuntalada en la relatividad y la ambigüedad de las cosas humanas, es incompatible con el universo totalitario”.

También Galaxia Gutenberg se suma a la fiesta con la publicación del primer volumen de sus Obras completas, dedicado a la Narrativa breve. En esta edición dirigida por Domingo Ródenas de Moya se incluyen obras que hasta ahora han permanecido inéditas. Más de un centenar de relatos, escritos desde 1945 hasta su prematuro fallecimiento en 1964. Esta narrativa breve se divide en cinco secciones. La primera de ellas son los cuentos escritos durante su etapa juvenil. En El amanecer podrido, se incluyen los microrrelatos que escribió para un proyecto homónimo ideado con su amigo Juan Benet, publicado en 2020 también por Galaxia Gutenberg. Las dos secciones siguientes se dedican los denominados por el autor “apólogos”, incisivos microrrelatos y cuentos donde el desencanto y la crítica moral retratan con un humor punzante la decadente realidad del momento.

La última parte del volumen dedicado a su narrativa breve incluye una pieza escrita en 1963, sólo meses antes de perder la vida, ambientada durante el rodaje de una película. Lleva por título Condenada belleza del mundo. El editor de sus Obras completas asegura que Martín-Santos profesó una devoción constante por su narrativa breve “desde su juventud”. Así, concluye Ródenas de Moya, “no cabe duda de que Martín-Santos tuvo el propósito de publicar sus cuentos en un volumen”.

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