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Floyd ya ha muerto, ¡viva el black power! ¿y ahora qué?

Abuy Nfubea
Abuy Nfubea
Periodista y director de Uhuru Afrika TV
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análisis

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He estado en diferentes movilizaciones por crímenes racistas como Rodney King, A Million Men March, Washington, Arcelin El Negro de Banyoles, Agusto Ndombele, Mumia, Lucrecia Pérez (Madrid), Desiré y Aliu Djob en Lleida y Barcelona. Si bien las demandas y la narrativa eran muy débiles nada que ver con el 12 octubre. Ninguna fue tan exitosa en participación como ésta de Floyd. Para ello ha sido fundamental el liderazgo de las mujeres negras asumiendo la dirección del proceso como principio de la liberación popular kemitica. Como afirmó Valerie C. Dixon en el Marcus Garvey Conference, dicho liderazgo no es un gesto de caridad, sino una necesidad fundamental de la revolución del Black Power, la única garantía de su continuidad y condición imprescindible para su triunfo. ¿Y ahora qué?.  Cuando en 1914, Marcus Garvey tras asistir al congreso del IRA en Dublin, se preguntó dónde está el gobierno del pueblo africano, su bandera y su rey, se estaba haciendo a la misma pregunta. Es la pregunta que se hacen muchos negros en barrios como Lavapiés, Hospitalet, San Francisco, Songotleo, cuestionamiento que ya Malcolm X se hizo tras la marcha de Washington del famoso sueño de Martin Luther King, el final de ambos, ya lo sabemos fue el mismo.

Reconozco que nos cuesta hablar de racismo en esos términos super fashion, quizás porque hemos sido educados en una disciplina donde la lucha antirracista constituye un medio más y nunca un fin en sí mismo. Nuestro objetivo es acabar con las condiciones coloniales basadas en la subalternidad y cosificación del negro y la especie humana. Donde el garveyismo como teoría que explica el mundo, el lugar y el futuro de los africanos en é, reconoce que el capitalismo, nacido como  economía mundial, tiene su origen en el asalto, robo, secuestro y expolio de África y su diáspora (esclavitud, colonialismo, Apartheid e migración), así como el consiguiente ataque europeo contra gitanos, judíos y otros pueblos. A esto Kwame Toure, Bee Mba y Steve Biko, lo llamaron: Black Power. Es decir, la construcción de contrapoderes  comunitarios como única solución para alcanzar el socialismo mediante la superación de la ideología de los colonizadores que es el racismo, presente en blancos y negros. Tras 40 años diciendo aprendido y enseñando eso de repente nos vemos en las calles con millones de compañeros que no comparten ese objetivo, es más no tiene ningún objetivo salvo que el amo deje de azotarnos y matarnos porque también somos humanos. Esta última aseveración, apuesta por una epistemología cuya narrativa humanitarista ONG (no humanismo) abunda la colegialidad del ser. La razón de porque los negros se ven obligados a hablar como sus opresores lo explica, Franzt Fanon pero también Federica Montseny a José Luis Balbín en un debate en  TVE.

Hubo referentes que enfrentaron una política antirracista que dio autonomía y autogestión a los insurrectos articularon marcos orgánicos como AEME, MALEVA, AISE, OEUA SOS AFRICA o FOJA con Reduane Asuik, Marcelino Bondjale, Irene Yamba, Lamin Sagne o la Sra Maaba Nguema, con fechas memorables como el asalto a la embajada de sudáfricana del Apartheid en 1986 en Madrid para exigir la liberación de Nelson Mandela y vengar la muerte de Benjamin Moloise. Hoy nos encontramos en un contexto donde los liderazgos orgánicos han dado paso a páginas web con proyectos que surge en la red, con una apariencia de Django pero con una narrativa de 12 años de esclavitud que en el análisis final no buscan empoderar al kilombo, a los negros insurrectos sino que el amo nos entienda, nos ame e integre. De allí los discursos que durante las marchas reclamaban que “también somos humanos”. Desde que Carrero Blanco eligió a su negro, Bonifacio Ondo Edu para dirigir la plantación, frente a los negros del campo: Atanasio Ndong y Macías Nguema, todo ha sido tragedia en Guinea Ecuatorial.  Porque el colonialismo terminó pero la colonialidad subsiste en las mentes, comidas, análisis, cine, sistema educativo, teatro, tv, anhelos vitales de blancos y negros.

