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Gracias a mi maestra por enseñarme la importancia de despejar la X

Juan Bravo
Juan Bravo
Trabajador de la pedagogía del oprimido, docente en el ámbito universitario y militante al servicio del común. Comunero del siglo XXI.
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análisis

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Gracias a mi maestra por su perseverancia, paciencia e implicación para enseñarme a comprender la importancia de despejar la x, porque eso me ayudaría a encontrar el valor desconocido y, en definitiva, poder resolver la incógnita. Gracias asimismo por su tenacidad en colaborar en mi progreso personal y en el colectivo al instruir a tanto discente porque, en pocas palabras, despejando la x, las incógnitas, aumentanba nuestro conocimiento, nos enseñaba, nos hacía avanzar, progresar, poder ser más libres.

  Pero quizás ella no supiera  que años después su vocación me iba a resultar tan útil para entender la política. Decía Paulo Freire(1970) en su destacado libro ¨Pedagogía del oprimido¨ que quienes actuaran sobre la humanidad para adoctrinarla, para adaptarla cada vez más a la realidad, que debe permanecer intocada, son los opresores, y parece que hay algunos empeñados en tomar el testigo a aquellos que quisieron tapar el genocidio franquista mediante una transacción de poderes, disculpen transición, en esta etapa que parece encaminada a desembocar en una segunda transición que asegure más de 40 años después que todo vuelva a quedar atado y bien atado.

 Hoy conocíamos las palabras del portavoz de Unidas Podemos, Echenique, en las que restaba importancia a determinados documentos de la CIA, que vinculaban al expresidente del Gobierno Felipe González con los GAL, y los despachaba con sendos gélidos comentarios, ¨Todo el mundo sabe lo que paso¨ y ¨No vamos a dejar que nada nos distraiga de poner en marcha el escudo social…¨.  Cabría preguntarse si el señor Echenique sería capaz de mantener dichas afirmaciones ante la mirada de las familias que han perdido un ser querido, víctimas de la violencia de estado o sufrido su represión, y preguntarle ¿Dónde estan para ellas su escudo social?, ¿Acaso hay un mejor escudo social que la salubridad democrática  tanto en materia  económica, social como política?, ¿Acaso puede existir un ¨escudo social¨ que no proteja la vida de sus ciudadanos o no investigue a quien atacó a centenares de estos?

 Pero continuemos con los aprendizajes numéricos de mis docentes, cómo íbamos a saber muchos años después que me servirían para tanto y tan diferente aquellos aprendizajes. Sí la X no se puede despejar respecto del señor González, si la incógnita no se puede despejar en torno a las cuestiones que atañen a la monarquía, ni tampoco sobre el derecho a decidir de los pueblos, de las trabajadoras, de las mujeres, quizás sea porque alguien quiere mantener la ecuación sin resolver. Retomando las palabras de Paulo Freire, tal vez, ciertas personalidades pretenden que nos adaptemos a una realidad que debe permanecer intocada, inalterable y, para ello, es importante que no se despejen ciertas incógnitas, que no se descubran las X, porque no haría sino ahondar en la necesidad y en la tarea pendiente de la ruptura democrática que siguen necesitando los pueblos de este estado.

 Más de 40 años después, el debate sigue planteándose en los mismos términos, ¿Reforma o ruptura?, ¿Es viable la reforma de un régimen emanado del franquismo?, ¿Es reformable un régimen creado a medida de las élites dominantes? ¿Es este mismo régimen capaz de satisfacer las demandas de las clases populares?. Parece ser que durante más de 40 años no lo ha sido, ¿Lo será ahora?, ¿La cara amable del régimen ha servido para resolver alguna cuestión trascendental?, ¿Se ha derogado la ley mordaza?, ¿Se ha derogada la reforma laboral?, ¿Se ha resuelto de una forma democrática las cuestiones referentes al derecho a decidir?, ¿Se ha emprendido algún cambio sustancial para democratizar los cuerpos policiales o la judicatura?. Cada uno/a hará sus reflexiones pero, si algo parece destacar, es la evidencia de que en los parámetros de este régimen no caben nuestros sueños. Los sueños de justicia social y democracia que quisieron enterrar bajo la sal en el 1521 en la catalogada por Marx(1854)[1] como primera revolución seria en el estado (la revolución comunera), bajo cunetas en el 1936 y ,tal vez, en cal en los tiempos de asentamiento de la modélica transición, pero que siguen brotando en nuestros pueblos.


[1]        New York Daily Tribune, 9 de Septiembre de 1854.

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