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¿Está España “jaquimificada”?

“Jáquima: utensilio que se coloca en la cabeza de los caballos para dirigirlos”

Joan Manzano
Joan Manzano
Ejecutivo en multinacionales y consultor en España y Sudamérica en Desarrollo Organizacional, Planificación Estratégica, Marketing Estratégico, Comercial, Ventas. Desarrollo Directivo.
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análisis

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¿Qué hacen los caballos cuando se les libera en un prado de ese instrumento? Corren, saltan, galopan, se revuelcan. ¡Están libres! ¿Qué sucede cuando se les pone de nuevo? Quedan inmóviles, docilidad total. Hecho muy curioso. Una persona “simula” ponerle la jáquima a un caballo, hace los movimientos normales. Empieza a caminar con la mano en alto, como si llevara la rienda. ¡Sigue sin existir nada! El caballo sigue dócilmente. ¡Lleva una jáquima mental! Obedece a un “marco mental”. ¿Sucede sólo en los equinos… o también en las sociedades, partidos políticos, militantes, votantes, opinión pública…?

¿Marcos mentales?

Lakof lo explica: Es la conducta habitual en las interacciones sociales, políticas, profesionales. Es fruto de experiencias, imágenes, valores, educación, entornos. ¡Lo de siempre, en ideas, actividades, costumbres, relaciones, ideologías, participación! Se va con el “piloto automático”. No se cuestiona, conciencia, reflexiona. No se piensa, ¡se obedece! Se “cree ciegamente” en personas, partidos, medios de comunicación, “referentes”. Einstein: “Creer es más fácil que pensar”. Por eso hay muchos más creyentes que pensadores”. ¿Qué demuestra la conducta mayoritaria en la sociedad española en el campo sociopolítico? ¿Se cree… o se piensa…?  ¿Cuántos “marcos mentales” se manifiestan?

En España, ¿jáquimas mentales?

La historia de España es de permanente convulsión sociopolítica. Ideologías, partidismos, identidades, generan constantes enfrentamientos. Una historia generadora de millones de muertos en guerras, conflictos violentos, de diferentes tipos. Incluso dentro de los propios segmentos ideológicos. Hoy, afortunadamente, más a nivel verbal, con vestidos de “legalidad”, etc. Hay está la realidad.

Se añaden las “identidades”. La Constitución, que nadie respeta, contempla nacionalidades y regiones. Se rediseña otro modelo que genera nuevas “jáquimas” que chocan entre sí.  Hoy hay autonomías que nunca pensaron ni aspiraban a serlo. ¡A ver quién las elimina ahora!

Se hace patente en la asignación de recursos. Hay ejemplos. Todas quieren su “AVE” aunque sea ruinoso o sus autovías, aunque vayan vacías y tengan tramos entre “nada y nada”. El Colegio de Geógrafos denunció el despilfarro de más de 80.000 millones de € en infraestructuras inútiles. Pero ahí están.

Entran nuevos debates generadoras de nuevas “jáquimas”.  “Madrid es España y España es Madrid”. Analistas califican a Madrid “agujero negro” que absorbe todo lo que pueda de su entorno. Incluso de toda la periferia. Ejemplos: Según datos oficiales, Madrid ve ejecutado el 184% de su presupuesto. Más que ninguna otra autonomía. Catalunya, la última, sólo el 35%.  Ejemplo: eje mediterráneo.  Debe transportar el 60% de exportaciones españolas generadas en el Levante. Se convierte en el eje MADRIDterráneo. La UE aprobó, con un solo voto en contra, el trayecto: Algeciras/Valencia/Catalunya/Francia. España, la única que votó en contra, quiere: “Algeciras/Ciudad Real/ Madrid/Zaragoza/Francia por Canfranc”. Ejemplo: Un valenciano que quiera ir a París en alta velocidad…, debe pasar por Madrid. La sociedad española lo acepta muy mayoritariamente. ¡Jáquimas mentales!

¿Qué demuestra la vida parlamentaria en España?

Confrontación, enfrentamiento, de “jáquimas” partidistas, ¡personalistas!, más que ideológicas. Conocido lo que dirán los diferentes portavoces. No hay sorpresas. Los “marcos mentales” son claramente “excluyentes”. ¿Se discute sobre lo trascendente? No. España está en quiebra sistémica. Ningún Estamento es homologable a sus equivalentes en Estados referentes en democracia, progreso. Desciende en los buenos rankings y asciende en los malos. The Economist degrada a “democracia defectuosa” ya antes del Catalangate. ¿Se discute para “sumar” cómo generar riqueza, trabajo, competitividad internacional, optimizar la democracia, cada Estamento, transparencia, etc.? ¡No! España sigue reproduciendo el “duelo a garrotazos” de Goya. Permanente confrontación de “jáquimas, marcos mentales” que alimentan a la propia sociedad. 

¿Jáquimas en el conflicto España/Catalunya?

Evidente. Ya Felipe IV (sobre 1650): “Hay que imponer a Catalunya los usos y costumbres castellanos”. Esa “jáquima” la acentuó Felipe V y ha seguido hasta Felipe VI. Rajoy, ley Wert “hay que españolizar a los niños catalanes”. El segundo Estatuto, constitucionalmente elaborado, vio anulados o modificados artículos que, exactamente iguales, están vigentes en Estatutos españoles. La sociedad catalana “reaccionó”. Su “jáquima” es pacifismo, democracia.  El referéndum el 1.0 fue un acto de enorme trascendencia sociopolítica y con repercusión internacional. Pero la “játima” del Estado estaba preparada. Respondió con violencia policial, judicial. Incluso, publicado, el ejército preparado y dispuesto a todo. Asimov: “La violencia es el último recurso de los incompetentes”. En España, ante Catalunya, ha sido, es, primero y único. Ninguna rectificación sobre un conflicto que ha creado el propio Estado. ¡Jáquimas, marcos mentales” que ya denunció Unamuno, admitió Ortega! España “castellana y castellanizante”. Ahí está un innecesario y autoritario 25% de imposición de castellano en las clases cuando esa lengua no corre ningún peligro. ¡Jáquimas autoritarias y colonizadoras ya crónicas! Propio de la España castellana: “sostenella y no enmendalla”.

Einstein, “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. ¿Consigue el Estado una adhesión libre, voluntaria, satisfactoria a España del independentismo? No parece. De momento, lo tiene sometido vía agresión económica, política, judicial, cultural.

Unamuno: Venceréis, pero no convenceréis. Porque convencer significa persuadir y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha: razón y derecho”. Es lo que mantiene vivo el independentismo catalán.

Por tanto, ¿Está España jaquimificada? ¿Está anclada en “marcos mentales” que la autodestruyen en lugar de optimizarla sobre bases democráticas, integradoras? ¿Cómo calificar a sus gobernantes, a la propia sociedad…? ¿Cuál es el futuro deducible…? ¿Se dejará de “creer” para “pensar” en soluciones democráticas, modernizadoras, perfectamente posibles?

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