La sanidad con la que sueña Ayuso habría multiplicado las muertes durante la pandemia

El gobierno de Isabel Díaz Ayuso está llevando los servicios públicos que garantizan el estado del bienestar a toda la ciudadanía madrileña a un apocalipsis absoluto. Las cifras sobre la sanidad pública, las declaraciones de Enrique Ruiz Escudero o la priorización presupuestaria a los colegios concertados frente a los públicos son la muestra de que la «libertad» tan defendida por Ayuso no es otra cosa que la destrucción absoluta del estado del bienestar.

La manifestación del domingo 12 de febrero le hizo mucho daño a Isabel Díaz Ayuso. No en vano ha sobrepasado las fronteras españolas y el prestigioso diario económico Financial Times, una de las referencias de la libertad de mercado y del neoliberalismo más radical, se refirió a la situación de la sanidad pública de Ayuso como «la gestión de la miseria».

La situación empeoró con las declaraciones del consejero de Sanidad de Ayuso, Enrique Ruiz Escudero, quien no dudó en señalar que el objetivo de la Comunidad de Madrid es eliminar a los médicos de la atención primaria, es decir, la atención sanitaria más cercana a los ciudadanos.

En concreto, el consejero de Ayuso afirmó, según El País, que el actual modelo sanitario de atención primaria «está pensado en los años 80 con cierta influencia del modelo cubano». Es decir, que ya politizó la problemática dando por hecho que la sanidad pública está basada en modelos de regímenes comunistas.

Para apuntalar esta ideologización puso como ejemplo el sistema que pretende implantarse en Madrid, el de Reino Unido, donde, según afirmó Escudero, «el modelo de Atención Primaria es un modelo puro de enfermería y aquí vamos evolucionando a ese modelo por razones lógicas». ¿Qué razones lógicas? Una enfermera no tiene la cualificación necesaria para diagnosticar una enfermedad o para recetar medicamentos. ¿Qué pretenden, saturar aún más los hospitales?

Todo esto nos lleva a un objetivo no escondido ni por el Partido Popular ni por Isabel Díaz Ayuso: el desguace y la privatización de la sanidad para llevarla a un escenario similar al de Estados Unidos, lo que habría tenido unas consecuencias gravísimas durante la pandemia.

Un informe de Public Citizen, al que Diario16 ha tenido acceso, muestra cómo el modelo sanitario estadounidense privado provocó más muertes que si hubiese existido una sanidad pública y universal durante la pandemia. Estados Unidos, con ese modelo, gasta mucho más dinero que los países que tienen universalizados los servicios sanitarios.

Estados Unidos sigue siendo el único de los 25 países más ricos que no brinda atención médica universal, y el enfoque del sistema de atención médica en los beneficios y no en la salud les ha costado la vida a los estadounidenses. A pesar de tener menos del 5% de la población mundial, Estados Unidos, durante la pandemia, tuvo el 25% de los casos confirmados del mundo y el 20% de las muertes.

Los datos del informe son demoledores. Antes de la pandemia, aproximadamente 87 millones de estadounidenses no tenían seguro o tenían un seguro insuficiente. Alrededor de un tercio de las muertes por COVID-19 y el 40% de las infecciones estaban relacionadas con la falta de seguro.

Por otro lado, más de un 50% de los ciudadanos reciben su atención médica a través de su empleador. Con más de 22 millones de estadounidenses perdiendo su trabajo durante la pandemia, millones también se quedaron sin su seguro médico. Además, se generaron disparidades de salud raciales, incluido el acceso a la atención, que provocaron muertes desproporcionadas en las comunidades negras y latinas.

Estados Unidos tiene la tasa más alta de necesidades insatisfechas de cualquier país comparablemente rico, con un tercio de los estadounidenses que informan que ellos o un miembro de su familia han evitado ir al médico cuando estaban enfermos o lesionados en el último año debido al coste que supone.

El modelo de seguros médicos privados está provocando que los estadounidenses tengan más probabilidades de morir de enfermedades respiratorias crónicas, enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer que las personas en países comparablemente ricos con sistemas universales de atención médica.

Además, en medio de la pandemia, se pudo comprobar la importancia del acceso a la sanidad. Estados Unidos tenía solo alrededor de la mitad de las camas de hospital per cápita de países pares y mucho menos que países como Japón o Alemania.