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El sueldo de Ana Patricia Botín incrementa el rechazo de los accionistas

El resultado de las votaciones de la Junta General de Accionistas muestra un fuerte incremento de la oposición a la política retributiva tanto de la presidenta como del resto de miembros del Consejo de Administración

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Tal y como publicamos en Diario16, el descontento y la oposición de los accionistas de Banco Santander, sobre todo de los minoritarios, está aumentando a niveles nunca vistos en la historia de la entidad. Jamás un Botín se ha encontrado con unos datos de votos en contra, sobre todo en lo que se refiere a las políticas retributivas, tanto de la Presidencia como del resto de consejeros del banco.

En la Junta General de Accionistas celebrada el pasado 31 de marzo, los accionistas volvieron a oponerse al volumen salarial que cobran los altos ejecutivos del Santander, entre los que está Ana Patricia Botín. Es cierto que la oposición bajó un 1,2% respecto a 2022, pero la realidad es que, tomando los datos de los últimos 6 años se puede comprobar que el descontento sube en la misma medida que va bajando el valor de los títulos del banco.

Una revisión de los acuerdos de las juntas de accionistas desde 2018 demuestra cómo la oposición ha crecido en más de un 7%, lo cual es mucho. En ese año, el número de acciones que se opusieron al informe anual sobre remuneraciones de los consejeros fue de 389,6 millones. En 2023 ese número se incrementó hasta los 1.194,2 millones de acciones. Esto supone pasar de un 3,74% a un 10,78%. Sin embargo, el máximo de votos negativos se dio en 2022 cuando se alcanzó el 11,99%.

Fuente: Datos de Acuerdos de Juntas de Accionistas de Banco Santander

Estas cifras tienen mucho que ver con el descontento existente entre los accionistas, sobre todo los minoritarios, que han visto cómo el valor de los ahorros que invirtieron se ha reducido en un 53% desde que Ana Patricia Botín llegó a la Presidencia del Santander tras la repentina muerte de su padre.

Ana Patricia Botín, el salario más alto del mundo

España ocupa el puesto 33 de la lista del Banco Mundial de 2020 con un PIB per cápita de 27.056 dólares y en el puesto 30 de la lista del Fondo Monetario Internacional de octubre de 2021 con un PIB per cápita de 33.171 dólares. Por otro lado, España aparece en el puesto 17 entre los países europeos en base a un poder adquisitivo de 14.709 euros, por debajo de la media europea que supera los 15.000.

A pesar de esas cifras, Ana Patricia Botín es, posiblemente, la banquera que más dinero gana del mundo si tomamos como referencia su salario y el porcentaje que representa de los beneficios. Puede resultar incomprensible que, con las cifras anteriores de PIB y poder adquisitivo en España, la presidenta del Banco Santander sea la banquera, posiblemente, que más cobra del mundo. Alguien podría pensar que seguro que los banqueros americanos o de las economías más avanzadas ganan más.

Botín supera a presidentes y consejeros delegados de bancos americanos como JP Morgan CHASE, Bank of America, Wells Fargo o Citigroup, los más grandes de Europa el británico HSBC y el francés BNP Paribas, u otros internacionales de Japón o Canadá, cuyos activos, tamaño, capitalización bursatil y beneficios anuales, en algunos casos, septuplica, sextuplica o quintuplica al de la entidad cántabra.

Banco Santander declaró el año 2021 unos beneficios de 8.124 millones de euros equivalentes a unos 9.198 millones de dólares. Con esos beneficios declarados, Ana Patricia Botín, en 2021 cobró 11,4 millones de euros, equivalentes a casi 13 millones de dólares, cifra que representa el 0,14% de los beneficios de 9.198 millones de dólares. Es decir, que la presidenta del Santander cobra más de 1,4 millones de dólares por cada 1.000 millones de beneficios que declara el Santander.

Por su parte, el presidente y consejero delegado del banco americano más grande, JP Morgan Chase, James Dimon, cobra 0,7 millones de dólares por cada 1.000 millones de beneficio que obtiene su banco. Es decir, que el presidente del banco más grande de los Estados Unidos cobra la mitad que Ana Botín por cada 1.000 millones de euros de beneficio de cada una de las entidades. En concreto, JP Morgan declaró en 2021 unos beneficios de 48.334 millones de dólares y James Dimon cobró 34,5 millones de dólares, es decir el 0.07% de dichos beneficios.

Proporcionalmente, Ana Patricia Botín cobra el doble que James Dimon, presidente del banco más grande de los Estados Unidos cuyos beneficios quintuplican los del Santander y cuya capitalización bursátil septuplica la del banco cántabro.

El segundo banco más grande de los Estados Unidos es el Bank of America con unos beneficios el año 2021 de casi 32.000 millones de dólares, que triplica sobradamente los 9.198 millones del Santander y tiene una capitalización bursátil que quintuplica la del banco español.

