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Los intentos de Feijóo por desmarcarse de Vox no ocultan los pactos con la ultraderecha

Los acuerdos establecidos en numerosos municipios y comunidades autónomas son una clara muestra de la complicidad de las formaciones más rancias del panorama político español

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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En la campaña electoral del 23J, resulta imprescindible abordar la realidad de los acuerdos entre Alberto Núñez Feijóo y Vox en muchos ayuntamientos y comunidades autónomas. No se trata de una mera posibilidad, sino de una preocupante realidad que amenaza con tener nefastas consecuencias para los españoles.

El Partido Popular, encabezado por Feijóo, ha mostrado una más que inquietante disposición a aliarse con la extrema derecha de Vox, poniendo en peligro los derechos y las libertades que tanto esfuerzo han costado conseguir en los últimos años. Los acuerdos establecidos en numerosos municipios y comunidades autónomas son una clara muestra de esta peligrosa complicidad.

El PP ha cedido a las posturas más retrógradas y antidemocráticas de la extrema derecha para asegurarse el poder

No podemos ignorar que Vox ha obtenido responsabilidades de gobierno en 140 ayuntamientos de los casi 1.000 en los que logró representación en las últimas elecciones. En muchas de estas localidades, el PP ha cedido a las posturas más retrógradas y antidemocráticas de la extrema derecha para asegurarse el poder. Es inaceptable que el Partido Popular esté dispuesto a compartir vivienda política con Vox antes que renunciar a la oportunidad de recortar los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Castilla y León, Valencia y Extremadura

El poder autonómico tampoco ha escapado a esta preocupante tendencia. Feijóo y el PP han formado gobierno con Vox en Castilla y León, impulsando medidas reaccionarias y regresivas. Desde la desincentivación del aborto hasta la relajación de los controles sanitarios en la industria ganadera, estas políticas atentan contra la salud de la población y los avances en derechos sociales.

La Comunidad Valenciana también ha sucumbido a la influencia de Vox, a pesar de la evidente misoginia y las actitudes machistas presentes en esta formación política. El PP ha establecido un acuerdo con Vox, incluso después de que este último presentara como candidato a un político condenado por violencia psíquica habitual y maltrato a su expareja. Es preocupante que el PP esté dispuesto a obviar estos antecedentes y a permitir que la extrema derecha influya en las políticas de género y derechos humanos en la región.

El caso de Extremadura es especialmente revelador. A pesar de las declaraciones públicas de María Guardiola, líder del PP en esta comunidad, asegurando que no pactaría con aquellos que niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes y menosprecian la bandera LGTBI, finalmente aceptó un acuerdo con Vox, entregándoles la consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural. Esta contradicción evidencia la falta de principios y valores del Partido Popular y su disposición a ceder ante la extrema derecha en detrimento de los intereses y derechos de la ciudadanía.

El panorama que se presenta es inquietante. Feijóo y el Partido Popular han demostrado una falta de escrúpulos y un afán desmedido por el poder, dispuestos a sacrificar los derechos y libertades de los españoles en aras de asegurar su posición política.

Amenaza a los avances en igualdad, derechos LGTBIQ, lucha contra la violencia de género y protección de los derechos humanos

Los votantes tienen que conscientes de las nefastas consecuencias que pueden derivarse de un acuerdo entre el PP y Vox. La agenda de la extrema derecha amenaza los avances en igualdad, derechos LGTBIQ, lucha contra la violencia de género y protección de los derechos humanos. Los votantes deben reflexionar sobre las implicaciones de respaldar a un partido dispuesto a pactar con una formación que atenta contra los principios fundamentales de nuestra democracia.

El peligro para los derechos y libertades de los españoles es real y no se debería permitir que la extrema derecha influya en las políticas de nuestro país ni que el Partido Popular ponga en peligro los avances logrados.

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