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«Si no se reconduce el conflicto, la ONU y los tribunales internacionales tendrán que dar un ultimátum a Daniel Ortega» 

Entrevista a Ángel Juárez, presidente de Fundación Mare Terra y la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET)

Juan Carlos Ruiz
Juan Carlos Ruiz
Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información
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análisis

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Tras la entrevista concedida a Diario16 por «Halcón 1», Comandante General de la Resistencia Nueva Generación Nicaragüense 380, en la que denunciaba que «el régimen de Daniel Ortega utiliza a delincuentes y paramilitares vestidos de civiles para asesinar a personas a sangre fría», el presidente de la ONG española Fundación Mare Terra y de la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET), analiza la situación en el país y los últimos acontecimientos.

¿Cuál ha sido su reacción ante el anuncio de la organización Resistencia Nueva Generación Nicaragüense 380 de buscar la caída del presidente Daniel Ortega? 

Hace ya unos años que se veía venir. Empezó de una forma un poco tímida la ilegalización de fundaciones y entidades sin ánimo de lucro que llevaban trabajando muchísimos años, algunas incluso desde la Revolución Sandinista, y fue in crescendo el número hasta alcanzar la cifra de más de 2.300 organizaciones del país y del extranjero. Algunas de esas organizaciones son Cruz Roja, Cáritas…incluso los observadores de Derechos Humanos de la ONU han sido expulsados. El Gobierno ha ido ilegalizando a todas. Pero es que, además, ha ido echando a embajadores de otros países con los que Nicaragua ha tenido grandes relaciones a lo largo de los años. Por ejemplo, España. Hace tiempo que no tiene embajada allí. Han procesado y expulsado a una gran cantidad de eclesiásticos. Les molesta todo aquel que pueda opinar sobre el Gobierno, este Gobierno dictatorial que ha perdido la cabeza. 

«El Gobierno ha dejado a su pueblo desamparado en muchísimos aspectos. Y eso ha obligado a emigrar a países cercanos, como Costa Rica, a 1.500.000 ciudadanos»

Nosotros hemos intentado de forma progresista y humana, como muchísimos compañeros de otras ongs, y en estos momentos no podemos trabajar en el terreno, porque el Gobierno ha dejado a su pueblo desamparado en muchísimos aspectos. Y eso ha obligado a emigrar a países cercanos, como Costa Rica, a 1.500.000 ciudadanos. 

Para mí ha sido una sorpresa saber que el pueblo se está reorganizando. Nadie quiere otra guerra, y más después de los 300.000 muertos de la contienda contra el dictador Somoza. La palabra es tristeza, porque una vez más el hombre vuelve a tropezar con la misma piedra. No sólo se gana una revolución a base de mucha sangre, sino que luego el líder de esa revolución se convierte en dictador, en represivo, en sanguinario, conjuntamente con su mujer, Rosario Murillo.  

Parece que la ley del silencio campa a sus anchas. ¿Siguen teniendo contactos allí? Y en ese caso, ¿qué les cuentan respecto a la situación? 

Seguimos teniendo a las personas con las que manteníamos relación de trabajo y amistad. Muchas de ellas ahora están viviendo en otros países, y algunas, incluso aquí, en España. Tenemos unos lazos muy fuertes con Nicaragua. De hecho, la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET) nació hace casi 15 años allí. Nuestro partner fue el poeta Ernesto Cardenal. Se trataba de trabajar por el archipiélago de Solentiname y el lago Cocibolca, e intentar proyectos de manejo para la conservación de la naturaleza. Y fue un éxito. Lo triste es que de los que fuimos fundadores de la RIET, muchos de ellos están fuera del país, y los pocos que quedan no se atreven a hablar, a tener contacto telefónico ni por Internet, por miedo a represalias. Y la relación es muy complicada, por intermediarios, en algunos casos. La situación es muy preocupante por la violación de Derechos Humanos que se está haciendo de tres años a la actualidad. No sé qué está haciendo la ONU, ni los tribunales para evitarlo. No sabemos cómo este personaje se ha aprovechado de las siglas del comunismo, se ha aprovechado de la sangre de muchísima gente para robar a todo el país y ser un dictador que nadie podía imaginarse que pudiera impulsar paramilitares y colectivos represores con su propio pueblo.

«Los escritores Sergio Ramírez o Gioconda Belli, entre muchos otros, han sufrido esa situación. Ahora están viviendo en Madrid»   

Como organización tienen un pequeño refugio en el archipiélago de Solentiname que también ha sido expropiado… 

Como al resto de organizaciones que había hasta hace unos meses en Nicaragua. Se nos ha expropiado a la fuerza por medio de las armas. El Gobierno ha enviado a la Policía y el Ejército, y han ido expropiando, incluido nuestro pequeño refugio, cerca de donde vivía el poeta Ernesto Cardenal. No sabemos qué está ocurriendo en estos momentos. Eso se llama robo, ¿no?  