Pese a ello su presidente y CEO, Brian Thomas Moynihan, cobra 1 millón de dólares por cada 1.000 millones de beneficio que obtiene su banco (32 millones) lo que equivale al 0.10% de los beneficios, mientras que Ana Patricia Botín cobra el 0.14%, es decir 1,4 millones de dólares por cada 1.000 millones de beneficio del Santander. Estas cifras significan que la banquera española cobra, proporcionalmente, un 40% más que el presidente y consejero delegado del Bank of America, el segundo banco más grande de los Estados Unidos.

El banco Wells Fargo es el tercer banco más grande de los Estados Unidos con unos beneficios en el año 2021 de 21.548 millones de dólares, lo que equivale a más del doble de los obtenidos por el Santander, y una capitalización bursátil que casi triplica la del banco cántabro. Pese a ello, su presidente, Charles W Scharf, cobra el 0.11% sobre los beneficios del banco frente al 0.14% que cobra Ana Patricia Botín, es decir que la presidenta del Santander cobra un 30% más, proporcionalmente, que el presidente del tercer banco más grande de los Estados Unidos que duplica en beneficios al Santander y lo triplica en capitalización bursátil.

El cuarto grupo financiero más grande de Estados Unidos, CITIGROUP, cuya consejera delegada es Jane Nind Fraser. CITIBANK obtuvo en 2021 unos beneficios de casi 22.000 millones de dólares. La Sra. Fraser cobra el 0.10% del beneficio de su banco, equivalente a 1 millón de dólares por cada 1.000 millones de beneficio, es decir un total de 22,5 millones. Proporcionalmente, Ana Patricia Botín cobra casi un 40% más que la banquera americana CEO del cuarto mayor conglomerado financiero de los Estados Unidos, CITIGROUP.

En cuanto a los bancos europeos más grandes destacan el británico HSBC y el francés BNP Paribas. Veamos cuánto cobran sus máximos administradores.

HSBC en 2021 alcanzó unos beneficios de 14.700 millones de dólares y una capitalización bursátil dos veces y media superior a la del Santander. Aun así su consejero delegado, Noel Paul Quinn, cobró 12,1 millones de euros, lo que equivale al 0.8% de los beneficios, es decir que cobra 800.000 euros por cada 1.000 millones de beneficios del HSBC, mientras que, recordemos una vez más, la Sra. Botín cobró 1,4 millones de dólares por cada 1.000 millones de beneficio del Santander. Por tanto, Ana Patricia Botín cobra, proporcionalmente, un 60% más que el CEO del HSBC.

Si examinamos las cuentas del banco más grande de la zona euro, el francés BNP Paribas comprobamos que en 2021 llegó hasta los 10.743 millones de dólares de beneficio y tiene una capitalización bursátil 10.000 millones superior a la del Santander. Pese a todo, su consejero delegado, Jean Laurent Bonnafe, cobró en 2021 4,6 millones de dólares, que equivale al 0.04% de los beneficios. Así pues, el CEO de la BNP cobra 400.000 dólares por cada 1.000 millones que obtiene su banco de beneficio, mientras que Ana Botín cobra 1,4 millones de dólares por cada 1.000 millones de beneficios del Santander. Luego, la presidenta del Santander cobra más del triple que el CEO de la BNP el banco más grande de la zona euro y pese a que obtiene unos beneficios superiores a los del Santander y tiene una capitalización bursátil superior.

Lo mismo podríamos decir haciendo la comparativa con otros muchos bancos como los mayores de Japón o Canadá, Mitsubishi y Royal Bank of Canada, de países con economías mucho más grandes y poderosas que la española y cuyos presidentes, David McKay y Kanetsugu Mike, cobran menos que Ana Patricia Botín.

No es normal que en España, con una renta per capita y poder adquisitivo inferior al de los países más avanzados como los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Japón o Canadá, sus directivos de banca, cobren más que los de los países más desarrollados económicamente, cuando el Santander sería el 29 banco del mundo, obtiene beneficios inferiores y tiene una menor capitalización.

Por eso, los accionistas se oponen a las políticas retributivas del Santander y a los salarios de sus principales ejecutivos. Mientras ellos pierden, Ana Patricia Botín gana más, y eso no lo pueden permitir.

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3 COMENTARIOS

  1. ya le llegará a Anita su hora
    las cosas están cambiando,la justificación simplista de los disturbios que están ocurriendo en Francia , nos dicen en España qué es porque se va a retrasar la edad de jubilación esto es simplemente una de las partes y un cuento ,la demostración de que esto es falso es lo que ha ocurrido en Francia, las masas han asaltado la sede de Blackrock ,está claro, la justificación de esto no tiene nada que ver con las pensiones ,es un ataque directo al sistema capitalista actual ,un ataque al FMI a Blackrock a las élites que nos manejan a todos a su antojo ya le llegará a Anita su hora las cosas están cambiando.
    un día se toma la Bastilla y otro día se puede tomar Blackrock y atacar a los Rothschild de los cuales Macron es un mero esbirrro a sus ordenes

    • A la sublevacion de las masas urbanas en francia hay que sumar la sublevacon campesina de las zonas rurales del campo frances ,que se opone a las hhipocritas medidas que se suponen que impiden el cambio climatico pero que solo favorecen intereses de las multinacionales .
      el gobierno frances intenta parar el movimiento rural frances llamado
      La Sublevación de la Tierra y que tenia que imitarse en España

      https://www.elsaltodiario.com/medioambiente/sublevacion-tierra-francia-deberiamos-imitar

