El 10 de noviembre de 2022 el joven Mario Azúa falleció a causa de un mortal accidente, siendo atropellado por un autobús urbano cuando cruzaba por un paso semaforizado en verde, para reunirse con un amigo e ir a entrenar. Mario era un joven lleno de vida, buen estudiante y deportista.
Con su 22 a la espalda, corriendo a las bandas, su sueño era jugar en las categorías de honor de su Club, el Estadio Miralbueno El Olivar.
Su padre, el Dr. J. Azúa, se ha mantenido incansable, especialmente en redes sociales, denunciando las dificultades que han tenido ante la justicia con el caso abierto por la muerte de su hijo. Pero también, una acción constante y diaria de recuerdo para Mariete, a quien siempre hace referencia, y que ha conseguido reunir a cientos de miles de personas que, de manera fraternal, trasladan su cariño a la familia, y quieren colaborar de alguna manera en visibilizar, tanto el caso del atropello y las circunstancias en las que se produjo, como las acciones que están realizándose para promover el deporte como herramienta de ayuda a los más desfavorecidos. Algo que, seguro, Mariete habría deseado también hacer.
Como se explica en la página web de la Fundación, con el recuerdo de su espíritu, se espera poder ayudar a todos los niños que lo necesiten.
La fundación anima a colaborar para conseguir fondos que irán destinados a actividades deportivas de inclusión, con el objetivo de ayudar a la integración de los más desfavorecidos.
Para ponerse en contacto con la Fundación, aportar ayuda y colaboración, pulse aquí.
