Valtteri Bottas, actualmente de vacaciones en Colorado, está convencido o dice estar convencido, de que va a ser siendo el segundo piloto, el piloto de respaldo dice ya con claridad, en Mercedes el próximo año.
A Bottas desde la prensa se le alertó hace unos meses que su única actitud posible era jugar a ser segundo piloto y alegrarse de los éxitos del equipo y no intentar demostrar que era superior a Lewis Hamilton porque ni siquiera si en verdad lograse superarlo el equipo iba a apoyarlo o consentirlo. Bottas tomó buena nota del consejo lanzado desde Las almas y la Fórmula 1, y lleva ya varios grandes premios comportándose como el mejor escudero de la historia del universo, y presumiendo de ello.
Y sin embargo a muchísimos aficionados les cabrea tanto, les cabrea tanto tantísimo, la presencia de Bottas en Mercedes al estar bloqueando la entrada a George Russell. Aunque muchos aficionados piensan también que quién bloquea la entrada de George Russell es el propio Lewis Hamilton.
En suma, que a la aficción no le gusta que no haya lucha dentro del equipo más poderoso de la parrilla actual: el año que ganó Nico Rosberg fue un oasis de oxígeno.
Y a todo ello hay que añadir los accidentes que ha provocado a Red Bull el equipo Mercedes, independientemente de que haya habido en ellos dolo o mala intención.
Todo forma parte del gran circo de la Fórmula 1, el coche es más importante que el alma de los pilotos actualmente, y la política y el baile en los pasillos siempre han jugado un papel importante, y ahora también lo sigue jugando.
En verdad no creemos que nadie odie Hamilton por sí mismo, es un piloto magnífico, pero lo que sucede es que la afición está harta de ver repetirse siempre el mismo resultado.
Crucemos los dedos y recemos al Santo Toro Colorao, al futuro Alpine victorioso, a San McClaren y al dios Ferrari para que vuelva la variedad en lo alto del podium en el maravilloso mundo de la Fórmula 1, ese circo que despierta al niño que todos llevamos dentro y que, incondicionalmente, adoramos.
Tigre Tigre
