-¡Y a todos los pilotos que ayer no se pusieran calzoncillos verdes vamos a anularles cuatro vueltas durante la clasificación del próximo Gran Premio1!
-Síii.
-¿Y si les damos caña directamente a todos los que midan más de un metro setenta?
-No, no, mejor aún, si tu nombre empieza por M y tu apellido acaba en N… ¡sales último todas las carreras de aquí a final de temporada!
-¡Bravo, sí, esa, geeenial!
Porque supongo que de eso se trataba, de aumentar la emoción para no perder audiencia, intentar evitar que Verstappen tenga ganado ya el mundial antes del parón de verano. Pero parece que les ha salido el tiro por la culata, y como ha pasado tantas veces en la F1, y especialmente en el universo del Torito Colorao, en Austria han pagado “checos” por “maxes”. Es el gran Checo el que sale al fondo de la parrilla. ¡Con lo bueno que es!
¿Y qué importa eso?
Nunca jamás habíamos visto una clasificación de F1 tan radícula, irritante, estúpida e injusta. El Gran Premio de Austria hará historia por haber alcanzado inimaginables cotas de absurdo; aunque lo peor aún podría estar aún por llegar.
La Falsificación (perdón: Federación) Internacional de Automovilismo : FIA, se puede permitir tales dislates porque los dueños del negocio, Liberty Media, lo consienten; y ni siquiera los equipos parecen capaces de rebelarse.
La F1 de los tiempos del Marqués de Portago (léete EL SABOR DEL ÚLTIMO BESO) no necesitaba de límites de pista ni de juegos del calamar porque allí estaba verdaderamente la posibilidad de la muerte: si fallabas tú o tu coche simplemente ya nunca lo podrías contar.
Entendemos que Liberty Media se esfuerce en aumentar la incertidumbre para crear espectáculo, pero quizá les acabe saliendo el tiro por la culata. Nadie quiere ver ¡nunca más! una basura de clasificación en Fórmula1 como la que los espectadores del mundo entero, y también los pilotos y todos los equipos, hemos tenido que soportar el 30 de julio de 2023 en Austria.
¡Puaggggg!
Tigre tigre.
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