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El papel esencial del manejo sostenible de los bosques en la prevención de incendios

El informe "Grandes Incendios Forestales. Ante incendios de alta intensidad, la gestión forestal es urgente" subraya la urgente necesidad de gestionar nuestros bosques de manera adecuada

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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En el combate contra los devastadores incendios forestales, una herramienta esencial emerge como clave: la gestión forestal sostenible. ¿Qué implica este enfoque y por qué desempeña un papel fundamental en la prevención de incendios de gran intensidad?

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la gestión forestal sostenible como un abordaje que engloba aspectos administrativos, legales, técnicos, económicos, sociales y ambientales relacionados con la utilización y conservación de los bosques. Su objetivo es asegurar que los bosques proporcionen bienes y servicios para satisfacer las necesidades actuales y futuras, contribuyendo al desarrollo sostenible de las comunidades.

En España, la Ley de Montes 43/2003, en su artículo 6, establece la gestión forestal sostenible como la organización y administración de los bosques de manera que se mantenga su biodiversidad, productividad, vitalidad y capacidad de regeneración. Esta gestión busca atender las funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes a nivel local, nacional y global, sin causar daños a otros ecosistemas. Asimismo, el artículo 32 enfatiza el deber de gestionar los bosques de manera sostenible, integrando aspectos ambientales con actividades económicas y sociales para conservar el entorno natural y mejorar la calidad de vida en las zonas rurales.

En esencia, el manejo forestal sostenible abarca una serie de acciones planificadas para la utilización de recursos (madera, corcho, resina, entre otros), actividades recreativas y tratamientos que mejoran la estructura del bosque. También busca aumentar la resistencia de los árboles ante plagas y enfermedades, mejorar la infiltración de agua y preservar la biodiversidad, incluyendo la prevención de grandes incendios forestales.

Prevención

La gestión forestal desempeña un papel crucial en la prevención de incendios forestales de gran magnitud. Pero, ¿qué significa exactamente la prevención?

La prevención es la estrategia prioritaria para evitar y reducir los daños causados por los incendios forestales. Aunque se habla ampliamente de prevención, es importante entender sus dos vertientes principales.

Por un lado, la prevención se refiere a la mitigación del riesgo de incendios en días calurosos y secos, evitando la ignición inicial. Aquí, cobra relevancia el comportamiento cívico en el bosque, la restricción de quemas y la minimización de maquinaria forestal, ya que el 95% de los incendios son causados por actividades humanas. Sin ignición, el fuego no puede propagarse.

Por otro lado, cuando un incendio se desata, se entra en la fase de control. La prevención en esta etapa apunta a frenar la propagación del fuego, actuando sobre las condiciones que influyen en su avance: factores meteorológicos (viento, humedad y temperatura), topografía (valles, montañas) y el combustible (vegetación y materiales inflamables).

Si bien no podemos alterar las condiciones meteorológicas ni la topografía, tenemos capacidad para intervenir en el combustible, es decir, en la vegetación propensa a arder. La gestión forestal orientada a crear espacios abiertos y discontinuidades es esencial. Estas áreas con menor biomasa (combustible) pueden detener o ralentizar el avance del fuego, proporcionando zonas seguras para la extinción.

Estrategias de extinción

Además, es muy importante considerar las estrategias de extinción. Un enfoque de gestión que promueva la diversidad de especies, edades y tamaños de árboles ha demostrado mayor resistencia frente a los incendios, dificultando su propagación.

En algunas áreas, como bosques antiguos o zonas de conservación, la gestión debe priorizar la resiliencia a través de la promoción de sucesiones ecológicas hacia estadios más maduros. Esta estructura forestal más robusta frente a incendios debe coexistir con la gestión activa de combustibles en áreas de alto riesgo.

Sin embargo, ¿se están gestionando adecuadamente nuestros bosques? La respuesta es incierta, ya que aunque se tienen datos de superficie forestal en general y de áreas sujetas a planes de ordenación, la información sobre superficie gestionada sigue siendo limitada. La falta de estadísticas y acceso a datos confiables obstaculiza la comprensión completa del estado de los bosques españoles.

El informe «Grandes Incendios Forestales. Ante incendios de alta intensidad, la gestión forestal es urgente», elaborado por entidades expertas en el tema, subraya la urgente necesidad de gestionar nuestros bosques de manera adecuada. Es fundamental destinar recursos, cumplir normativas y acceder a información para aumentar la conciencia pública y fomentar la autoprotección.

La gestión forestal sostenible emerge como la clave para prevenir y mitigar los devastadores incendios forestales. Actuar en la prevención, desde la mitigación de la ignición hasta la creación de áreas defensibles y la promoción de estructuras forestales resilientes, es esencial para garantizar la seguridad de las comunidades y la conservación de nuestros valiosos ecosistemas forestales.

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