A nadie que siga los volatines de Gran Circo de la Fórmula 1 se le escapa que el megamillonario Lawrence Stroll ha ido montando -para mayor gloria de su hijo Lance- equipo tras equipo hasta llegar a su máximo logro hasta el momento que es Aston Martin.
Tanto en la época de Williams como en la de Racing Point el hijo del gran magnate estuvo a la altura de las circunstancias y creció en todo momento. Demostró que no era un paquete, y que no se trataba simplemente de que su padre hubiese comprado una escudería para que jugase el cachorro, sino que era un piloto auténtico.
La temporada pasada Lance Stroll hasta logró hacerle sombra en bastantes ocasiones a Sebastian Vettel.
Pero ha llegado Fernando Alonso, que lo trata con todo el cariño y afecto, pero que al mismo tiempo lo ha puesto en evidencia y le está destruyendo.
Lance Stroll está en la actualidad hundido, y parece al borde de la depresión; incluso ha pensado en dejar la Fórmula 1. En algún momento comentó que le gustaría dedicarse al tenis: es un deportista nato y superdotado.
La gran pregunta es: ¿seguiría papá Stroll en el negocio de la Fórmula 1 si Lance se retira?
¿Y si decide retirarse, que sería de Aston Martin y de Fernando Alonso?
Quizá vendería el equipo y habría que ver si los nuevos propietarios siguen contando con el hombre que mantiene sus sueños de campeón intactos. Pensamos que dependería de los resultados que tenga al final de esta temporada.
En cualquier caso no está claro. Y es evidente que Aston Martin en su conjunto se está debilitando y parece cada vez más desnortado.
Tigre Tigre
