El rival que tiene enfrente Carlos Alcaraz es verdaderamente formidable. En el historial de sus enfrentamientos ha perdido más veces que ganado frente a él. Zverev.
Zverez que viene de derrotar a Álex de Miñaur después de haber cedido el primer set contra el australiano de origen español y uruguayo.
Zverez que está convencido de que va a derrotar a Carlos Alcaraz.
Por su parte Carlos no está convencido de nada. Excepto de que tiene ganas de jugar lo mejor posible.
Empieza el partido, cada uno mantiene su propio servicio en el primer juego…. Y ENTONCES LLEGAN LAS ABEJAS. Miles de abejas, millones de abejas…, porque estamos en Estados Unidos y al lado de un desierto y puede suceder cualquier cosa. Todo el mundo alucina: los comentaristas, los jugadores, el público y quizá también las propias abejas que han llegado a creerse como Zverev que podían ser las vencedoras de la batalla.
Pero no. Pierden las abejas, son desalojadas. Y pierde Zverev un partido en el que no consigue brillar realmente en ningún momento.
Lo contrario de Carlos Alcaraz, que cada vez está más divertido, más fuerte, más inspirado, y es capaz de hacer lo imposible una y otra vez sin demasiado esfuerzo aparente. Sonriendo.
6-3
6-1
Carlos Alcaraz tranquilo, pensando ya en Yanik Sinner y deseando medirse contra él en la semifinal del sábado.
Se le nota en todo, hasta en el más pequeño de los gestos, a Carlos Alcaraz, que está en en su mejor momento, en plena forma, completamente a gusto consigo mismo.
Tigre Tigre.