Esta esquizofrenia de mendigar el amor de los opresores es propio  de los evolué, emancipado, asimilado, que hay han dado paso a civilizado (Obiang Biko), educado, interculturalidad, Franco CFA, tarjeta comunitaria, integración.  Por un lado perpetúan nuestra relación como sujetos coloniales subalternos y por otro promueve el Tiotomismo, es decir sitúa nuestra lucha histórica en la disyuntiva del falso relato de la victoria de la moderación que enfrentó a Winnie Madikizela con su esposo y llevó a Arcelin, José Méndez, Kahreba, Ras Babiker a huir de España. Desde la creación del decreto Suárez 1981, no ha existido ni existe en España política antirracista que pretendía realmente no ya acabar el problema sino reconocer. El fracaso de  Somos diferentes somos iguales se debió a que pretendía abordar un problema negando su existencia y a sus víctimas. Dos iniciativas legislativas impulsadas por los panafricanista para igualar a las víctimas de terrorismo y las del racismo negrofgobo fuera siempre rechazada, no solo por la derecha sino por la izquierda. La propia actitud del ministro socialista poniendo al mismo nivel a los hinchas del Rayo Vallekano que denuncian el racismo con el futbolista Neonazi; es un despropósito propio de Berlanga, Paco Martínez Soria de una sociedad que pretende que Spain es diferent. Comentarios como los de Susana Grisso sobre las familias paquistaníes en Barcelona o  de Ana Rosa Quintana sobre los gitanos, unido a la cobertura mediática de esta a la muerte de Mbaye son enormemente ilustrativos y hablan por sí mismo.

Hoy más que nunca la integración ha muerto, asesinado por la idea del Poder Negro. Esta ha ejercido una influencia social significativa en el éxito de la marcha por George Floyd. La mayoría de los hermanos que salieron a la calle no lo hicieron por amor a la integración sino por una orfandad de marcos orgánicos como contrapoderes afectivos a la integración. Ello  ha ayudado a organizar grupos y elevar la conciencia en la comunidad negra mediante la formación de instituciones que no dependen de los blancos. Desde Durban 2001 se creamos programas de estudios, para movilizar a los negros y poder elegir candidatos que representen nuestras aspiraciones políticas, ello fomentó el orgullo y la autoestima racial. Ese impacto político previo y no el crimen de Floyd, están detrás del éxito de la marcha. Aunque la naturaleza de la relación entre los cimarrones y el blin blin  es (enfrentada), por la lógica del negro de la casa, las luchas revolucionarias del negro del campo generaron en España una crisis en las principales organizaciones negras fashion, “correctas, realistas y empresariales”, sin base social ni discurso pero con una fuerte presencia en internet. De esta forma los mensajes radicales, estridentes pero coherentes de  Fundación Vida Grupo Ecológico Verde. Cal Africa o APN, indirectamente ayudaron a mejorar la posición negociadora de los  activistas moderados de festivales y conciertos.

El éxito cuantitativo de la marcha nos lleva a replantear la cosmovisión antirracista alejada de las macro ONG blancas, una aristocracia que se desarrolla en un contexto de coincidentes intereses neocoloniales que nos niegan sistemáticamente la unidad temática, ya que la dispersión en el debate coincide con la subordinación neocolonial que nos impiden una unidad ideológica, que deriva, en un vacío de interpretación por ausencia de una propuesta concreta, que tenga que ver con el devenir histórico kemitico. Para estos jóvenes negros y blancos que ayer estaban en las calles, les invito a  defender un kilombo, a construir y desmitificar juntos el relato según el cual, cada vez que los cimarrones negr@s radicales se enfrentan al sistema opresor, este acaba siempre por elegir, dentro de la propia comunidad negra a elementos simpáticos actores ocasionales sin suficiente compromiso con la radicalidad que requiere esta lucha para que lideren acciones positivas o concesiones del sistema, atribuyéndoles así la consecución de avances para una vida más digna para los negr@s. Ejemplo Barak Obama, Senghor, Nelson Mandela, Epsy Campbell, Rita Boshao etc…Se trata de una dinámica perversa que establece el tiotomismo, la moderación, folklorizacion, el arrodillamiento como única alternativa,  lo que Silo en El Mensaje, llama el sin sentido o el campo del no ser con una ausencia total de proyecto subjetivo: Nos imponen una colonialidad basada en el diálogo con el opresor como imperativos que todos los negros deben practicar para convencer al opresor después de 500 años de que somos también son humanos. Esta dinámica destruye la lucha antirracista, porque no permite un empoderamiento de las bases, pues despolitiza y verticaliza las relaciones lucha y la pone en manos de los negros instruidos, “visibles en instagram o twitter”, con buen comportamiento, bien hablados, bien vestidos e intangibles: ntangnizados. En detrimento de aquellos y aquellas que más quieren a su comunidad y son, por ello, más conscientes y radicales es un fracaso. Un antirracismo decolonial y municipalista, no puede seguir aceptando este determinismo ni tampoco negar la lucha de clases pero afirmar como hacen algunos que todo es lucha de clase, desconociendo la acumulación primitiva de El capital, es mamar gallo. Una izquierda que no se nutra de los elementos más radicales y consecuentes de las luchas antirracistas –es decir la reparación PNL2010-y un movimiento antirracista donde la estrategia Panafricanista de la reparación, no sea hegemónica sino los afrojipis, será siempre un fracaso. Como aclare en Salvador de Bahía durante la apertura de la convención de Campaña Reaja: El afrojipismo no es una vanguardia kilombista de empoderamiento africano sino una moda cuyo relato de éxito es una lógica consumista, neoliberal, individualista impuesta y para ello apela a la visibilidad. Pero basado en la negación de la problemática social de sus propias comunidades y una vez empoderamos los referentes propios de nuestra colectividad, se ponen milimétricamente más cerca de los estadios del propio poder que los intereses de la propia sociedad a la que dicen representar. Llegan para descontextualizar los que han sido los logros mediantes las luchas reivindicativas de los movimientos sociales negros.

