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El arzobispo de Madrid provoca el pánico

Un nuevo Decreto Canónico en el que se limita el tiempo de mandato de las congregaciones de fieles ha provocado el temor a que lo que presuntamente se pretenda es una inmatriculación oculta para que la Iglesia se quede con valiosísimos activos propiedad de dichas organizaciones, sospechas que para el Arzobispado de Madrid son infundadas

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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El pasado 16 de noviembre, el cardenal-arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, dictó un decreto que ha generado el pánico entre las congregaciones de fieles. El texto señala que los mandatos de «de los órganos de gobierno de las asociaciones de fieles a nivel diocesano tendrán una duración mínima de tres años y máxima de cinco años».

Por otro lado, se indica que una misma persona podrá ocupar «cargos en la misma asociación por un periodo máximo de 10 años. Sin embargo, por causa justa y razonable, se podrá pedir dispensa. Al cumplirse la suma de 10 años en órganos de gobierno, para la nueva postulación se deberá esperar al menos un mandato».

Estas medidas, que en otros ámbitos podrían considerarse adecuadas y lógicas, han provocado que en múltiples asociaciones de fieles se haya generado el pánico, sobre todo porque, tal y como han manifestado a Diario16, se ha despertado la sospecha de que la Iglesia podría tener proyectado hacerse con activos muy valiosos con los que cuentan.

Todo viene por, precisamente, las dificultades de renovación que sufren estas asociaciones de fieles, que ven cómo sus integrantes tienen una edad muy elevada y, por razones lógicas, no pueden hacerse cargo de ningún cargo orgánico.

«Las asociaciones de fieles sufren enormemente al ver que sus cargos no tienen renovación. El soportar este peso durante años, les hace sabios y conocedores de los problemas que esto provoca. No hay dinero ni honor en estos trabajos ímprobos cuyos frutos luego recoge con creces, y frotándose las manos, la Iglesia de Madrid. Entiendo que a las grandes congregaciones y asociaciones haya que vigilarlas, entre otras cosas para que el no se vaya a otros lares. Pero las medianas y pequeñas apenas sobreviven económicamente», afirma a Diario16 una de las fuentes de las asociaciones.

Otros denuncian que el nuevo arzobispo es joven y podría mantenerse en el cargo hasta, por lo menos, los 75 años «si no se mete a vender propiedades de fundaciones que no son suyas, o cualquier otra cosa que surja por él o por los que le rodean. ¿Por qué no se aplica a sí mismo su decreto? ¿Quién le controla a él?», se preguntan indignados.

Las asociaciones pequeñas y medianas, cuando desaparecen, todos sus activos como imágenes, esculturas, bordados, vestiduras litúrgicas, objetos de culto de oro y plata, pasan a ser de la iglesia donde están enclavados. Es decir, pasan a ser propiedad de la Iglesia Católica. Nadie controla esos activos históricos cuando la asociación o congregación de fieles desaparece.

Por esta razón, y tras varios episodios de apropiación del patrimonio durante la etapa del cardenal Antonio María Rouco Varela, son muchas las asociaciones que sospechan de que este decreto tenga como finalidad que la Iglesia se haga con esos activos que, en muchos casos, tienen un elevado valor económico.

«¿Qué valores tiene la Iglesia actual? Desde luego, los puramente cristianos están olvidados. Buenas palabras en homilías vacías y en la misa los bancos vacíos, y los que acuden son ya muy mayores. Jóvenes, pocos. ¿Qué busca el Arzobispado con este Decreto? El problema de la renovación de las personas es que hay muy pocas que quieran los frentes abiertos de una asociación de fieles que, cuando se muere, los bienes pasan a la Iglesia. Un camino más para hacerse de valores patrimoniales, a parte del camino de las Inmatriculaciones, otro valor económico más. Valores espirituales, éticos y morales, pocos.  Valores económicos, patrimoniales y de poder, muchos, como siempre. Señor arzobispo, bienvenido a este su Madrid, es campo abierto», afirma una de las fuentes consultadas.

Por su parte, fuentes del Arzobispado de Madrid han señalado a Diario16 que las sospechas que puedan surgir de este decreto de monseñor José Cobo son absolutamente infundadas. Insisten en que, tal y como se refleja en la primera parte del mismo, se trata de una modificación de uno anterior del cardenal Carlos Osoro. Además, dicho decreto de la etapa anterior fue dictado por el Vaticano y, según indican las mismas fuentes, lo único que ha hecho el actual arzobispo de Madrid ha sido incluir pequeñas modificaciones al de noviembre de 2021.

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3 COMENTARIOS

  1. Parece que las personas ya se están dando cuenta de los pecados y poderes de la sotana. Estos personajes, en el nombre de dios, en la boca, se llena los bolsillos y se apropian de las riquezas del Pueblo. Bien hermanos, ya veis como lo que comenzó con un burro, ahora nos, usan a nosotros como sustituto. Pero bueno, es que, más, vale tarde que nunca. A dios lo que es de Dios y al cesar lo que es del cesar. Recortarles que no robarás es un mandamiento.

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