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Ley de Cambio Climático: abran juego

Joan Capdevila i Esteve
Joan Capdevila i Esteve
Veterinario clínico de pequeños animales y diputado a Cortes independiente por ERC desde 2016. Portavoz de dicho Grupo Parlamentario a las Comisiones de Transición Ecológica, Asuntos Económicos Industria, Comercio y Turismo, que preside.
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análisis

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Por fin (¡después de 2 años, Señorías!) aprobamos la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Una ley absolutamente necesaria y que, sin duda alguna, será de las más importantes que se tramiten y aprueben durante esta legislatura, quién sabe si de esta década.

Porque es innegable que estamos en una situación de emergencia climática, como ha sido solemnemente declarada. Y esta medida no podía quedarse, aunque hemos rozado ése punto de ridículo, en una mera declaración institucional, en puro postureo. La situación requería, desde hace más de los dos años, que Ejecutivo y Legislativo pasaran de las palabras a los hechos. Pero esta norma no es suficiente, debería ir acompañada de unas políticas valientes, que el Gobierno “más progresista de la historia” ha sido incapaz de articular con la ambición adecuada. A falta de evidencias, este Ponente de la Ley de Cambio Climático no puede más que intuir la influencia de actores tan poco respaldados por la urnas como las temidas puertas giratorias o un alto funcionariado algo esclerosado, así como un curioso “triálogo” entre Ministerio, Ferraz y Moncloa… mientras Podemos, a menudo de mero  convidado de piedra.

Nuestro trabajo parlamentario se ha basado  desde el  principio de la larga negociación en una idea preferente: la lucha contra el cambio climático y sus consecuencias ha de ser la prioridad máxima de nuestra sociedad, y la transición energética, convertirse en una oportunidad para pasar de un sistema energético caro, injusto y centralizado a otro muy distinto., más democrático, sostenible, limpio y de km 0.

Esquerra Republicana inició la tramitación de esta Ley dispuesta a “arremangarse”,  con espíritu proactivo, y con ánimo de contribuir con nuestro modesto pero empeñado esfuerzo a asentar las bases de la transición energética, pues consideramos que el “apellido” de la Ley era tan sustancial como el nombre. Y los números de nuestro empeño así lo demuestran. Hemos mantenido más de 100 reuniones con asociaciones y empresas del sector, numerosas mesas redondas, intenso trabajo interno sectorial… que  se han traducido en las 172 enmiendas presentadas, de las que 48 fueron admitidas o transaccionadas durante el debate en la Comisión del Congreso de los Diputados.

Aún así, esta no es la Ley que a nosotros nos gustaría. La nuestra, la llei de canvi climàtic Catalana de 2017 (Catalunya ha sido pionera en legislar contra la lucha del cambio climático) fue dinamitada por el TC, tumbando más de 15 de sus artículos. La Llei de Canvi Climàtic es (era) una buena ley, mucho más ambiciosa que la que hemos aprobado en el Parlamento español..

Las Valoraciones negativas son conocidas, y personas y entidades de mayor prestigio que este Diputado las han señalado: la principal, la falta de ambición en los objetivos de reducción de las emisiones. El objetivo del 23% respecto al año 1990 es totalmente insuficiente. Aunque celebramos que se salvara el ridículo y se alineara en unas primeras autoenmiendas este objetivo con los establecidos en el PNIEC. Nuestro Grupo parlamentario reclamó (y asi se recogía en nuestras enmiendas) que este fuera al menos del 55%, siguiendo las recomendaciones de las Naciones Unidas. No hubo manera. Ciertamente, queda la puerta abierta a futuras revisiones de estos objetivos, el primero para el año 2023. Pero esto puede constituir un grave peligro si los negacionistas de extrema derecha y derecha extrema regresan al gobierno…

Valoraciones positivas de la ley. Las hay,  pero como tememos que quede diluida su autoría, nos permitimos destacar donde ha dibujado Esquerra las líneas rojas. Aparte de otros logros con la aprobación de las 48 enmiendas,, nuestro Grupo político ha puesto sobre la mesa sus 13 votos como condición al apoyo, de dos condiciones sectoriales y una de ámbito general en defensa de un sector eléctrico limpio y democrático, a saber:

Condiciones hidrológicas: Lo riu Ebre, en particular, y todos los ríos in extenso: LO RIU ÉS VIDA, y ERC lo lleva en su ADN. La gestión integrada del agua y los sedimentos en las cuencas hidrográficas es indispensable para adaptarse a la emergencia climática.