  En ese mismo sentido, la negativa por parte de la  Republica Española de Manuel Azaña de enviar armas a los rifeños de Abbdel Krim, allanó el camino a Franco quien si supo armar a la guardia mora.  Porque como se vio en la manifestación las victimas cotidianas del racismo, están hartas y piensan su propia liberación en imaginarios comunitarios, paradigmas que cuando pueden ser útiles o complementarios a la lucha negra como es en la coyuntura actual, no son Black Power, es decir no pretenden articular marcos orgánicos de contrapoder. La construcción de un movimiento antirracista al margen del movimiento negro tipo (SOS racismo) lleva siendo un fracaso más de 3 décadas y si bien hace aportaciones significativas en la denuncia, estas van dirigidas a calmar las conciencias del Poder Blanco, nunca a cuestionar su colonialidad cotidiana sino que se sirve de él. Ejemplo, algunos dirigentes del actual gobierno de España, surgieron de esta organización ¿Cuál es o ha sido su relación con la vanguardia negra que mueve el árbol como decía Xavier Arzalluz?

 ¿Por qué no fueron capaces de convertir la PNL 2001 en ley con una mayoría parlamentaria holgada de 128 escaños y apoyo del PNV, PDCAT, BILDU, BNG?. Porque no tienen al negro como una subjetividad elaborada en su proyecto. Fingen que los negros  solo existimos como víctimas cosificadas esperando ser salvadas pero no como subjetividad propia, es lo mismo que hacían Tárzan y Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas.

Y de esto no podemos culpar a VOX. Nunca hemos podido exigirle a Obama, Powell ni Rice, responsabilidades por el asesinato de Gadafi y la destrucción de Libia. Tampoco al diputado del PSOE, Luck Andre, sobre  la comisión de asuntos de la  comunidad negra creada en tiempos de Ana Pastor y que prometió en Murcia restablecer. El hacerlo se considera una ofensa en aras de una fantasmagórica unidad negra. Sin embargo gastamos nuestra energía en atacar a Ndongo, el Negro de vox que carece de responsabilidad orgánica y parlamentaria. Como se aprecia ésta dinámica debilita el movimiento negro  y le resta fuerza espiritual que nos sitúa en un antirracismo abstracto, en vez de una subjetividad donde el Black Power se convierta en una espiritualidad hegemónica de los análisis antirracistas.

Así frente a las individualidades ilustradas que pretenden –seduciendo al amo- convertirse en las voces de un antirracismo sin Black Power, debemos poner en el centro del debate espacios colectivos comunitarios en su conciencia de sí,  y afrocentricos en su conciencia para sí.

Tras el éxito de la marcha por todos los Floyd de allí y aquí–  marca un momento histórico de enorme importancia: para contestar la pregunta de ¿y ahora qué?– Es evidente que hasta que no tengamos poder negro, seguirá habiando abusos, asesinatos y violencia del racismo institucional. Por tanto tenemos que seguir trabajando por la autodeterminación económica. Solo la independencia económica traerá Poder Negro. Es absurdo que la gente piense que el Movimiento negro debe estará acompañado de la subvenciones públicas ninguna institución política (derecha o izquierda) le va a dar a los negros los medios suficientes para que se empoderen. Por tanto estos momentos nos exige máximo rigor, clarificación orgánica y autodeterminación, donde podamos ganar de simpatía de los propios negros como beneficiarios y superar, superando el secuestro mental de las elites negras lo que hará que se  potencien las figuras militantes comunitarias, frente a las de Twitter.

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