Era el primer partido y se enfrentaba al número 78 del ranking mundial de la ATP: Filip Krajinović.
En un principio el jugador español era el gran favorito para llevarse el partido, no en vano es en la actualidad el número 29 del mundo en el ranking.
Y parecía en el primer set que «iba a estar hecho». Bautista Agut dominaba con autoridad, pero inesperadamente el serbio se convirtió en un absoluto gigante, tan inspirado y potente como Borg, tan delicado en las dejadas como el mismísimo Carlos Alcaraz. Y remontó y ganó el primer set.
Bautista se dejó el alma en el segundo set, pero era imposible vencer a Filip Krajinović, le salía todo, lo conseguía todo, metía la pelota en la esquina más extrema de la pista en situaciones imposibles. Contaba con el primer set ya en su haber y Bautista no conseguía despegarse en el segundo.
¡Bola de set y partido para Filip Krajinović!
Se acabó.
La guillotina estaba a punto de cortarle la cabeza al tenista español.
Pero…
Bautista Agut impresionante,
Bautista Agut una roca,
Bautista Agut con una fuerza mental y una voluntad de ganar deslumbrante.
Salvó la bola de set y partido. Y llegaron al tie break. Y Roberto lo tenía. Pero el serbio lo neutralizaba una y otra vez y volvía a ponerse por delante. Así hasta llegar a los diez puntos en el tie break. El español consiguió, cuando ya el público entero estaba sin respiración y con los ojos a punto de salirsele de las órbitas, que el set cayera a su favor.
Ya el tercer set fue sencillo. El serbio estaba roto. Seis juegos a uno ganó Roberto Bautista Agut, con enorme merecimiento.
El gran tenis, ese que hace que al espectador se le salga el corazón por la boca y le suden las manos, no es solo cosa de los ocho o diez primeros del ranking. Hay muchos tenistas magníficos, y hay muchos partidos inolvidables. El de Roberto Bautista Agut contra Filip Krajinović en Montecarlo en la primera ronda, la de los 64, fue uno de ellos. Felicitamos a ambos contendientes por su gran tenis sin apenas errores en todo el partido. Pero el aplauso final se lo lleva Roberto Bautista Agut.
Bravo y mil veces Bravo.
ESTUVISTE DESLUMBRANTE, TÍO.
Tigre Tigre