Una de nuestras prioridades durante esta tramitación ha sido incluir en la planificación los impactos derivados de la retención de los sedimentos y las soluciones para su movilización. Es imprescindible para frenar la regresión de las playas y la subsidencia de los deltas.La retención de sedimentos causa un déficit grave de arena y materiales finos en las zonas costeras, que son imprescindibles para su mantenimiento físico y su buen estado ecológico. El resultado es una creciente regresión de las playas (especialmente en los deltas y zonas bajas) que perjudica los ecosistemas costeros, las infraestructuras y el sector turístico, y amenaza el dominio público marítimo-terrestre. Más considerando la subida del nivel del mar causada por el cambio climático. Sin la restauración del flujo de sedimentos a la costa los deltas y otros sistemas costeros alimentados por los ríos desaparecerán progresivamente.  

Preservar nuestra naturaleza y nuestro entorno es la manera más eficaz de preservar, también, la economía del futuro y la prosperidad de la sociedad.

Enmiendas forestales: Olvidaban los redactores del Proyecto de Ley algo muy importante: el bosque, es el segundo mayor sumidero de CO2 del Planeta. Los árboles son parte de la solución a la emergencia climática: son los pulmones del ecosistema terrestre, favorecen la biodiversidad, enriquecen el suelo y favorecen el ciclo del agua, ayudan a regular la temperatura, retienen y fijan el CO2… Por ello, es necesario impulsar el desarrollo de masas forestales que se adecúen a las necesidades de cada territorio. La gestión forestal sostenible, las externalidades positivas que genera (no solo ambientales, también demogràficas) merecían ser contempladas en esta Ley, y celebramos que hayan sido las enmiendas de ERC las que hayan abierto los ojos de los ponentes de PSOE y PODEMOS y se hayan aceptado un racimo de enmiendas en diversos puntos del articulado a esa innegable realidad. Particularmente en la Disposición Adicional que obliga a desarrollar en el plazo de un año un olvidado artículo de la Ley de Montes (64) que podrà dar cabida a los montes en la contabilidad ambiental.

Es un primer e importante paso, que nos conmina a seguir arremangados y trabajando in vigilando pero también in denunciando e in scribendo en defensa de la enorme importancia ambiental de los montes. Y no sólo ambiental.

 …y lo que debiera haber encabezado este artículo:

Generación de kilómetro 0.  A fuer de hacernos pesados volvemos a remarcar, porque  hay ciertas ideas que debemos interiorizar de manera inmediata, que una de ellas es el concepto km 0; y a  todos los niveles: para la producción de bienes y servicios, sí, pero también en la generación de electricidad: una generación cerca de los lugares de consumo. Se trata, en definitiva, de apostar por un cambio en la concepción del modelo y pasar de una visión centralista a una descentralizada y de proximidad, como elemento base de la transición energética.

La transición energética / ecológica no solo es reducir emisiones de CO2. si no  también  aprovechar el potencial de la transformación económica, de la mano de la tecnología, para que los beneficios lleguen  a las personas y empresas, al conjunto de la sociedad. Por este motivo es fundamental transformar nuestros pueblos y ciudades, los polígonos industriales y en mundo rural a partir del aprovechamiento local de los recursos energéticos, en plena sintonía con los sistemas sociales, económicos y ecológicos de cada zona.

Los beneficios de la transición energética han de llegar a las personas. La producción de energía cercana a los puntos de consumo es la manera más eficiente y eficaz de transformar el modelo económico en sintonía con las dinámicas sociales y ecológicas de los territorios. No solo va a favor de la física, sino que con una correcta formación de precios y regulación va también a favor de la economía, la riqueza de las familias y la competitividad de la industria

Queda un largo camino para trasponer las directivas europeas de energía al ordenamiento jurídico español. La Ley CC es un primer paso pero insuficiente para lograr un pleno desarrollo del papel central que las personas y empresas, los “consumidores”, deben desempeñar en la transición energética. No se trata de una frase vacía de sentido. Se trata de incrementar la competencia entre los sectores liberalizados de generación y comercialización, evitar fallos de mercado por excesivo poder de operadores de mercado integrados en el sector energético y lograr que las inversiones en redes sean eficientes. Para ello, será fundamental  la flexibilidad de los recursos distribuidos, la agregación de la demanda, las comunidades locales de energía, el acceso al dato y su uso… También quedan grandes reformas como la propia del sector eléctrico y la reforma fiscal basada en la tasa al CO2. No se trata de “quien contamina paga”, como aquél que aspira a revertir el deterioro de los ecosistemas. Se trata de dar señales económicas suficientemente fuertes y estables para orientar el conjunto de la economía hacia la descarbonización.

Habrá ocasiones (la Ley abre para ello diversas puertas) para persistir en este empeño. Sigan atentos, por favor, a sus pantallas.

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