      El plan de Macron ha encontrado desde el principio una férrea oposición no sólo de sectores ecologistas y conservacionistas que observan en este otro proceso de “aceleracionismo climático” (más emisiones de la maquinaria pesada, de los polímeros empleados para impermeabilizar, de las bombas de extracción de aguas del subsuelo…) y de afectación de los ecosistemas (desecación de humedales, hundimiento del nivel freático, seca de pozos tradicionales, etc.), sino que también se ha encontrado con la beligerancia de pequeños y medianos agricultores que ven en estos proyectos otro intento de acaparamiento y privatización del agua que ataca directamente a sus producciones y a sus comunidades rurales. Sensibilidades distintas que se han agrupado en Bassines Non Merci, que junto a la Confèdèration Paysanne llevaron el caso de las macrobalsas a la ONU el pasado día 22 de marzo coincidiendo con el día del agua.

      La convocatoria, pese de estar prohibida por la prefectura de Deux-Sèvres, contó con una masiva participación de en torno a 30.000 personas, y es que estos Levantamientos de la Tierra están respaldados por una amplísima coalición heterogénea de 200 organizaciones ecologistas, sociales, sindicales campesinas como la Confèdèration Paysanne o Atelier Paysan, etc, y en esta ocasión también contaron con representación internacional de activistas de otros lugares del mundo, como la delegación de la nación Mohawk que lucha contra un oleoducto.

      La manifestación en campo abierto por las tierras de cultivo trató de llegar a una de las grandes balsas en construcción para mostrar el rechazo a este tipo de infraestructuras, pero un enorme despliegue policial empleando una inusitada violencia lo impidió. Para defender un simple agujero de una balsa en medio del campo, la policía usó helicópteros, quads, y un amplísimo despliegue de furgones, desatando una auténtica ola de violencia indiscriminada contra los manifestantes contra los que dispararon 4000 granadas lacrimógenas GM2L en apenas 2 horas, granadas que hirieron a 200 personas, 40 de ellas de gravedad, dos en coma (a día de hoy la vida de Serge Duteil-Graziani todavía pende de un hilo).

      En Francia no es costumbre resignarse estoicamente a recibir palos y granadas policiales y salir huyendo, de modo que los manifestantes respondieron a la desproporcionada acción policial y la enfrentaron, no sólo defendiéndose, atendiendo y evacuando a las numerosas personas heridas, ya que la policía impidió el acceso de ambulancias al campo de batalla, sino también quemando furgones policiales y las armas que había en ellos, destruyendo una de las bombas de extracción de agua y ocupando las líneas del LGV (tren de alta velocidad). El 30 de marzo, coincidiendo y cooperando con el movimiento contra la reforma de las pensiones se manifestaron en las prefecturas de comisaría de todo el país exigiendo el fin de la violencia policial y en solidaridad con las dos personas en coma.

      Al mismo tiempo, el ministro del interior Gèrald Darmanin, anunció en la Asamblea Nacional su intención de disolver el movimiento de Soulèvements de la Terre, lo que se ha encontrado respuesta en una masiva campaña de autoinculpación a la que se han sumado más de 50.000 personas, gentes del mundo de la cultura, artistas, científicos, un premio nobel de la paz, militantes y dirigentes de los partidos de izquierda, de los sindicatos, de la universidad, organizaciones de otros países, etc.

      Por su parte las organizaciones de todo el mundo agrupadas en la Vía Campesina también han hecho un llamamiento a la solidaridad con el movimiento francés y para condenar la deriva autoritaria y represiva del gobierno. Campañas de solidaridad que dan muestras del gran apoyo social que las luchas de defensa socio-ambiental están teniendo contra esta nueva vuelta de tuerca del desarrollismo y el extractivismo que ha puesto en marcha el gobierno neoliberal de Macron. En cualquier caso, no se entiende muy bien la pretensión del ministro del interior de disolver o ilegalizar algo como Soulèvements que no tiene identidad legal, sino que es una alianza de organizaciones y colectivos de base, una red cooperativa de lucha y reivindicación. Pero la retórica represiva también tiene su clientela y cuenta con los altavoces de los medios de comunicación que tratan de difamar al movimiento con acusaciones de “ultraizquierdismo” y “ecoterrorismo”.

      Sin duda la escasa repercusión mediática que ha tenido esta movilización y la brutal represión policial tiene que ver con su coincidencia con el amplísimo movimiento contra la ampliación de la edad de jubilación, pero también tiene que ver con el sesgo urbanocentrista de la inmensa mayoría de los medios de comunicación y con esa eco-ignorancia generalizada que sigue mirando para otro lado y minimiza el impacto del cambio climático en nuestras vidas, como si este sólo tuviera que ver con una cierta incomodidad cotidiana soportable con aire acondicionado y no con la amenaza de colapso del sistema agro-alimentario en ciernes, algo que comprometerá la reproducción de la vida humana y la estabilidad social del “jardín europeo” del insensato Borrell.
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