«Ofendiditos»

De pasta de moniato me he quedado al leer una revista que considero muy seria, abriendo la información del día con un artículo, defendiendo que la “amnistía” vulneraba el artículo 2 del TUE, y lo referían a una jornada celebrada en el ICAM.

Y es que la derecha extrema y la ultraderecha han descubierto últimamente eso de llevar las cosas a Europa. Vaya, como esa muletilla de culpar a ETA de sus propias miserias y errores. Y si no lo hacen, llenan las portadas de los diarios “amigos”.

Pero analicemos el artículo que dicen infringido:

Artículo 2: La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres.

Y ciertamente, el concepto de Estado de Derecho lo encontramos en el redactado de ese artículo; pero observemos que no está solo, está junto con otros cuantos conceptos y ya en quinta posición, es decir, que antes del manido concepto hay cuatro que son prevalentes al mismo

Los juristas sabemos la importancia del orden de los derechos. A saber:

Dignidad humana: ¿Los “piolines” preservaron la dignidad humana de los agredidos? Porque si ha quedado claro algo, es que violentos no eran.

Libertad: ¿El encarcelamiento, solo por manifestarse pacíficamente, es algo habitual en Europa?

Pues parece que no.

Democracia: ¿La voluntad de expresarse democráticamente mediante un referéndum debe coartarse, o debe ser respetada por los poderes públicos?

Pues parece que tampoco.

Igualdad: ¿Se trata, aún hoy, igual a un “polaco” que a un ultranacionalista españolista? Pues tampoco es así, hasta por los jueces.

Estado de Derecho: Retorcer las normas para lograr condenas, ¿no va contra ese Estado de Derecho? ¿Se ha hecho algo por parte de los poderes públicos para frenar las campañas de los medios y la ultraderecha contra Catalunya y sus empresas?

Respeto a los Derechos Humanos: ¿No se ha vulnerado la privacidad de cientos de personas espiándolas sin mandamiento judicial? ¿No se han inventado delitos, hijos ocultos, cuentas en paraísos fiscales de los dirigentes políticos catalanes?

Incluidos los derechos pertenecientes a minorías: ¿Se han respetado los derechos lingüísticos de los que no quieren usar solo el castellano, o se ponen todas las trabas para ello?

Y si hablamos de pluralismo, no discriminación, tolerancia, justicia, solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres, es que ya ni les cuento.

De ello, que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha aceptado de una tacada todos los recursos que a él han llegado de los condenados por el 1-O. La condena a España y sus jueces puede ser demoledora.

Hemos de empezar a pensar que la “amnistía” puede ser una inteligente maniobra de los actuales gobernantes para evitar que esas sentencias se declaren y se ejecuten y evitar una vergüenza estratosférica.