sábado, 27abril, 2024
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Ignominia en el PSRM

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
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análisis

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Se confirma lo que todos sospechábamos: la cobardía y el pánico de una ejecutiva en descomposición, sin ideas, sin ideología, sin un plan para el partido ni para la Región de Murcia, que, dispuesta a “morir matando”, expulsa de sus lares a todo aquél que tiene algo de talento, algo que aportar, para que no haga ni un atisbo de sombra a un Diego Conesa, extraordinario mediocre, e inexistente líder. Desde el principio Diego Conesa apartó de su lado a toda persona que tuviera un mínimo de inteligencia, y a otros de gran currículum académico, los multiplicó por cero para se marchasen ellos solos por aburrimiento. Si algún talento queda a su lado está bien callado por la euforia de la sustentación de su cargo. Aunque si fueran auténticamente inteligentes se marcharían a tiempo como hizo Emilio Ivars, renunciando a un presente podrido, para poder tener, algún día, un futuro político decente. Pero a Emilio no se le perdona el sentido común y la talla política que demostró tener cuando apoyó el pacto, excepcional, de Ana Belén Castejón con Noelia Arroyo para evitar que una persona desequilibrada se hiciera con el poder en Cartagena llevando a la ruina a sus ciudadanos. Parece mentira que una persona como Diego Conesa, que desde el principio fue como un corderillo detrás de Óscar Urralburu, deslumbrado por su inexistente carisma (y despreciando el extraordinario carisma auténtico de sus propios compañeros de partido…), y posteriormente llegó incluso a ofrecer a López Miras el apoyo a los presupuestos de la Región (un auténtico pecado mortal en política…), todo, con tal de tener un mínimo de protagonismo, acuse de deslealtad a aquellos que piensan en la ciudadanía, lo cual es un signo inequívoco de Socialismo. A lo mejor es porque él, muy preocupado por comuniones, confirmaciones, y actividades “sotánico-satánicas” (como diría Neruda), conoce mejor el camino que lleva a la iglesia del pueblo, que el camino que lleva al pueblo al que dice servir. No quiero extenderme mucho en estas cuestiones por no cebarme en lo personal.

Se expulsa a Emilio Ivars. Ahora se reconoce que él no filtró los documentos de los que se acusaba haber filtrado, y que tampoco ha sido desleal en ningún momento. ¿Por qué se le expulsa, pues? Primero porque es Socialista, y esto en el Psoe es un peligro. Segundo porque tiene ideas, ganas de trabajar y cosas que aportar, lo cual es más peligroso aún (podría restar protagonismo a un tembloroso Diego Conesa); tercero, dirigió la campaña de María González Veracruz, lo cual es un pecado mortal (recordemos que a Diego Conesa le preocupan mucho los pecados…). El camarada Pedro Sánchez ya se encargó de María González, y ahora le tocaba el turno a Emilio Ivars. No nos engañemos: son el miedo, los celos, la mediocridad, la desidia… la ignominia en definitiva, las auténticas razones para esta expulsión. A esto debe añadirse la expulsión atropellada, extemporánea, absurda e incomprendida de Ana Belén Castejón y sus concejales, cuyo delito (y por lo visto, pecado…) fue votar a la representante del Psoe candidata para la alcaldía de Cartagena. ¿Qué pecado cometieron?

El estalinismo se ha instalado en Princesa, y el cesarismo en Ferraz. Qué lejos queda la emancipación de la militancia y gilipolleces por el estilo… Ahora bien, cuando se engaña a la militancia una vez, la culpa es de quien la engaña. Pero si la militancia se dejara engañar otra vez, la culpa sería de la militancia. ¿Qué PSRM necesitamos? Seré breve.

Un PSRM dotado de un equipo orgánico diferenciado del equipo político, que trabaje por y para el partido, por y para el apoyo del equipo político que sería el más importante. En paralelo, pero separados.

Un PSRM que desarrolle una intensísima campaña de Formación que emancipe intelectualmente a la militancia y la haga auténticamente partícipe de las decisiones que se tomen.

Un PSRM con una ejecutiva custodia de la ideología, defensora de los valores socialistas, ejemplar, combativa, contestaria, y cercana al pueblo, recuperando la “O” de Obrero que se perdió hace tiempo.

Un PSRM con una ejecutiva ejemplar, y ejemplarizante, para construir un partido creíble en el que la ciudadanía pueda volver a confiar.

Un PSRM con una ejecutiva concienciada que haga innecesaria la existencia de un Podemos, o una Izquierda Unida, que en realidad nunca han aportado nada.

Un PSRM con una ejecutiva donde impere el trabajo en equipo, con ideas, con consensos, con carácter temporal, alejada de la dinámica del “ordeno y mando” y de “el que se mueva no sale en foto”.

Un PSRM con una ejecutiva en donde prime el talento, no que lo expulse y lo asfixie por el miedo y los problemas de autoestima de su “líder”.

Un PSRM con una ejecutiva moderna, que trabaje en equipo, y abandone por fin las decimonónicas dinámicas directivas basadas en la filosofía del “gran hombre”.

Un PSRM con una ejecutiva que recupere el partido en Cartagena, destruido por Diego Conesa.

Un PSRM con una ejecutiva cuya primera actuación sea recuperar a las compañeras y compañeros expulsados injustamente.

Un PSRM con una ejecutiva, en definitiva, absolutamente contraria a la que tenemos actualmente. Oportunidades habrá. Gente hay. Ya veremos a ver, cuando llegue el momento, dónde está la militancia.

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