Ese es el premio que va a recibir el gran Carlos Sainz este año después de haber ganado el Dakar. 17 participaciones y 4 Dakar en su haber.
Tres mil euros le dan al ganador del Dakar. En metálico. También le dan un par de estatuillas con el dibujo del beduino.
Para participar en el Dakar en la categoría de coches, y con posibilidades de ganar, hay que gastarse aproximadamente un millón de euros.
Eso hace pensar que en verdad el Dakar no se corre por dinero. Cierto que don Carlos Sainz conduce un Audi y que probablemente la casa, aparte de correr con todos los gastos, le dará una pasta gansa cuyo montante final no llega de ningún modo a la prensa. Pero…
Carlos Sainz es el piloto más viejo en haber ganado en Dakar. Ya lo era cuando lo ganó hace cuatro años con 57. Ahora tiene 61.
No creo que corra por dinero. Creo que lo hace por pasión. Por sí mismo. Cómo Heisenberg en Breaking Bad. Y quizá incluso a pesar de sí mismo. Porque es un indomable.
Vemos el sueldo de su hijo, y el de todos los pilotos de la Fórmula 1, y los tienen a todos enterrados el dinero. A Carlos Sainz no. Porque hay cosas que no se hacen por dinero. La poesía es el perfecto ejemplo. Y en general casi toda la literatura aunque un puñado de afortunados, y con capacidad para prostituirse, hayan ganado fortunas inmensas.
Aún hay cosas que no se hacen por dinero en estos tiempos en los que todo se mide por la miserable regla anglosajona de la maximización de beneficios. Todavía hay cosas -actividades, deportes, artes- que no se hacen por dinero. Y eso es magnífico. Muy lenitivo
Carlos Sainz padre.
«PADRE».
Padre de todos los soñadores que pueblan la tierra. Padre de todos los que se saben querer y respetar a sí mismos.
Tigre Tigre
