Los tres últimos años han marcado un punto de inflexión en nuestra sociedad. Los derechos se han convertido en papel mojado, justificándose una serie de medidas en la seguridad, sustentadas en el miedo infundido a la población de manera masiva y generalizada.
La renuncia a derechos y libertades básicos se ha producido de una forma sencilla, sin resistencia por parte de la mayoría de la población, que, atemorizada por lo que se les ha contado a través de los medios de comunicación, ha sucumbido a renunciar a ello pensando que así contribuía a su propia seguridad y a la de sus seres queridos.
La manipulación de la información, la presión constante y el miedo a la muerte han sido las herramientas fundamentales que se han utilizado para que la conciencia colectiva haya sido sumisa, sin plantearse que quizás las cosas que estábamos viviendo no fueran del todo como nos contaban.
Defensa de las libertades y derechos fundamentales como objetivo
Un pequeño grupo de personas se organizaron para defender, ante la Justicia, sus derechos. Para presentar, de manera respaldad por informes científicos, sus argumentos con el fin de frenar el atropello a las libertades y derechos tanto individuales como colectivos. Tiempo después comenzaron a darse frutos: y casi sin que la sociedad se haya dado cuenta, los tribunales han ido reconociendo que las decisiones políticas tomadas carecían de base científica, que vulneraron nuestros derechos y que, de volvernos a encontrar en una situación similar, tendremos alguna sentencia y reconocimiento que nos pueda permitir plantar cara.
Pero queda un largo camino por recorrer, puesto que la totalidad de las formaciones políticas que representan a la ciudadanía en las instituciones fue cómplice de esta deriva, y ninguna de ellas cuestionó las medidas que se estaban tomando. Ninguno de nuestros políticos alzó la voz para plantear debates serenos, y necesarios.
Necesaria representación en las instituciones
Por eso, surgen colectivos como el de Iustitia Europa, convencidos de que es necesario tener una representación de aquellos ciudadanos que no están dispuestos a permitir que las decisiones gubernamentales pasen por encima del contrato social bajo cualquier excusa, por muy excepcional y grave que nos quieran hacer creer que es.
Los derechos y las libertades deben ser pilares fundamentales de nuestras sociedades. De lo contrario, caeremos en la trampa de los intereses de las industrias de distinta índole: farmacéuticas, armamentísticas y de nuevas tecnologías, bajo la excusa de pandemias, guerras y cambio climático.
Iustitia Europa se ha presentado esta semana, con el objetivo de recabar firmas a su manifiesto fundacional y continuar el camino hacia la presentación de una candidatura ciudadana, alejada de formaciones políticas, que quiere concurrir a las elecciones al Parlamento Europeo para poder tener voz en las instituciones europeas.
De todo esto hablamos con Luis María Pardo en esta entrevista que puedes ver pulsando aquí.