Si son capaces de quitarle todo, sus patrimonios personales de toda la vida e incluso su propia nacionalidad a intelectuales que le dan esa imagen de país de Cultura a Nicaragua, ¡qué se puede esperar! Los escritores Sergio Ramírez o Gioconda Belli, entre muchos otros, han sufrido esa situación. Ahora están viviendo en Madrid, les han dado asilo político.  

Yo haría también un llamamiento a las autoridades de países como Costa Rica, Honduras, Guatemala…para que sean solidarios con los refugiados que están llegando porque se juegan no sólo la cárcel, sino la propia vida si vuelven a Nicaragua. Que se les de alimentos y refugio, porque nos consta que ya empieza a haber colas de personas esperando poder comer. Pedimos esto hasta que se vaya solucionando la situación en Nicaragua. No sé si la situación se solucionará con parte del pueblo armado, pero el Gobierno, a pesar de los avisos de las organizaciones, ha continuado encarcelando a ciudadanos. Después de tanta represión que está habiendo, se puede entender la reacción del pueblo. 

«Este señor está en manos de su esposa Rosario Murillo, porque le perdonó no denunciarle por violar a su propia hija a cambio de poder. Y ahí está. Creo que han perdido todo: el sentido común, los valores…» 

¿A qué situación se ha llegado para que no se pueda deponer al presidente Ortega? 

Esto no viene de ahora. Esto se ha ido dejando pasar. Recuerdo que cuando nació la RIET, fui intermediario en una pequeña reunión a la que asistimos Ernesto Cardenal, Humberto Ortega –hermano de Daniel Ortega- y yo. Y se nos pidió que extendiéramos unos lazos de entendimiento democrático. Ernesto Cardenal acababa de escribir un libro, que además fue muy leído, titulado “La revolución perdida”. Hay que recordar que el poeta formó parte de la Revolución Sandinista y después fue ministro de Cultura en el primer gobierno de Daniel Ortega. Y ya él, en aquellos tiempos, hace casi 15 años, denunciaba cómo la familia Ortega había ido robando grandes franquicias del país, desde operadoras telefónicas a grandes supermercados. Y parte de quienes habían estado al lado de la Comandancia durante la revolución se fueron, porque no podían aguantar por dignidad y principios al lado de Daniel Ortega. Entonces se fue quedando solo. Su propio hermano creo otro partido para estar lejos de él. Por tanto, en aquellos tiempos ya empezó a haber un distanciamiento muy grande con el pueblo, pero él jugaba todavía con el hecho de que en la revolución había habido tanta sangre que el pueblo estaba cansado, estaba agotado. Recuerdo que había zonas de Nicaragua donde vivían muchas viudas de excombatientes, y era un pueblo agotado. Por eso ha transcurrido tanto tiempo hasta que ahora nos enfrentamos a una segunda revolución que está comenzando contra uno de sus líderes anteriores. Es muy trágico y muy triste. Las ongs intentamos ayudar con todos nuestros medios y todo nuestro corazón a un país que había sufrido muchísimo para poder quitarse del medio al dictador Somoza. Y que ahora vuelva a ocurrir esto…es difícil expresar en palabras cómo se ha llegado a una dictadura más sanguinaria que la de entonces. Pero, vamos, que se esté matando a familias campesinas enteras y que vayan con paramilitares… eso, según sandinistas con los que yo he hablado, no ocurría cuando estaba Somoza. 

«Es que gran parte de las personas a las que están matando eran compañeros sandinistas»     

Eso, sin olvidar, que este señor está en manos de su esposa Rosario Murillo, porque le perdonó no denunciarle por violar a su propia hija a cambio de poder. Y ahí está. Creo que han perdido todo: el sentido común, los valores… 

Nosotros vamos denunciando por nuestros medios de información la situación que se vive allí. Pero todavía algunos países se creen que en Nicaragua hay un régimen comunista. Y se tienen que quitar la venda de los ojos. Y decir que no, que se está apoyando a una dictadura férrea y sanguinaria. Pienso que deberían darse cuenta países cercanos, que no es que estén apoyando al Gobierno, pero sí están cerrando los ojos para no perder el apoyo estratégico en toda la zona. 

Y ojalá todos estos mensajes le hagan parar a este Gobierno, porque no puede continuar así. Es que gran parte de las personas a las que están matando eran compañeros sandinistas.     

¿Cuál puede ser la salida al conflicto? 

Que se reconduzcan y den un plazo cercano –meses- para que haya unas elecciones libres, porque se han cargado también a toda la oposición y han retocado todo lo que había que retocar de las leyes. Y si no se reconduce el conflicto, la ONU y los tribunales internacionales tendrán que dar un ultimátum a Daniel Ortega. 

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